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Ejecución de corte policial, detrás de crimen de Milo Vela y familia

  • Isabel Ortega
A 11 años del crimen del periodista Milo Vela y familia, se cree que el responsable es un policía que se sumó a las filas del narco

El Tribunal de los Pueblos por el Asesinato de Periodistas resulta una esperanza para familiares y amigos de periodistas asesinados en Veracruz. Miguel Ángel y Jazmín Vela, hijos de Miguel Ángel López Velasco, conocido como “Milo Vela” asesinado en 2011, confiaron que desde ese órgano se podrá esclarecer el multihomicidio de su familia.

En las audiencias públicas, en las que participaron comunicadores, exfiscales y los hijos de Milo Vela, expusieron cómo a lo largo de 11 años se ha criminalizado al colaborador de Notiver y la carpeta de investigación pasó por diversas fiscalías, incluso por la General de la República (FGR), sin reportar grandes avances.

El 20 de junio del 2011 se informó de los asesinatos de Miguel Ángel López Velasco, periodista de Notiver, su esposa Agustina Solana, jubilada del IMSS, así como de Misael López Solana, hijo menor, al interior de su vivienda en el puerto de Veracruz.

 

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A la fecha, se denunció que se integró una carpeta de investigación con declaraciones de oídas, en las que se cree que fue un expolicía -que se involucró con el crimen organizado- el responsable de la muerte de tres integrantes de la familia; sin embargo, no hay claridad de quién es el autor material ni intelectual del multihomicidio; y no se ha incluido su labor periodística como una línea de investigación.

 

¿Qué información se tiene del caso?

Desde el Tribunal, integrado por organizaciones defensoras de la libertad de prensa, se informó que la principal línea de investigación por el asesinato del periodista López Velasco es el crimen organizado.

Laura Borbolla Moreno, extitular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), quien participó este 26 en la sesión, explicó que la indagatoria de la Fiscalía arrojó que “un grupo táctico con cierta forma de ejecución tipo policial o de un entrenamiento con esas características” fue el que irrumpió en el domicilio del periodista para atacarlo a él y su familia.

Según la información de la Procuraduría General de la República (PGR) tenía identificados a grupos de la delincuencia organizada que se “peleaban” el territorio estatal; y que elementos policiacos formaban parte de sus filas, hecho que denunció el comunicador del Notiver.

 

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“La sospecha que había es que una persona que había sido mando policial había migrado a trabajar a uno de estos grupos y fue expuesto de manera velada por Miguel y que entonces a eso obedecía el tema”, dijo.

 

En su participación en el Tribunal, reconoció que nunca se logró establecer el nexo causal entre las sospechas de la autoridad y la muerte de Milo Vela, para llevar enjuiciar al expolicía, que después migró de Veracruz y de quién no se tiene ninguna pista.

Borbolla Moreno sentenció que, si bien no puede señalar al gobierno en este homicidio, sí es claro que hubo participación desde dentro de las corporaciones policiacas, pues los integrantes del crimen organizado sabían el funcionamiento de estas y viceversa.

 

“Había mucho desaseo en el estado tratando siempre de aparentar que no pasaba nada, que todo estaba en orden y calma, pero los mensajes -del crimen organizado- estaban muy a la mano”, acotó.

 

Milo Vela ya había sido amenazado

Este 27 de abril, Miguel Ángel López Solana, hijo de Milo Vela, confirmó que su padre había recibido amenazas de muerte en el año 2007, incluso, fueron a tirar la cabeza humana en las inmediaciones del periódico Notiver, que iba acompañado de una cartulina con un mensaje: “la escalada de violencia iba a continuar, y Milo Vela lo sabe”.

Antes del atentado contra el comunicador y su familia, el hijo -quien fue asesinado- le contó a Miguel Ángel que cuando estaba en una tienda de conveniencia, entraron hombres armados a decirle, “ey, salúdame a tu papá. Él no le dijo, no supo qué hacer”.

En su caso, relató, también fue amenazado y lo privaron de su libertad por algunas horas, “me pusieron una pistola en la boca” por tomar unas fotos X; y recibía llamadas, desde teléfonos no identificados, en los que se exigían no publicar la información.

