Terminar sus estudios, apoyar económicamente a su familia y aprender más sobre el verdadero mundo laboral, esas fueron las principales razones por las que Alexa solicitó su incorporación al programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”.

La joven xalapeña de 26 años se animó a inscribirse al programa tras la experiencia de una amiga. No conocía los beneficios de la beca, pues lo que más le interesaba era aprender y adentrarse al complicado mundo laboral, el cual difícilmente le abre las puertas a los recién egresados. 

“Empecé en febrero (de 2021) y desde entonces estoy recibiendo la beca”, comparte Alexa, quien acaba de concluir su carrera en Ciencias Sociales y se incorporó a una empresa de publicidad en la que desempeña funciones de Community Manager. 

Para algunos, el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” no ha dado los resultados esperados en todas las unidades económicas del país. Incluso autoridades y líderes empresariales han señalado que más del 50 por ciento de los beneficiarios no ha tomado con seriedad el programa.

Las principales quejas hacía los becados se relacionan con inasistencias, problemas de actitud y desinterés por participar en las actividades de las empresas que los capacitan. 

Sin embargo, Alexa ha aprovechado el recurso que recibe mensualmente para apoyar a su familia; es la menor de tres hermanos y reconoce que, al igual que muchos, la pandemia de covid complicó las finanzas de su hogar. 

“Yo sí me he sentido beneficiada en el aspecto de que es el puente para salir de un ámbito académico a uno laboral (…) también para las personas que apenas se van a incorporar en un ámbito laboral que necesitan esa capacitación de trabajo y pueden aprovecharlo muchísimo”, comparte. 

Actualmente, Alexa es una de las más de 173 mil 380 personas de entre 18 y 29 años que recibe el apoyo económico de 4 mil 310 pesos mensuales en Veracruz, el segundo estado después de Chiapas con el mayor número de beneficiarios en todo el país. 

De acuerdo al gobierno federal, más de 204 mil jóvenes han egresado de este programa, de los cuales hasta un 32 por ciento ha emprendido un negocio, y un 29 por ciento ha conseguido un trabajo formal en el mismo centro donde lo capacitaron.  

Alexa sabe que su beca tiene una fecha de vencimiento, aunque confía en afianzarse en el trabajo que desempeña, tal y como sucedió con sus conocidos, “sí me gustaría que sucediera y he conocido personas que pasa eso, hacen su capacitación y en el momento en el que termina tienen la oportunidad de trabajar ahí”. 

La joven considera que uno de los aspectos de mejorar es el tiempo de vinculación. Sin embargo, considera que lo más importante no es el recurso obtenido mes con mes, si no la experiencia laboral que los beneficiarios puede generar.