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¿Qué hace el sector cosmético para abordar el problema del plástico en los océanos?

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Cada año se vierten unas 14 millones de toneladas de plástico en los océanos, lo que supone un 80 % de todos los residuos marinos encontrados tanto en la superficie del agua como en el fondo del mar. A la vista de estos datos, no podemos negar que el plástico supone un grave problema para los océanos. De hecho, hay tanto plástico en el mar que puede verse desde el espacio, y en algunas partes de los océanos hay siete veces más partículas de plástico que peces.

A pesar de la concienciación pública y de las iniciativas sobre el problema del plástico, no estamos haciendo lo suficiente para ponerle freno. Si no actuamos de forma inmediata y sostenida, se prevé que la cantidad de plástico en los océanos se habrá triplicado en 2040, con vertidos por encima de los 29 millones de toneladas anuales.

La industria de la cosmética, a pesar del glamur que desprende, es uno de los principales responsables de este problema. Según Zero Waste Week, la industria de la cosmética global produce 120 000 millones de elementos de plástico cada año, entre envases, tapas, cajas y celofán, muchos de ellos superfluos y no reciclables, por lo que suelen acabar en un vertedero o en el mar.

La pregunta es obvia: ¿qué está haciendo la industria de la cosmética para abordar este problema?

En una época de crisis económica como la actual, las marcas están haciendo lo posible por dejarse ver y atraer clientes. Y el mejor modo de sobrevivir en tiempos duros es encontrar nuevas e innovadoras maneras de mantenerse en lo más alto.

En la industria alimentaria, las marcas se están esforzando por ofrecer productos sostenibles y de origen ético con un alto valor nutritivo para animar a los clientes a elegirlos. En el mundo del juego, los casinos online intentan ofrecer los bonos sin depósito para atraer a nuevos jugadores. Y en el mundo de la cosmética, lo que están haciendo las marcas para destacar es crear envases sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.

En el Reino Unido, el efecto Attenborough ha conducido a una reducción del 53 % en el uso de plásticos desechables por parte de los consumidores, que mayoritariamente apuestan por envases sostenibles. Los envases rellenables o reutilizables y los llamados productos desnudos son algunas de las apuestas de la industria de la belleza para ser más sostenible y reducir su huella de plástico.

Varias marcas, como Ethique, emplean envases 100 % compostables, lo que supone una reducción millonaria de botellas de plástico. Otras están optando por usar acero inoxidable y hojalata en sus envases ecológicos por el elevado índice de reciclaje de estos materiales. El aluminio es también muy popular, debido a que crea productos reutilizables y es un material que puede reciclarse de forma infinita sin perder su forma y su calidad. We Are Paradoxx es una de las marcas que ha apostado por los envases de aluminio a pesar del aumento de los costes de producción en un intento por reducir los residuos plásticos.

Además de envases sostenibles, otra de las bazas de la industria de la cosmética para combatir el problema del plástico son los productos reutilizables. A ello han contribuido los gobiernos de varios países, que han prohibido productos como los bastoncillos de oído de plástico o las toallitas húmedas, lo cual ha obligado a la industria a buscar alternativas nuevas y sostenibles. Las toallitas reutilizables son cada vez más populares; disponibles en diferentes diseños y materiales, permiten limpiarse en profundidad hasta en 500 ocasiones.

Eliminar gradualmente las microesferas de plástico de los productos de belleza es otra de las apuestas de la industria para paliar el problema del plástico. En la actualidad, ya se está usando cera de abeja, cera de salvado de arroz, algas marinas, barro y otros componentes naturales como sustitutos.

Aunque el sector cosmético está dando pasos en la dirección correcta para paliar el grave problema que supone el plástico, todavía queda mucho por hacer. Lo que realmente está marcando la diferencia es la cada vez mayor concienciación por parte de los consumidores, que se muestran más exigentes con las marcas que eligen. Ello está obligando a las empresas a adoptar un comportamiento más responsable y a comercializar productos sostenibles y libres de plástico.