Veracruz, Ver.- Los fines de semana para doña Tomasita volvieron a tomar sentido hace un mes, luego de permanecer un año en resguardo por la pandemia, salió al zócalo de la ciudad de Veracruz para bailar Danzón.

Para doña Tomasita el Danzón es más que un pasatiempo, gracias a este baile conoció a su esposo, se enamoró y obtuvo infinidad de momentos felices, que hasta la fecha resguarda como su mayor tesoro.

"Yo soy bailadora desde siempre", dice orgullosa Tomasita, la mujer de 88 años comenta que proviene de una familia amante de la danza.

"Mi mamá era campeona bailando, luego me empezó a llevar a los bailes desde que tenía 14 años", dijo.

Actualmente, a sus 88, la pasión por este baile sigue presente como la primera vez. Desde hace 20 acudía todos los fines de semana al zócalo y a la Plazuela de la Campana.

Una tradición que solo la pandemia de la covid logró suspender por un año. Desde que cerraron todos los lugares públicos y donde la mayoría de la población -en especial la de adultos mayores- tuvo que resguardarse en casa, para no correr el riesgo de enfermarse del virus.

"Desde que suspendieron el Danzón ya no salí, hasta apenitas empiezo a salir ahorita, porque ya estoy vacunada", agregó.

Al igual que sus demás compañeros que se encuentran reunidos en el zócalo hace un mes volvieron a salir del confinamiento, luego de haberse aplicado la segunda dosis de la vacuna contra el covid.

Aunque Tomasita asegura que en ningún momento padeció la enfermedad, el encierro y la rutina era lo que más la dañó.

-Es parte de la vida de uno, (el danzón) ya tengo nueve meses sin salir, ya estaba fastidiado-, agrega otro de sus compañeros.

POR CONFINAMIENTO MARÍA ESTUVO A PUNTO DE PADECER DEPRESIÓN

Para Jesús y María la historia fue diferente, hace cinco años que llegaron a vivir a Veracruz, provenientes de Tampico fue este baile el que los motivó a tomar la decisión de cambiarse de ciudad.

Actualmente llevan ocho años bailando -serían nueve si la pandemia de la covid no nos hubiera mantenido en resguardo- dice Jesús.

"Al principio no salíamos para nada, afortunadamente la vacuna llegó para nosotros los viejitos y pues gracias a Dios ya tenemos las dos vacunas, entonces ya vacunaditos nos sentimos más seguros", dijo María.

Para María el encierro fue más pesado, pues estuvo a punto de padecer depresión, por causa del abandono de las actividades que realizaba antes de la pandemia, para superar este episodio trataba de ocuparse con otras cosas.

Según el boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud para la semana 18 el estado de Veracruz registro mil 781 personas diagnosticadas con depresión, quienes más padecieron esta enfermedad fueron las mujeres con mil 313 casos, mientras que los hombres solo obtuvieron 468.

Hace dos meses decidieron salir, todos los fines de semana traen su bocina hasta el zócalo y se reúnen junto con Tomasita para disfrutar de las tardes y recuperar el tiempo que la covid les quitó.

Ellos formaron parte de los más de 58 mil adultos mayores que recibieron la vacuna de la covid y quienes ahora volvieron a realizar sus actividades con más confianza.