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“Aunque sea con 6”: Aprobar o no a estudiantes de Veracruz en pandemia

  • Carlos Caiceros
Docentes chocan con instrucción de aprobar a sus alumnos por pandemia; expertos dicen que medida no es populista y evita deserción

En Veracruz un dilema complica a autoridades, docentes, expertos, así como a los padres de familia: la instrucción de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de no reprobar a niños de educación básica que se ausentaron durante el ciclo 2020-2021 impartido a distancia por la pandemia.

Por un lado, hay docentes que exponen casos de alumnos que no hicieron un esfuerzo por cumplir con sus actividades y, aunque ellos intentaron contactar a sus padres éstos no devolvieron la llamada o “los dejaron en visto”, de ahí que ven injusto asignar un 6 de forma obligatoria.

En contraparte, investigadores como el del CIESAS-Golfo, Felipe Hevia de la Jara y el del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales de la Universidad Veracruzana (IIHS-UV), Víctor Andrade Guevara, afirman que se trata de un “mal menor” en favor de los derechos de los niños a la Educación que evitaría casos de deserción escolar a la larga, aunque recomiendan que la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) tome medidas extraordinarias para el próximo ciclo buscando que los alumnos nivelen los aprendizajes perdidos.

Por su parte, psicólogos como el encargado del Centro de Atención Psicológica y Reforzamiento Académico “Bonsái”, Yehosua León Salgado, resaltan que la instrucción de no reprobar estudiantes es un tema que compete principalmente a los padres, quienes tienen que valorar si es mejor pedir a los profesores que sus hijos repitan el año.

 

 

MAESTRA, PASE A MI HIJO CON 6

“Maestro, pase a mi hijo con 6”, fue la petición directa de un padre de familia a Miriam García, docente de una escuela primaria en la ciudad de Veracruz. Durante un año ella intentó contactar a su alumno, así como a sus tutores, sin ningún tipo de respuesta.

Por acuerdo de su plantel ella misma aplicó una encuesta a sus estudiantes al inicio del año para saber si tenían internet en casa, computadora, o equipos que facilitaran las clases a distancia.

Comenta que su alumno tenía todo para cumplir, pero se ausentó todo el ciclo. En los consejos técnicos a la profesora como a sus compañeros le dieron la instrucción de clasificar a sus estudiantes con una comunicación constante, intermitente o aquellos con los que no hubo comunicación durante el curso a distancia.

En el acuerdo número 16/06/21 de la SEP publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), que pide no reprobar a estudiantes, se establece que aquellos alumnos con los que no hubo comunicación la calificación se les asignará cuando concluyan un curso remedial o de recuperación.

Sin embargo, ahora la instrucción de la SEV es que los alumnos reclasifiquen a sus estudiantes ausentes y los añaden al grupo con los que tuvieron comunicación, para poder asignarles desde ahora la calificación de 6.

 

“La SEV pide empatía por esta situación, ya que muchos papás se quedaron sin trabajo o los niños no podían cumplir por distintas circunstancias, pero vamos a lo mismo; haya o no pandemia se necesita el apoyo de los padres aparte de los alumnos.

“Sabemos que están hartos y cansados de esta situación; yo puse a 2 niños con nula comunicación, no les asigné calificación y ahora como no se puede reprobar a los niños piden que les cambiemos el tipo de comunicación. En mi caso buscamos a los papás, les llamamos o los escribimos y nos dejaron en visto (…), son premios a la irresponsabilidad, niños con rezagos increíbles van a pasar”, expuso la profesora.

 

Ahora uno de los padres de familia que buscó por meses acudió en la actual temporada de fin de ciclo y le pidió ayuda para no reprobar a su hijo.

 

“Me dijo por favor maestra, pásemelo, aunque sea con 6 y la Secretaría también me pide que quite lo de comunicación intermitente o nula comunicación para asignarle un 6; algo que no me parece justo”, externó.

 

ES UN MAL MENOR

Sin embargo, la medida de no reprobar a estudiantes en educación básica, de primaria o secundaria, es respaldada por integrantes del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS-Unidad Golfo) y de la UV.

Hevia de la Jara es doctor en antropología y profesor de CIESAS-Golfo desde 2009, centrando parte de sus intereses de investigación en la educación en México y América Latina. Él sostiene que pasar el 6 automático a la larga podría evitar mayor deserción escolar, un problema grave de la educación en el país y en Veracruz.

 

“La posibilidad de aprobar automáticamente tiene pros y contras; el principal pro es que justamente la reprobación está asociada en México y en América Latina con mayores tasas de deserción. Los niños que reprueban tienen más probabilidades de que no concluyan su enseñanza básica.

“Un argumento no solo en México, en América Latina, es de reducir la repetición de grado, ya que hace que el niño deje de ir a clases o sienta que no es bueno para la escuela y prefieren abandonarla”, explicó.

 

No obstante, advirtió que la SEV, así como los padres de familia y los propios profesores, tienen que estar conscientes de que un niño que pasó al siguiente grado bajo las actuales circunstancias podría tener carencias académicas que no estarán evidenciadas en sus calificaciones.

