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Conoce a “Las hijas de Cuauhtémoc”, las feministas de la Revolución

  • La Silla Rota
"Las hijas de Cuauhtémoc" fue un movimiento de mujeres que exigían participación política e igualdad de género

Los derechos que las mujeres tenemos actualmente son el resultado de una ardua y constante llevada a cabo por nuestras ancestras feministas. La lucha no ha terminado, pero siempre es bueno recordar a las mujeres que nos antecedieron. Este 20 de noviembre, recordemos a las mujeres feministas que formaron parte de la Revolución Mexicana. 

Las luchas por los derechos de las mujeres han estado desde hace más de 100 años. Incluso antes de que una mujer pudiera votar, o bien, tuviera los derechos sexuales que ahora posee.

Desde años revolucionarios, las mujeres comenzaron esta lucha a través de un movimiento llamado Las Hijas de Cuauhtémoc, fundada alrededor de 1910, que se oponían a la dictadura de Porfirio Díaz y solicitando su participación política. Además exigían igualdad de género y respeto a los derechos laborales.

 

 

Aunque poco se habla de este grupo, pues la historia de la revolución se limita a los personajes como Francisco I. Madero, Emiliano Zapata y Francisco Villa, la realidad es que la participación de estas mujeres formó parte de la Revolución y la lucha de los derechos políticos de las mujeres.

 

Dolores Jiménez y Muro, fundadora del movimiento

Entre las mujeres revolucionarias de Las Hijas de Cuauhtémoc destaca Dolores Jiménez y Muro, periodista y educadora quien redactó el prólogo del Plan de Ayala. Según el texto de la Internacionalista de Adriana González Carrillo, Las Mujeres y la Revolución Mexicana, Dolores Jiménez obtuvo el rango de coronel en las fuerzas zapatistas y fue fundadora del influyente grupo Las Hijas de Cuauhtémoc, con el que encabezó una protesta contra el fraude bajo la consigna "Es tiempo de que las mujeres mexicanas reconozcan que sus derechos y obligaciones van más allá del hogar".

 

 

"Fue una de las lideresas más visibles del Partido Liberal y una colaboradora eficaz de José Vasconcelos en su lucha contra el "Callismo". Desde la cárcel, a donde fue enviada por el régimen huertista, Jiménez y Muro creó el grupo Regeneración y Concordia, por el que proclamaba ya, desde 1914, una agenda de cambios de vanguardia para el mejoramiento de las condiciones "económicas, morales e intelectuales" de la mujer en el contexto de la Revolución", escribe González Carrillo.

 

Juana Belén Gutiérrez, feminista revolucionaria

Pero no fue la única mujer que sobresalió en la lucha feminista revolucionaria.

La internacionalista, en su texto, también destaca la labor de Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, periodistas, poetisa y filósofa duranguense quien divulgó las ideas revolucionarias y feministas del grupo político al que pertenecía, encabezado por los hermanos Flores Magón. 

 

 

También se le atribuye, además, la fundación de clubes feministas al interior de algunas células revolucionarias. En 1907, por ejemplo, funda un grupo único Las Hijas de Anáhuac mediante el cual 300 mujeres se agruparon para demandar al gobierno mejores condiciones laborales y un cambio político de fondo. Sin su activismo, no se entiende el desarrollo posterior del feminismo mexicano y muchas de las conquistas conceptuales y legales que la Constitución de 1917 incorporó en beneficio de las mujeres. 

Otras mujeres que lucharon están, Teresa Arteaga, María Arias Bernal, María Talavera, entre muchas otras, quienes consiguieron dejar una impronta femenina en la lucha revolucionaria y colocar la equidad de género como un tema central en el ideario de los distintos grupos armados

 

 

Aunque en épocas revolucionarias no se logró el sufragio femenino, como se pretendía, sino hasta 1953, las mujeres comenzaron a organizarse con seriedad y determinación para concientizar a la sociedad de la importancia de preservar sus derechos.

 

Primer Congreso Feminista

Fue así, el primer gran logro que el 16 de enero de 1916 se efectuó el Primer Congreso Feminista de Yucatán, que reunió a 700 mujeres destacadas toda la república. El congreso fue convocado por el gobernador yucateco Salvador Alvarado, 13 meses antes del Congreso Constituyente al final de la Revolución Mexicana. Como resultado de esta reunión las mexicanas ganaron el derecho a la administración de bienes, la tutela de hijas e hijos y salario igual a trabajo igual.