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El antes y después, a un año de la pandemia en Veracruz

  • Carlos Caiceros
El antes, el ahora y lo que podría venir con la pandemia que ha golpeado a la entidad en todos los niveles, dejando más de 8 mil 500 muertos

Entusiasmados por la jornada de vacunación y la baja en la curva de contagios y defunciones, los veracruzanos comienzan a creer que ya despertaron de la pesadilla ocasionada por el covid-19 a un año de su llegada, pero nada está más lejos de la realidad.

Expertos como el especialista en Medicina Interna de Alto Nivel, Alejandro Quintín Barrat Hernández, sostienen que, en su primer aniversario, la pandemia aún va para largo y el riesgo que implica para la salud y la economía sigue siendo alto.

En entrevista Barrat Hernández expone que no se puede pasar por alto que todavía no existe un tratamiento eficaz contra la enfermedad causada por el SARS-CoV-2, de ahí que los ciudadanos no pueden fiarse de ninguna vacuna.

Además, refiere que al ritmo actual en que se están aplicando las inyecciones el 75 por ciento de los 117 millones de ciudadanos recibirían su dosis hasta el año 2023.

“Parece ser como si todo hubiese terminado y mucha gente está socializando como antes de hace un año, cuando en realidad todavía estamos ante un alto peligro con la aparición de nuevas cepas y ante la ausencia de estrategias que obliguen tanto a los comercios, como a la industria y al propio consumidor a tener medidas de protección”, señala.

En consecuencia, para el médico consultado la llamada “nueva normalidad” y el regreso a clases presenciales, así como la reapertura de actividades económicas, todavía “van para largo” o deberían estar prácticamente descartadas para este 2021.

Alerta que otros países, como Italia, han combinado sus estrategias para reactivar el comercio, el regreso a las aulas y las jornadas de vacunación, teniendo como resultado un alza de contagios graves, especialmente entre menores de edad.

“Sabemos que la pandemia nos ha llegado después de que afectó otros lados. La primera ola que nos llegó pasó antes en otras ciudades y países y pese al desastre no aprendimos y caímos en los mismos errores; llegó la segunda ola que pasó nuevamente en Europa y nosotros igual, no aprendimos y nos volvió a pegar fuerte la segunda elevación de casos”.

Barrat Hernández asegura que no es momento de que en México y en Veracruz se caiga en un exceso de confianza pues, aunque el escenario de hospitales saturados y desabasto de insumos como el oxígeno medicinal parecen remotos, todavía no existe una estrategia gubernamental que prevenga nuevas olas de transmisiones.

“Apenas hace un año el presidente pedía abrazarnos”, sostuvo el especialista, recordando el inicio de la contingencia, cuando el mandatario Andrés Manuel López Obrador recomendaba a los ciudadanos utilizar amuletos contra la enfermedad.

De acuerdo con Barrat Hernández, por ahora la mejor estrategia sigue siendo mantener la “sana distancia”, el resguardo en casa especialmente de personas con comorbilidades y medidas sanitarias como el lavado constante de manos.

MÁS DE 8 MIL MUERTOS

De acuerdo con datos oficiales, la pandemia inició en la entidad el 18 de marzo de 2020, cuando se confirmaron los contagios de una mujer de 22 años y un hombre de 24 años, con antecedentes de viaje al extranjero previo a su arribo a la conurbación de Veracruz-Boca del Río.

Días después se registró el primer fallecimiento en el municipio de Tlacotalpan el 29 de marzo de 2020. 
A la fecha, por cuanto hace a los contagios y fallecimientos que se han suscitado a lo largo de este año en la entidad veracruzana, con corte al 15 de marzo de 2021, en total han muerto 8 mil 529 personas por el covid-19.

Se tiene igualmente el registro de 56 mil 413 casos confirmados; 10 mil 996 casos sospechosos y 48 mil 207 casos negativos.

Las autoridades sanitarias señalan que, del total de enfermos, 45.13 por ciento son mujeres; el 54.87 por ciento son hombres y sólo el 33.01 por ciento han requerido hospitalización. Mientras que el 66.99 por ciento han llevado la enfermedad en casa con atención ambulatoria.