 

“Que un niño apruebe un curso no quiere decir que tiene los conocimientos de algún grado escolar porque el proceso de calificación se dio por una decisión administrativa y eso es lo que obliga a los docentes a tener claridad de que después de estos 2 años escolares tan atípicos como el ciclo 2019-2020 y 2020-2021 necesitamos poner mucha atención a las evaluaciones diagnósticas que cada docente pueda hacer, porque el que un niño haya acreditado un curso va a decir poco de su aprendizaje”, subrayó Hevia de la Jara.

 

Por ello enfatizó que, aunque lo primordial es que los alumnos continúen dentro del sistema escolar, la SEV debe prepararse para otro ciclo anormal e implementar medidas extraordinarias aparte de los cursos remédiales o de actualización que nivelen el aprendizaje de los escolares.

Añadió que los profesores deben valorar la heterogeneidad que existe en las aulas y la autoridad educativa trabajar en fijar un plan que permita a los padres saber lo que viene el próximo ciclo, especialmente si serán clases presenciales, en línea o mixtas.

 

“Lo que hay que hacer es que se debe de comunicar mejor, explicar mejor por qué es importante pasar de grado para ver qué se deberá hacer con los niños y dejarles en claro a los papás, estudiantes y maestros qué es lo que vamos a hacer y siento que hoy en día no está claro; no sabemos qué esperar del próximo ciclo escolar”, sostuvo.

 

Por su parte, el investigador del IIHS-UV, Andrade Guevara, dijo que la medida de ser comprensivos con los estudiantes no solo aplica a la educación básica; también en la media superior y superior se está pidiendo evaluar los casos de cada estudiante.

 

“Hay que ser comprensivos y la indicación no es una decisión populista de pasar a todos; obedece a la necesidad de preservar los derechos de los alumnos”, dijo el investigador.

 

En su caso, refirió que participa en un seguimiento que realizan alumnos de la Escuela Normal Superior Veracruzana “Luis Suárez Trujillo” sobre la situación en que han tomado clases los niños en el Estado, detectando un sinfín de carencias entre las familias para cumplir con la modalidad a distancia.

 

“Todavía no hay datos estadísticos, pero tenemos casos de niños con problemas en la familia, falta de recursos para equipos como computadoras. La medida de no reprobar no se justifica, pero es comprensible; muchos niños no tuvieron la oportunidad de cursar en las mejores condiciones sus clases.

“La principal dificultad es el acceso a internet; en Veracruz el 40 por ciento de los estudiantes se encuentran en zonas rurales. Ahora están atiborrados de actividades, pero no hay forma ideal de que un profesor pueda evaluar a los alumnos en estas condiciones”, opinó.

 

Coincidió en que las medidas remédiales y jornadas intensivas serán indispensables, pues muchos padres en casa tuvieron la complicación de cumplir con un “triple trabajo” en la pandemia.

 

“Muchos realizaron su trabajo a distancia; hacían las labores de casa y el cuidado de los hijos, así como sus tareas (...).

“Por eso la medida también aplica en la media superior y superior de no tener un criterio uniforme y rígido, dadas las circunstancias, aunque en la educación superior la mayoría se integró y solo un porcentaje menor de alumnos no lo hizo, pero para estos casos existen criterios individuales”, precisó.

 

PAPÁS DEBEN DECIDIR

El psicólogo Yehosua León Salgado sostiene que son los padres de familia quienes deben de valorar lo que conviene a sus hijos, si repetir de año o recibir el 6 automático, aunque no lo merezcan.

Como responsable del Centro de Atención Psicológica y Reforzamiento Académico “Bonsái” argumentó que los aprendizajes son progresivos y es complicado que un niño con carencias en su aprendizaje pueda concluir sus estudios.

 

“Se debe de consultar a los padres para ver si están de acuerdo que pasen; generalmente los padres sobreprotegen, pero no toman en cuenta el rezago que llevan al próximo ciclo y los conocimientos previos.

“Pasar de un grado a otro implica cuestiones de cambios psicológicos, una maduración; a la larga también se verá afectado el estudiante y esto puede repercutir en todo, afectando su autoestima”.

 

Refirió que otro aspecto a valorar es la ansiedad y depresión infantil a causa de la contingencia, pues tanto las autoridades como los padres de familia tienen que hacer conciencia de la importancia de llevar a niños al psicólogo.

 

“La solución es buscar ayuda y también reconocer cuando un niño no está preparado para seguir su grado. Yo aquí siempre he dicho que desgraciadamente el país nunca ha tenido la cultura de pagar una ayuda profesional, se piensa que a los niños tarde o temprano se les va a pasar algún problema en su ánimo.

 

“No se tiene esa cultura de pagar una ayuda profesional; pero esto va no solo a niveles de personas, en las mismas instituciones hay que reconocer que la pandemia nos afectó a todos. Lo que se necesita es básicamente ser sincero, aceptación y compromiso, que los padres sepan la importancia de no fomentar un rezago, esto es un efecto dominó y si no se hace nada los niños no se van a recuperar”, consideró.