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Luis Cano luchó como líder taxista contra UBER, robos y detenciones

  • Fluvio Cesar Martínez
En este 2020 dos líderes taxistas fueron asesinados; los recuerdan por su labor de altruismo y solidaridad con los taxistas de Coatzacoalcos

Coatzacoalcos Ver. -  La mañana del miércoles 16 de diciembre Luis Enrique Cano y un grupo de taxistas se manifestaban en el malecón de Coatzacoalcos en rechazo del ingreso de las plataformas “Uber e “InDriver”. Once horas después se convirtió en el segundo líder taxista asesinado en este 2020, víctima de la delincuencia que impera en el sur de Veracruz.


“Cano” (como le conocían sus colegas y amigos) relevó a Moisés Carrillo de la Cruz, quien fue dirigente de la Coalición de Organizaciones Taxistas en la ciudad y murió asesinado a balazos el 10 de marzo de este año, afuera de las oficinas de su organización, en la colonia Playa Sol.
 
A pesar de que no asumió el cargo de manera oficial, los ruleteros recurrían a Luis Enrique cada vez que se enfrentaban a problemas como robos, detenciones y hasta problemas con Transporte Público.


Siempre les tendió la mano a los amigos y creó grupos de taxistas y quería regresar las viejas prácticas en donde los taxistas se apoyaban ante cualquier circunstancia. Siempre buscó la hermandad y nunca dejó solo a los conductores enfermos o accidentados, realizó boteos y colectas sin ningún lucro o pedir algo a cambio”, expresó uno de sus amigos que decidió omitir su nombre por seguridad.


De acuerdo con lo relatado por testigos, al filo de las 21:00 horas del jueves 16, el secretario general de los Auténticos Taxistas de Coatzacoalcos recibió una llamada telefónica que lo obligó a salir de su domicilio particular ubicado en la colonia Puerto México, donde ya lo esperaban hombres armados que le dispararon al menos cinco veces.


Al percatarse del ataque, sus familiares lo trasladaron al Hospital regional de Coatzacoalcos donde minutos después falleció a causa de las lesiones provocadas por las balas.


Con 10 años como líder, Cano buscaba regresar las viejas prácticas de solidaridad


A sus 44 años, Luis Enrique Cano había cumplido 28 como taxista y poco más de 10 como dirigente del gremio al lado de Moisés Carrillo de la Cruz.


Tras el crimen de su amigo y compañero de lucha, Cano decidió promover el fortalecimiento de su gremio, a través de ayuda solidaria ante cualquier problema que enfrentaran los taxistas.


“Como persona, a pesar de que tenía un fuerte carácter, siempre estuvo para defender a los taxistas contra las injusticias, pero últimamente nos decía que quería regresar a las practicas buenas, donde los taxistas se ayudaban cuando se les ponchaba una llanta, hasta cuando se enfermaban o cuando los detenían de forma arbitraria”, dijo el entrevistado.


Últimamente regresó a trabajar a un taxi de su propiedad, obligado por la crisis económica derivado de la pandemia del covid-19, donde aprovechaba para saludar a sus colegas y socorrerlos ante alguna emergencia.


La persona que fue entrevistada indicó que Luis Enrique había recibido amenazas de muerte en varias ocasiones, - en su mayoría después del 10 de marzo cuando mataron a don Moy-.


Sin embargo, los taxistas que lo apoyaban no contaban con que nueve meses después correría con la misma suerte: fue asesinado de cinco balazos.


“Lamentamos su perdida más que como líder, como amigo, pues siempre nos tendió la mano”.