• Veracruz

Pese a discapacidad, Ángel sale a trabajar para ayudar a su padre

  • Inés Tabal G.
Ángel, de 23 años, sufre de discapacidad motriz. Su madre falleció y su padre no puede caminar

Veracruz, Ver.- “Yo vengo aquí a vender bolsas para llevarle de comer a mi padre, ahorita lo van a operar de la columna”, dice Ángel, mientras uno de sus vecinos empuja su silla de ruedas para ayudarlo a llegar al pequeño espacio que ocupa en una banqueta de la zona de mercados en la ciudad de Veracruz.


Ángel tiene 23 años y sufre de discapacidad motriz, su mamá murió cuando nació, desde entonces su único apoyo es su padre, Hermelindo Hernández, quien hace dos años cayó en cama debido a que padece una hernia lumbar lo que le imposibilita caminar.


Por esta causa Ángel sale todos los días ayudado por sus vecinos quienes lo trasladan desde su casa, que se encuentra en la calle Carlos Cruz del centro de Veracruz, hasta la avenida Hidalgo esquina Canal, donde vende bolsas de plástico para llevar dinero a su casa.


“Yo sufro porque tengo que andar buscando personas que me traigan y después también para que me lleven a la casa, es muy complicado para una persona enferma”, dijo.


Él y su padre viven solos en un cuarto pequeño cercano a la zona de mercados, esporádicamente obtiene ayuda de algunos vecinos y de un tío quien está al pendiente de ellos, pero asegura que la mayoría del tiempo es él quien cuida de su padre.

Desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde permanece en aquella esquina, donde ofrece sus bolsas a las personas que transitan por el lugar, aunque hay veces que no vende mucho la ayuda de las personas no falta.


“Hay veces que sacó 150 pesos o 100, porque pueden estar los días buenos o malos y como la gente trae su morral me cuesta un poco de trabajo vender, pero tengo que ponerme las pilas”, contó.


La mayoría de sus ganancias las ocupa para comer, al día suele gastarse 150 pesos, solo en comida, aunado a eso él es quién tiene que hacer frente a todos los gastos de su hogar como la compra de comida, los pagos de agua, luz y gas.


Asegura que por su condición algunas personas se aprovechan para robarle el poco dinero que genera, por lo que hay veces que llega a su casa sin nada.


Por pandemia suspendieron operación de su papá


Antes de que su padre se enfermara ambos se ayudaban mutuamente, Hermelindo era comerciante y se dedicaba a vender en las calles del centro libretas y demás artículos escolares, ahora ya no se puede mover de la cama y a sus 60 años sigue esperando una operación para su columna.


Antes de que se activara la emergencia sanitaria por el covid ya tenía programada su intervención, pero ahora tiene que esperar hasta el próximo año para que lo atiendan.


Pese a que recibe apoyo del DIF y está en constante chequeo, la ayuda no es suficiente, es por lo que Ángel sale a trabajar y reunir un poco de dinero para los gastos extras que pueda generar la operación.


La pandemia los puso en una situación complicada, Ángel teme contagiar a su padre por andar todo el tiempo en la calle, por eso se protege con un cubrebocas y siempre trae su gel antibacterial.


“Ayer no salí y el poquito dinero que tenía guardado me lo tuve que gastar para la comida”, dijo.
Todo lo anterior no detiene al joven, quien siempre trata de mantenerse positivo, enfrentando sus problemas con una sonrisa y como dice “poniéndose las pilas”, logra salir adelante todos los días.


Personas con discapacidad vulnerables ante el covid


De acuerdo la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID), en el país hay aproximadamente 7.7 millones de personas de entre cinco o más años que sufren de alguna discapacidad.


De cada 100 personas con discapacidad, 51 son adultos mayores (60 años o más), 38.5 por ciento forman parte de la población económicamente activa.


Ellos cuentan con más dificultad para realizar actividades de la vida cotidiana, de igual manera son el sector de la población que experimenta mayores tasas de desempleo e inactividad económica en comparación con las personas sin discapacidad, Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).


La tasa de personas con discapacidad que no cuentan con un trabajo es del 38.5 por ciento, siendo los hombres quienes más sufren de esta condición con 31 puntos porcentuales y las mujeres con 21 puntos.


Además de los distintos problemas a los que se enfrentan en la vida diaria, las personas con discapacidad y que tienen la necesidad de trabajar se vuelven un grupo de riesgo ante la pandemia del covid.


La Secretaría de Salud indicó que estas personas poseen un mayor riesgo a tener complicaciones por el covid, ya que son más propensos a tener sus defensas bajas.


Otro dato del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) señaló que, en 2018, el 48.6 por ciento de las personas con alguna discapacidad se encontraba en situación de pobreza, mientras que el 9.8 por ciento en pobreza extrema.


La gran mayoría de estas personas viven en situaciones adversas, como la historia de Ángel y Hermelindo.