Respecto a las comorbilidades asociadas a la enfermedad que derivaron en defunciones son la hipertensión en un 23.63 por ciento, la diabetes en un 19.49 por ciento, la obesidad en un 18.18 por ciento y 5.66 por ciento de tabaquismo.

Los municipios con mayor registro de casos en todo el año que ha durado la pandemia son Veracruz, Xalapa, Poza Rica y Coatzacoalcos.

“La gente piensa que ya está protegida por la vacuna, o que ya hay menos riesgo. Lo cierto es que falta para la inmunidad de rebaño, que se logra sólo con el 70 por ciento de los habitantes vacunados.

“El uso de cubrebocas, distanciamiento, el lavado excesivo de manos, estas medidas que parecieran sencillas, son las que han comprobado tener mayor eficacia, reduciendo los niveles de contagios de otras enfermedades como la influenza”, sostiene Barrat Hernández.

Ante este panorama, el especialista en Medicina Interna repite que para los enfermos todavía no hay un tratamiento infalible contra la enfermedad, pues la afectividad de los fármacos continúa evaluándose en todo el mundo.

“Al día de hoy el principal tratamiento que tenemos para la enfermedad es el tratamiento antinflamatorio; hay que evitar caer en falsas informaciones y dar por sentado que la vacuna va a cambiar todo esto (…).

“Se arguyó que las personas tienen la responsabilidad y madurez para tomar sus propias decisiones, lo que sabemos que no es así. Es como el uso del cinturón de seguridad, que es obligatorio y hay personas que prefieren ponerse en riesgo”. 

COVID DESTROZÓ EMPLEOS EN VERACRUZ 

Al cierre de 2020, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN), del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e información (INEGI) detalla que 116 mil 281 veracruzanos cerraron el año desempleados.

El INEGI refiere que las entidades federativas que tienen las mayores tasas de participación en la actividad económica son: Nayarit con 70.4 por ciento y Yucatán con 64 por ciento. 

Caso contrario ocurrió en Veracruz, con apenas el 53.2 por ciento de su población económicamente activa con un empleo formal.

En este rubro, Coatzacoalcos fue uno de los municipios veracruzanos que más resintió la falta de empleo en año de pandemia: tuvo el 7.1 por ciento de desocupación de la población económicamente activa.

El municipio presentó además una de las mayores tasas de subocupación -personas que busca y necesitan trabajar más de lo que actualmente laboran- con 28.8 por ciento de subocupación.

Además, la recuperación del 1.1 por ciento que registró Veracruz durante el 2019 con respecto a su Producto Interno Bruto (PIB) terminó también por desplomarse.

El mismo INEGI indica que el Estado vio reducido su Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) en un 9.9 por ciento, colocándose entre las 10 entidades del país que más resintieron los efectos de la pandemia por el covid-19.

Lo anterior quiere decir que, el reinicio de operaciones de algunos sectores económicos que fueron declarados esenciales después de finalizar la jornada nacional de sana distancia y los programas estatales de apoyo en dicho lapso, fueron insuficientes para impulsar la economía local.

Durante 2019 las actividades terciarias (comercio y servicios) con más participación en el PIB total de estas actividades residieron en la Ciudad de México, Estado de México, Nuevo León, Jalisco, Veracruz, Guanajuato, Puebla, Baja California, Michoacán, Chihuahua y Tamaulipas, agrupando 69.5 por ciento del PIB de estas actividades.

En las actividades secundarias (sector industrial), las principales aportaciones fueron observadas en Nuevo León, Estado de México, Jalisco, Campeche, Coahuila, Guanajuato, Ciudad de México, Sonora, Baja California, Chihuahua y Veracruz participando con 65.3 por ciento.

Por su parte, Jalisco, Michoacán de Ocampo, Sinaloa, Veracruz, Chihuahua, Sonora, Guanajuato, Puebla, Estado de México, Durango y Chiapas destacaron al agregar 68.6 por ciento del PIB en las actividades primarias (agricultura, cría y explotación de animales, aprovechamiento forestal, pesca y caza).

Aunque para el 2020 no se ha dado a conocer la contracción en el PIB, las estimaciones no son alentadoras para todo el territorio.

Al respecto, Barrat Hernández no duda en mostrar su desacuerdo con la estrategia nacional de vacunación, con la que el Gobierno de la República optó por inyectar a los adultos mayores de 60 años.

