- Veracruz
Muere mujer calcinada en colonia de Veracruz, hijo pide ayuda
En la esquina de la calle Playa Varadero sólo quedan los escombros de láminas, maderas y plásticos que se calcinaron junto con el cuerpo de María Antonieta. El olor a quemado aún está fresco. Sale de los troncos y la hojarasca que quedó regada en el lugar.
Gregorio Cortés escucha el relato de unas vecinas mientras observa las ruinas de la casa donde su madre María Antonieta Rodríguez, de 84 años, murió calcinada la noche del martes 19 de abril en la colonia Playa Linda, del puerto de Veracruz.
“Lo que pasa es que mi jefecita siempre quemaba basura ahí, por más que uno le decía que no lo hiciera, ella siempre hacía porque era una persona siempre activa”, dice.
Gregorio relata que su madre no se dio cuenta cuando una chispa de un montón de basura que dejó quemándose saltó hacia su casa. Sólo alcanzó a sacar de su vivienda a su perro, Güero, a quien los vecinos rescataron.
“Mi hijo vio la lumbrarada para acá, dice que se paró en la esquina y dijo ‘ahorita voy a llamar al 911’, estaban dos señoras paradas en la esquina, me dijo, que ellas estaban marcando”, narra una vecina de María Antonieta.
No hubo nadie que ayudara a la mujer de 84 años, ni siquiera su nieto de crianza que vivía con ella, de acuerdo con Gregorio. En el lugar, el hombre aún encontró algunos billetes que pasó a dejarle una semana antes a su madre.
“No he visto el cuerpo de mi madre, pero me comenta que la gente que murió completamente calcinada”, comenta.
De María Antonieta no hay fotos, no le gustaban, asegura su nuera. Era una mujer “chaparrita, gordita”, el cabello lo tenía corto y a su edad ya era completamente blanco. A veces se sentaba en la banqueta, al filo de su casa de madera y láminas.
En la colonia Playa Linda los vecinos recuerdan a María Antonieta porque todavía hace unos años se dedicaba a recolectar botellas de plástico, cartones, fierros viejos y todo lo que dejara dinero. Tenía muchos amigos, afirma Gregorio.
“A mí me decía ‘¡Chingaderaaa!’, nos íbamos los dos a chacharear en su triciclo, se lo robaron. Anduvimos allá en la Villa Rica como cuatro o cinco años”, relata otra de sus vecinos.
Gregorio, quien es velador de una estancia y también recolecta chácharas, como él les llama, necesita 12 mil pesos para pagar los gastos funerarios de su madre, cuyo cuerpo se encuentra en las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo)
“Solo falta que un perro me orine, me agarró sin dinero, me agarró sin nada, a manos cruzadas”, se lamenta.
Aunque pide el apoyo de los jarochos, no tiene una cuenta bancaria a la que le puedan depositar. Sólo deja disponible su número de teléfono, el 22 91 11 59 23, para que quienes quieran ayudarlo con donaciones.
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