El también comunicador comentó que policías ministeriales, estatales y elementos de tránsito fueron cooptados por el crimen organizado y cambiaban de “bando”, lo que era un doble riesgo, pues ellos sabían de la rutina e identidad de los reporteros policiacos y gráficos de la zona, a quienes más tarde “halconeaban”.

Explicó que aún y cuando su padre dejó de reportar ejecuciones de supuestos integrantes del crimen organizado, seguía informando de jóvenes desaparecidos, que luego eran enviados a Tamaulipas donde los entrenaba el narco; comerciantes a los que se les cobraba derecho de piso, cómo ingresaban droga por el Puerto, lo que era un riesgo, pues para esas fechas eran vigilados por “halcones”.

Platicó que el problema de inseguridad en la entidad se detonó a raíz de la muerte del Z14, quien fue asesinado en una carrera de caballos en la congregación de Villarín del municipio de Veracruz, en el año 2007.

Explicó que a pesar de que él fue el primero en llegar a la escena del crimen, donde se percató como sus papás y hermano tenían el tiro de gracia, la Fiscalía del Estado, en ese entonces a cargo de Reynaldo Escobar Pérez, jamás lo llamó a declarar.

A diferencia de su hermana Jazmín, el abandonó el Estado y luego el país, pidió asilo político en Estados Unidos y hoy cuenta con la nacionalidad americana, por lo que confesó, se siente respaldado de regresar a México, después de 11 años de estar en el exilio.

Refirió que en la carpeta de investigación aparecen fragmentos en los que él responsabiliza a un policía, que después se integró al crimen organizado, que identifican como Carranza, el que ordenó la muerte de tres miembros de su familia.

Sin embargo, nunca rindió una declaración oficial, ni habló con nadie, pues desde que llegó a EU se aisló y rompió comunicación con todos, con el miedo de que las líneas fueran intervenidas, lo que la Fiscalía usó para incluir “declaraciones” a modo.

 

“Todo este tiempo he mantenido silencio, porque no quería que, a mi familia, mi hija, mis compañeros les sucediera algo”.

 

Por su parte, Jazmín Solana explicó que tras el crimen de la familia, las autoridades no hicieron una intervención adecuada de la escena del crimen, no realizaron pruebas de balística, incluso, al día siguiente, lavaron y encontraron casquillos.

 

“La escena del crimen estaba intacta, con las dentaduras, oliendo a sangre; las balas estaban ahí. No se hizo prueba de balística, nada y así limpiamos. Al otro día mi tía levantó la dentadura de su propio hermano”, contó ante los integrantes del Tribunal.

 

Confirmó que, tras enterrar a sus papás, su hermano dejó Veracruz y cuando ella volvió a su hogar, después de vivir por un tiempo en hoteles, dos camionetas le cerraron el paso y sujetos armados la amenazaron.

 

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La hija de Milo Vela confirmó que la actual administración los llamó para develar una placa con el nombre de todos los periodistas asesinados, y aunque le pidieron su número para comunicarse con ella nunca le han marcado.

Por lo anterior, confió que el Tribunal del Pueblo podrá esclarecer el asesinato y especialmente limpiar el nombre de su papá, pues desde gobierno se encargaron de “mancharlo” señalándolo de tener ligas con el crimen organizado.

 

FGR atrae investigación, y no pasa nada

Balbina Flores, integrante de Reporteros Sin Frontera que ha dado seguimiento a varios casos de asesinatos de periodistas, comentó que la carpeta de investigación pasó por Veracruz, se envió a la Fiscalía del Estado y llegó hasta la Fiscalía de la República, pero jamás se envió el expediente completo y sólo se enviaron oficios pidiendo las carpetas.

 

“En el expediente había testimonios de personas que pasaban cerca, estaba la declaración de los dos policías que estaban en el módulo cercano al domicilio, o que un policía había escuchado en el funeral, sin una declaración firmada”.

 

A la fecha existen 20 tomos de asesinatos, de todos los periodistas de Notiver de más cinco colaboradores que se reportaron en distintos momentos, sin embargo, se planteó que el caso de Milo Vela fue el parteaguas que desató una violencia incontrolable contra las y los periodistas.

 

 

 

FP