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Desde Honduras, Esperanza busca a su hija desaparecida en Veracruz

  • Inés Tabal G.
Esperanza busca a su hija Yami Carolina Díaz Cano, quien desapareció en 2007 en Coatzacoalcos luego de que emigro de Honduras

Veracruz, Ver.- La brisa del mar choca con los cabellos negros de Esperanza Cano Morales, mientras espera que las demás personas que integran la Caravana de Madres Centroamericanas de Migrantes Desaparecidos se tomen la foto del recuerdo, ella prefiere quedarse a un lado contemplando el mar de Veracruz.

Sus pies están cansados, la travesía por el estado y por el municipio de Veracruz fue cansada. Junto con otras 45 mujeres salió el 1 de mayo a buscar de sus hijos e hijas, que desaparecieron en territorio mexicano, provenientes de HondurasNicaraguaEl Salvador y Guatemala.

 

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Esperanza es originaria de un poblado llamado Guaimaca en Honduras, busca a su hija Yami Carolina Díaz Cano, quien desapareció hace 15 años en el municipio de Coatzacoalcos cuando tenía 31 años, luego de que intentó cruzar a los Estados Unidos con la promesa de una mejor vida para ella y sus tres hijos.

 

“Lo último que supe es que fueron dos guatemaltecos que la pasaron para Coatzacoalcos; uno que se llama Inocencio Potxclame y el otro Juan Potxclame, eso fue lo único que sé de ella”, dice Esperanza mientras se seca el sudor de la frente.

 

De acuerdo con lo relatado por Esperanza, a su hija la contactó un hombre por medio de mensajes en las redes sociales, hasta el momento no tiene información de la identidad de la persona que supuestamente la iba a ayudar a cruzar la frontera de los Estados Unidos.

Solo sabe el nombre de las dos personas que la ayudaron a cruzar hacía territorio veracruzano, donde desapareció.

 

“Cuando llegó acá, que la pasó Inocencio Potxclame, me dijo que estaba bien, que la había recibido esa familia. Yo le dije que si le podía marcar a ese número del que me había marcado, pero me dijo que no, porque no había señal. Ahí yo empecé a dudar”, narra Esperanza.

 

Huyó de la pobreza para darle a sus hijos una mejor vida

En diciembre de 2007 fue la última comunicación que tuvo con Yami, le dijo que le iba a enviar unas mochilas y ropa para sus hijos; además de una muñeca para su hija, la cual Esperanza conserva como su tesoro más preciado.

 

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Yami dejó a tres hijos, dos hombres y una mujer, cuando se fue la menor tenía apenas un año y dos pequeños de tres y seis años.

Fue madre soltera, su pareja se encontraba en Estados Unidos. Esperanza se hizo cargo de la niña y el niño de tres años, mientras que el hijo mayor se fue con su papá y no supo más de él, asegura.

 

“Ella trabajaba vendiendo perfumes, maquillaje; a veces se ponía a hornear pan y salía a vender. Era bien luchadora y honesta”, dice.

 

Guaimaca es un municipio del departamento de Francisco Morazán en la República de Honduras, la principal actividad económica de la región es el cultivo de caña de azúcar, granos básicos como maíz frijol, y hortalizas, mientras que los que más tienen crían ganado, cuenta Esperanza.

Dice que actualmente la agricultura ya no es un medio sustentable para que la población de Honduras pueda sobrevivir, por lo que muchos deciden emprender su camino a los Estados Unidos.

De acuerdo con datos del Banco Mundial, Honduras es uno de los países más pobres y desiguales del hemisferio occidental.

Antes de la pandemia de la covid, 25.2 por ciento de la población hondureña vivía en la pobreza extrema y casi la mitad -4. 4 millones de personas-, vivía en la pobreza.

Datos de la Organización de la Naciones Unidas (ONU) señalan que hasta 2019, el número de personas que migraban de Honduras era de 800 mil 707 hondureños, lo que representa 8.2 por ciento de la población.

La emigración femenina era de 472 mil 012, lo que equivale a 58.94 por ciento de mujeres, mientras que la masculina es de 328 mil 695 que son el 41.05 por ciento.

“La situación en Honduras está terrible, ese gobierno anterior nos tuvo con la pata en el pescuezo, hasta ahorita que vamos a esperar a ver qué hace Xiomara (la presidenta)”, menciona Esperanza.

Esperanza confía que con la llegada a la presidencia de Xiomara Castro el gobierno hondureño los pueda apoyar en crear políticas para ayudar a las familias que buscan a sus hijos migrantes desaparecidos.

 

Se unió a la caravana para buscar a su hija en Coatza

Esta es la primera vez que Esperanza viaja con la caravana de madres centroamericanas, dice que se supo de ellas por la gente de la iglesia a donde iba, por lo que no dudo en pedir informes para unirse a la causa.

 

“Es la primea vez que vengo aquí, pero la verdad yo no me quisiera quedar, yo lo que quiero conseguir es una Visa para venir a buscar a mi hija. Este país está llenó de sangre, de mártires. Si usted se va a los puentes de Veracruz, por donde pasa el tren, ahí encontramos a muchos migrantes en malas condiciones”, cuenta.

 

Esperanza comenta que es la primera vez que pisa suelo mexicano, aunque considera que el estado cuenta con belleza natural como el mar y las playas, esta realidad se contrasta con la desigualdad que viven los migrantes que llegan a la entidad.

La presidenta del Movimiento Migrantes Mesoamericano, Talía Vázquez Alatorre, indica que los migrantes que pasan por territorio veracruzano se enfrentan a muchos obstáculos, como la trata de personas, extorsión y discriminación.

También añade que Veracruz es el segundo estado del país donde más desaparecen migrantes, mientras que Coatzacoalcos y Córdoba son los municipios más peligrosos por los que transitan.

 

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De acuerdo con Vázquez Alatorre, en los últimos 10 años se reportaron más de 70 mil desapariciones y de estos 35 mil son migrantes oriundos de países como GuatemalaHonduras y El Salvador.

El reto principal que afrontan las madres de migrantes desaparecidos es conseguir el permiso de residencia en el país para buscar a sus hijos, además de la violación a sus derechos.

“La diferencia de las madres mexicanas de las centroamericanas es que las madres mexicanas están en su país y pueden ir a interponer una denuncia, las centroamericanas ¿cómo? Si no tienen Visa no las dejan entrar”, dijo.

Este es el caso de Esperanza y las otras 45 personas que buscan conseguir el permiso para quedarse en el país y buscar a sus hijos e hijas.

-Si nos estuviera escuchando su hija ¿Qué le diría? -

“Que la amo mucho, que nunca la he dejado de querer y toda la vida la he recordado. Miro la fotografía de ella y le digo a sus hijos que ella es su mamá. Que la quiero, que regrese conmigo, que si me está mirando que aquí estoy en este puerto de Veracruz”, concluye Esperanza mientras se seca las lágrimas de su rostro.

 

 

 

FP