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El legado de Leonora Carrington que llegó a Veracruz

  • Fryda Padrón
Este 6 de abril se cumplen 104 años del natalicio de la artista surrealista Leonora Carrington

Las obras de Leonora Carrington son unas de las grandes referencias de la corriente surrealista en el arte y su trabajo se convirtió en una inspiración para artista como Luis Buñuel, Octavio Paz, Carlos Fuentes  y Carlos Monsiváis.

En 2017, una parte de las esculturas de Carrington fueron parte de la exposición “Festeja Boca a Leonora Carrington”, con la que se conmemoraron los 100 años de su natalicio. La exposición fue promovida por el Ayuntamiento de Boca del Río en conjunto con los familiares de la artista

 

 

Leonora nació el 6 de abril de 1917 en Lancashire, Inglaterra y falleció el 25 de mayo en la Ciudad de México.

 

 

Fue educada en el Convento del Santo Sepulcro, en la ciudad de Chelmsford, mismo en el que fue encarcelado el reconocido escritor Oscar Wilde.

Pese a su formación, Leonora no siguió las pautas educativas de las señoritas de alta sociedad de la época, que eran destinadas al matrimonio, ella se interesó por el conocimiento, leía libros y participaba en conversaciones sobre diversos temas que organizaban los jesuitas del colegio de sus hermanos en Shonyhurst.

En 1936 ingresó a la Academia Ozenfant de Arte, en la ciudad de Londres, donde conoció al pintor alemán Max Ernst, con quien tuvo una relación sentimental y además, la introdujo en el movimiento surrealista.

 

 

La pareja inició una vida en Francia, sin embargo, durante la invasión nazi de 1939, Max Ernst fue detenido e internado en el Campo de Les Milles por ser alemán. Debido a esto, Carrington cayó en depresión y por órdenes de su padre fue internada en un hospital psiquiátrico en Santander, del que escapó en 1941.  Después de esto encontró refugio en la embajada de México de Lisboa.

Carrington llegó a México en 1942, donde se puso en contactos con artistas surrealistas como Remedios Varo, André Breton, Benjamin Péret, Alice Rahon, Wolfgang Paalen y  Bridget Bate Tichenor.

 

Su obra

Su producción artística fue catalogada por los críticos (Raquel Tibol), como una de las máximas representantes a nivel mundial del surrealismo dentro del arte, además, ganó el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes, otorgado por el gobierno de México en 2005 y  consagró los siguientes 70 años de su vida a crear pintura, escultura, obra gráfica, textil, joyería y literatura.

Obras en prosa

  • La casa del miedo (1938)
  • Una camisa de dormir de franela (1951)
  • El mundo mágico de los mayas con ilustraciones (1964)
  • La señora Oval: Historias surrealistas
  • La trompeta acústicaLa corneta acústica o La trompetilla acústica
  • La puerta de piedra
  • El séptimo caballo y otros cuentos
  • Conejos blancos
  • En bas ( Autobiografía)
  • La invención del mole (1960)

Pinturas

  • Green tea
  • The guardian of the Egg
  • La comida de Lord Candlestick
  • The Burning of Giordano Bruno
  • Self- Portrait
  • Bird Bath
  • The Lovers
  • El mundo mágico de los mayas
  • Laberinto
  • Los hombres pájaros de Burnley
  • El adivino
  • Temple of the word
  • Retrato de Max Ernst

 

El arte de Carrington se reconoce por sus personajes cargados de una imaginación extraordinaria, formas reconocibles y comunes para luego añadirles su sello personal: elementos míticos, enigmáticos y la magnificencia en cada una de ellas.

Las esculturas de la artista imponen por su tamaño y volumen, piezas que pueden medir de 3 a 4 metros de altura, con una circunferencia que va de uno a dos metros. La constante en su trabajo son las formas de animales y humanoides: con patas, brazos y dedos alargados.

 

 

Otras de las características son las cabezas triangulares, cuellos extendidos y picos similares a los de las aves. Seres con capas, de rostros inusuales, algunos de ellos con doble cara que hacen una dualidad entre el bien y el mal, y que invitan a darles un significado a partir de nuestras creencias, vivencias y contexto en el que vivimos.

Carrington además de ser escenógrafa, escritora, pintora y escultora, era una defensora de los derechos de la mujer, "Aunque me gustaban las ideas de los surrealistas, André Bretón y los hombres del grupo eran muy machistas. Solo nos querían a nosotras como musas alocadas y sensuales para divertirlos, para atenderlos".