• Veracruz

Robos en Centro Histórico de Veracruz asfixian a comerciantes

  • Inés Tabal G.
El aumento de robos en los negocios del Centro Histórico de Veracruz, obliga a los propietarios a tomar medidas de seguridad

“Estoy a punto de irme y cerrar mi negocio”, dice Roberto Hernández. Hace 20 años abrió su comercio Sellos Imprenta en la calle Esteban Morales e Independencia, en el Centro Histórico de Veracruz. Hoy, planea su retirada, ante una ola de robos que azota a la zona turística.  

Roberto, serigrafista de 63 años, se organizó desde hace dos años con otros 15 vecinos que viven en el callejón Clavijero y la calle Esteban Morales para vigilar por las noches sus negocios y viviendas.  

“Tengo que hacerla de vigilante y aparte vigilante de los vecinos. Yo vivo aquí y hace cuatro días acaban de meterse a la casa de junto que está sola, ya tiene años que vivimos con el problema de los robos, pero hay temporadas que aumentan más”, dice.  

El principal problema en el Centro Histórico, coinciden los vecinos, son los edificios abandonados que abundan en el lugar y cuyas estructuras son utilizadas por ladrones para entrar a casas y negocios.  

"Ya conocemos el modo en el que operan estas ratas, se suben a las azoteas de los edificios abandonados, otros vienen como si fueran pareja, mientras la chica vigila en una esquina, el otro se mete a los edificios", cuenta. 

Roberto explica que, si bien, durante el día la vigilancia policíaca es continua, por las noches disminuye y es aprovechada por los ladrones. Además, critica el papel de la policía municipal pues dice, tardan en llegar al lugar y si logran llegar a tiempo, los ladrones se refugian en los edificios abandonados y no hay manera de sacarlos. 

 “Los policías nunca pueden hacer nada y todavía cuando nosotros los agarramos no pueden llevárselos porque tienen que agarrarlos en fragancia. Entonces, nosotros nos estamos organizando y el que entre a una casa lo vamos a linchar. Yo sé que es un delito hacer justicia por nuestra propia mano, pero ya estamos cansados”. 

El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), indica en su informe de incidencia delictiva que de enero a junio del 2022 se abrieron 10 mil 175 carpetas de investigación por el delito de robo en el estado. 

De esta cantidad, el municipio de Veracruz registró un total de mil 858 robos en todas sus modalidades de enero a junio de este año. De los cuales 132 fueron a casa habitación y 823 a negocios. 

Los casos de robos en la zona del Centro Histórico de Veracruz no son nuevos. El pasado 23 de abril de este año, Ana Patricia Hernández Ojeda, directora de un laboratorio ubicado en la calle Esteban Morales entre 5 de mayo e Independencia, también sufrió de este delito. 

En menos de seis meses, dijo, robaron su negocio en cuatro ocasiones, provocando pérdidas de más de 10 mil pesos. Ante esto tuvo que colocar alarmas de protección en los techos y lugares donde los ladrones entraron, ya que afirma que las denuncias que hizo no sirvieron de nada y solo fueron un gasto de tiempo y dinero. 

“Los robos siguen, en mi laboratorio ya no, porque coloqué alarmas, pero en la cuadra siguen robando.  Ya tenemos un chat de vecinos y uno de ellos se quejó hace como 10 días”, agregó Hernández Ojeda. 

Esta situación no solo la viven pequeños negocios, las tiendas de cadenas nacionales también denunciaron estos delitos, principalmente el robo de cableado eléctrico y tuberías de cobre, comentan los vecinos afectados. 

20 AÑOS DE HISTORIA EN EL CENTRO

Roberto aprendió serigrafía a la edad de 22 años, recuerda que los cursos gratuitos los impartían en el Taller de Artes de la Universidad Veracruzana (UV), a la vuelta del local que hoy renta.  

Antes de aprender ese oficio, realizaba dibujos a mano, un arte que aprendió de manera empírica, hasta que reunió todos sus ahorros para poner su negocio. Su local está repleto con vasos, lonas, morrales y placas de cristal que ha decorado a lo largo de dos décadas.  

“En aquella época, que estaba el auge de la serigrafía gané mucho dinero. Le platico a mis hijos que en aquella época un rotulista como yo, ganaba más que un abogado o cualquier ingeniero”, cuenta.  

Recuerda que, en las temporadas electorales los candidatos de partidos políticos lo buscaban para que hiciera las lonas y propagandas a mano, con eso tenía para sobrevivir por más de un mes, ahora se convirtió en un sueño para los jóvenes que apenas empiezan en este giro. 

De acuerdo con Roberto, en una semana podía obtener hasta 50 mil pesos por su trabajo como serigrafista, ahora no gana ni la cuarta parte. 

Gracias al auge tuvo otros tres negocios del mismo giro, mantuvo a sus tres hijos y logró ser dueño de una revista para promocionar los negocios del centro, los ejemplares se distribuían en toda la zona conurbada Veracruz-Boca del Río y municipios como Xalapa, Acayucan, San Andrés Tuxtla y Cardel.  

Desde hace 15 años el negocio de la serigrafía decayó y con ello sus ventas, ingresos y su historia. La pandemia de covid-19 y la inseguridad que se vive en la zona centro de la ciudad terminaron con acentuar la crisis. 

“Ya no es rentable este negocio. Todo se nos ha sumado, la inseguridad, la pandemia, las ventas", lamenta.

 

ys