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Los García: churrería poblana que deleita a jarochos en Semana Santa

  • Isabel Ortega
Churrería La Guadalupana, tiene más de 50 años en el mercado y es herencia de José Luis, quien nació, creció y se casó en las ferias

Xalapa, Ver. - La familia García Sánchez, integrada por seis personas, se formó y creció en ferias, carnavales, exposiciones y fiestas patronales de al menos seis estados. Originarios de Puebla, esta vez viajaron a la comunidad El Castillo, y en el municipio de Xalapa, para establecerse en su Laguna que, desde el pasado jueves, se convirtió en un centro de atracción con motivo de la Semana Santa.

El patriarca de la familia es José Luis García, de 56 años, quien -desde que tiene uso de razón- ha viajado por México, Tlaxcala, Puebla, Oaxaca, Chiapas, Tamaulipas y Veracruz ofreciendo churros, plátanos, papas fritas, banderillas, nachos con queso, sopas preparadas y botanas surtidas que preparan con la “receta de la abuela”

El comercio Churrería La Guadalupana, tiene más de 50 años en el mercado y es herencia de José Luis, quien nació, creció y se casó en las ferias. El hombre comparte que su vida como vendedor informal, consiste en viajar cada fin de semana a distintos pueblos por alguna feria, carnaval o celebración religiosa.

Acompañado de sus dos hijas y su esposa, están a la espera de que nazca su nieto, que será la quinta generación de la familia, que confía, crecerán y aprenderán del negocio familiar.

A José Luis lo acompañan su esposa Matilde; sus hijas Paula y Laura Patricia, de 29 y de 26 años y también sus dos yernos. Sus hijas, cuenta, se han independizado, pero los seis viajan juntos a todas partes para seguir con la tradición de la venta de alimentos en las ferias del pueblo.

José Luis, cuenta que desde que recuerda él ha vivido viajando de pueblo en pueblo. Su abuela le enseñó a preparar los churros, el producto que normalmente compra la gente cuando recorren una feria, “ella nos enseñó la receta familiar. Nací en la feria, me he hecho en la feria, y ya viene la cuarta generación”, dice orgulloso de su legado.

Para facilitar la estancia y la visita a las diferentes entidades ellos han adaptado sus vehículos para dormir, bañarse, cuentan con una planta de luz y los implementos para poder cocinar, no solo lo que venden, sino su alimento diario, “Traemos estufa, refrigerador y planta de luz, venimos totalmente preparados”.

Comenta que, para instalarse en la Laguna del Castillo, pagó 100 pesos por metro cuadrado; contrató 12 metros para instalar los dos negocios familiares. Él confía que va a recuperar su inversión este sábado cuando se espera la llegada de visitantes, pues, además, está programado un baile popular.

Es la primera vez que los García visitan El Castillo; José confiesa dónde permanecerán hasta el domingo próximo, como parte del permiso que pagó al agente municipal.

Toda la familia duerme al interior de la carpa, donde tienen un espacio acondicionado para descansar, después de trabajar al menos 12 horas diarias. Además, trae su propia potabilizadora de agua, con la que obtienen el vital líquido a donde quiera que van. 

Para garantizar la seguridad de su familia, cuenta con una persona que los apoya -de 8 a 8- con la vigilancia de su local y las pertenencias con las que viajan, y que representan su patrimonio familiar.

La inseguridad está presente en todos los lugares a donde van, por lo que son cuidadosos de las carreteras que transitan y a dónde pernoctan, que por lo regular son los pueblos donde se realizan los festejos o la celebración, “en todas partes está igual, siempre hay que andar con precaución, hasta cierta hora o no meterse en problemas”.

Aunque desde que inicio el año, han encontrado más ferias para poder ofrecer sus productos, la gente casi no sale o no compran mucho en las ferias, por el riesgo de contagio al Covid, pero poco a poco, cuenta, se está regresando a la normalidad.

Durante los dos años que duró la pandemia, se dedicaron a vender pan de burro o de hiervas, que igual vendían casa por casa, y que les permitió sobrellevar el confinamiento y la falta de eventos en comunidades y pueblos.

El próximo lunes, cuenta, viajará a Coacoatzintla, a 36 kilómetros de Xalapa -a unos 20 minutos en vehículo- donde se celebrará al Señor de la Misericordia el domingo 24 de abril.

 


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