Xalapa, Ver.- Ante la pandemia, el cubrebocas se ha vuelto ya una de las medidas constantes para evitar el contagio de covid-19. Sin embargo, muchas dudas hay alrededor del uso de esta protección.

Por lo que Alethse de la Torre Rosas, directora del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y el Sida (Censida), explicó el uso correcto de los cubrebocas durante la conferencia vespertina de este sábado.

Primero, De la Torre Rosas detalló que el uso de cubrebocas es eficiente en un lugar cerrado cuando haya un contacto cercano e inevitable con otras personas. 

Es decir, para el uso comunitario del cubrebocas el mejor lugar para colocárselo puede ser el transporte público, el supermercado, entre otros lugares cerrados.

En un lugar abierto, respetando la sana distancia y evitando el contacto de las manos a la cara, así como el estornudo de etiqueta, el uso del cubrebocas no es del todo necesario. 

El uso del cubrebocas disminuye potencialmente la exposición de un persona ante el virus, así como la posibilidad de que un enfermo contagie a otro. 

La directora del Censida fue clara, esto sucede siempre y cuando se cumpla con otras precauciones como la higiene de manos, no tocarse la cara, ni manipular el cubrebocas de forma constante. 

Cabe mencionar que el uso del cubrebocas implica un riesgo como la autocontaminación, cuando se manipula el cubrebocas y posteriormente, sin lavarse las manos, se tocan los ojos, nariz y boca.

El uso prolongado del cubrebocas puede provocar dolor de cabeza, dificultad para respirar, lesiones en piel, dermatitis, acné y complicaciones para comunicarse.

También puede haber una falsa sensación de seguridad lo que provocaría la relajación de otras medidas como la sana distancia y la higiene de manos.

Otra de las malas consecuencias del uso del cubrebocas es el impacto ambiental, pues esta herramienta es desechable y tiene que cambiarse constantemente.