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"Es un honor, uno le agarra mucho amor": Ernesto, paramédico jarocho

  • Miguel Ángel Cortés
Para Ernesto Díaz Mora, coordinador de socorristas de la Cruz Roja en Veracruz, formar parte de la institución fue un sueño desde niño

Veracruz, Ver.- Hace 16 años que Ernesto Díaz Mora no conoce una hora exacta de llegada a su casa, pues su trabajo como paramédico de la Cruz Roja Mexicana Delegación Veracruz absorbe por completo su tiempo, sin embargo, su único objetivo es ayudar.

"Es un honor, uno le agarra mucho amor a la camiseta; si volviera a nacer sería paramédico otra vez", afirmó.

Si volviera a nacer, sería paramédico otra vez: Ernesto

Actualmente es el coordinador de socorristas de la Cruz Roja en el puerto de Veracruz. Todos los días entra a la base a las ocho de la mañana, pero a veces pasa 24 horas sin volver a casa; a veces la convivencia con su familia y sus amigos es imposible.

Tiene 35 años, con una vida entera ligada a la Cruz Roja y la mitad de ella como paramédico. Desde pequeño supo que sería socorrista, ya que su jardín de niños, el Centro de Estudios Iberoamericano, realizaba visitas constantes a las instalaciones.

"Tuve la oportunidad de venir al kínder que está aquí a la vuelta, seguido nos traían a visitar el asilo, a visitar las instalaciones de Cruz Roja, desde chico me nació esto", contó.

Cuando tuvo 16 años se acercó a "Juventud", un grupo de la organización que se dedica a hacer labores sociales, en el cual aprendió a tomarle "amor a la camiseta" por los constantes actos de altruismo y la interacción con la gente.

Así decidió estudiar la carrera de Técnico en Urgencias Médicas (TUM) en la delegación Veracruz de la Cruz Roja para quedarse como socorrista voluntario en la institución, de la que actualmente forma parte del personal remunerado.

"Por el cargo que tengo de coordinador es un trabajo para el que tengo que estar disponible las 24 horas del día", dijo.

Ser paramédico es su única labor y, por causa y efecto, su sustento, razones por las que decidió especializarse. También estudió la carrera de Técnico Superior en Urgencias Médicas, Emergencias y Desastres.

La vida como socorrista lo llevó a prestar sus servicios en diversos episodios de desastres ocurridos en el estado y en el país, como el paso de huracanes en Veracruz, inundaciones en Tabasco y sismos en la Ciudad de México.

LO DIFÍCIL DE SER PARAMÉDICO

Ernesto Díaz es el único paramédico de su familia. Cuando tiene la oportunidad platica con sus padres sobre los auxilios que realiza durante sus guardias en la base y siempre recibe palabras de aliento de sus parientes, factores que lo motivan y le causan alegría. Pero no siempre fue así.

De acuerdo con el socorrista, cuando tenía 20 años su padre le negó un permiso para socorrer a víctimas de inundaciones en Tabasco.

"Recuerdo un día que teníamos que viajar a Tabasco porque estaban las inundaciones allá y mandaron un grupo de la delegación; mi padre me dijo que no, que para qué iba yo, a mal dormir, a mal comer, a estar sufriendo", platicó.

Luchar contra la molestia de su padre no fue la única situación difícil que la vida le puso en su camino como paramédico. Hubo otras tantas más; aún las hay. Asumió que lo más complicado es llegar tarde a un auxilio, cuando ya no puedes salvar la vida.

"La primera vez (que muere alguien) es frustrante, te marca y de ahí llegas a crecer más", compartió.

Según Ernesto, hay socorros que marcan al paramédico, como los accidentes automovilísticos; otros exigen demasiado esfuerzo físico, debido que hay auxilios en los que se necesita bajar a un paciente de un segundo piso o hacer maniobras.

"Hay días en que uno dice ´hasta aquí, ya no´, pero tratamos de enfocarnos en lo principal", externó.

LA PANDEMIA, UN CAMBIO RADICAL

La llegada de la pandemia de la covid-19 en marzo de 2020 fue un cambio radical para los médicos de la Cruz Roja Mexicana Delegación Veracruz, ya que tuvieron que aplicar transformaciones estrictas a sus protocolos de trabajo.

Pese a que la Cruz Roja no es un hospital Covid-19, los socorristas de la institución atienden a la ciudadanía de la zona conurbada con un protocolo de preguntas desde las llamadas telefónicas con la intención de conocer lo más cercanamente posible sus signos vitales.

"Antes de entrar al domicilio tenemos que preguntar, antes llegábamos directo, atendíamos, pero ahora no, llegamos al lugar, tenemos que verificar qué signos tiene, qué síntomas presenta, para posteriormente empezarlo a atender", mencionó.

La constante es la misma desde hace un año y tres meses, la mayoría de las llamadas telefónicas y atenciones son de personas que dicen tener síntomas de covid, pero ni Ernesto ni sus 30 compañeros de las dos guardias quitan el dedo del renglón.

Con todo y la pandemia de la covid-19 y las dificultades de la vida como socorrista, aún hay un Ernesto Díaz Mora para rato en la delegación veracruzana de la Cruz Roja, pues a 16 años de iniciar su vida en la institución aún conserva su vocación de servicio como el primer día.

24 DE JUNIO, DÍA DEL SOCORRISTA

Este 24 de junio, en el marco del Día del Socorrista, la delegación Veracruz entregó reconocimientos a los paramédicos por su trayectoria dentro de la Cruz Roja. Los festejos – por la pandemia de la covid-19 – aún están lejos.

La fecha, también conocida como el Día Internacional del Paramédico, data de 1859, cuando en la batalla de Solferino, Henri Dunant, fundador de la Cruz Roja, y un grupo de socorristas brindaron atención a soldados heridos.