Respecto al desarrollo económico dijo que la estrategia bien pudo centrarse en inmunizar a todo el personal médico e incluso a sectores industriales que pudieran reactivar el desarrollo del país.

“Se tenían que plantear algún esquema; personalmente creo que lo ideal hubiera sido vacunar primero a aquellas personas que estuvieran más expuestas al COVID y después a las menos expuestas.

“Muchas personas mayores de 60 y 70 años no salen de sus casas y no requieren salir, sin embargo, el personal de primer contacto como la policía, los bomberos, las ambulancias y todo el personal médico e incluso también empresas que pudieran reactivar la economía de una forma más acelerada podían haber sido prioritarias".

Barrat Hernández consideró que la vacuna debía priorizar a personas por factores de riesgo y exposición, para después atender a los menos expuestos, sobre todo cuando la inmunidad general demorará meses o incluso años.

“Obviamente uno tiene esperanzas y cree que pronto puede terminar esto, pero se calcula que, a la velocidad de 200 mil vacunas diarias, que es lo que estamos aplicando, podríamos estar cubriendo nuestro 70 por ciento en marzo de 2023. 

“Es difícil que pensemos que para finales de este 2021 esté todo solucionado; es una problemática mundial, existe dificultad para acceder a las vacunas y hay estrategias locales que no han sido las más adecuadas".

ESTRATEGIA DE VACUNACIÓN

Para el especialista el retorno a las aulas con clases presenciales debería estar descartado.

“Para que se ocurra el regreso a clases necesitamos primero que comience la vacunación para adolescentes o niños, pero apenas se están con los estudios para poder aprobar la vacuna en niños y adolescentes”, refiere.

Cabe señalar que las autoridades sanitarias iniciaron con la inmunización contra el covid-19 este mes de marzo, que se cumple un año de la llegada de la pandemia.

Previamente, fueron vacunados los médicos que enfrentan al virus en todos los hospitales públicos de la entidad.

A la fecha, aunque no se ha detallado el número exacto de dosis aplicadas a los adultos mayores, que son los beneficiados en esta primera etapa, han sido más de 165 mil vacunas las que han sido enviadas al Estado.

En un primer cargamento, llegaron al estado 63 mil 310 dosis de la vacuna de AstraZeneca, el 14 de febrero de este año.

El 7 de marzo, la entidad recibió un lote 50 mil 440 dosis de vacunas del laboratorio SINOVAC.

El jueves 11 de marzo, 51 mil 675 vacunas más llegaron a la entidad, para complementar la estrategia que se desarrolla en Xalapa, al igual que en el puerto de Veracruz.

A nivel nacional el Gobierno ha aplicado cerca de 4 millones y medio de dosis, abarcando 828 mil trabajadores del sector Salud y más de 17 mil empleados del sector educativo, con cerca de 3 millones de adultos mayores que han recibido una dosis, aunque el objetivo son 15 millones de ancianos en una primera etapa que concluiría en mayo.

Cuestionado sobre la intención de reanudar clases el próximo ciclo escolar, con inscripciones en el mes de abril, Barrat Hernández sostiene que sería un error.

“Si vemos lo que ocurre en otros países para qué caer en el mismo error; personalmente considero que no es el momento reiniciar clases y que es prudente esperar. Finalmente, las clases se están dando, no es la forma ideal u óptima, pero los chicos están con sus evaluaciones y no hay necesidad de forzar una situación que pueda generar más problemas, sobre todo cuando porque estamos viendo que las nuevas cepas o variantes parecen tener más problemas con los niños y adolescentes”.

Aludiendo a casos como el de Italia, el especialista dijo que está comprobado que los menores de edad son propensos a padecer la enfermedad si se retoman las clases presenciales de forma anticipada.

Barrat Hernández reconoce que conforme va avanzando la pandemia la posibilidad de saturación va disminuyendo por la inmunidad tanto por los pacientes recuperados como por las vacunas, de ahí que es posible que ya no se necesite robustecer la infraestructura hospitalaria.

“Los hospitales son suficiente y adecuada para lo que resta, sobre todo si se logra disminuir la tasa de contagio.

“Sin embargo, es importante plantear una estrategia de reinicio de actividades económicas y por eso es importante proteger a las personas que tienen que reactivar la economía y la parte social, mental y psicológica de las personas".