• Ecología

Cultivan en espacios “ociosos” de Xalapa como respuesta al covid-19

  • Carlos Caiceros
Daniela Aldazaba, estudiante de la UV, ganó premio internacional con proyecto de agricultura urbana ideado por la contingencia

Xalapa, Ver.- La emergencia por la enfermedad del SARS-CoV2 abrió una oportunidad a las familias de cultivar en su propio hogar o en espacios “ociosos” de ciudades como Xalapa. Así lo hace una estudiante de la Universidad Veracruzana (UV), quien impulsa un huerto en un área que estaba desaprovechada entre dos fraccionamientos.

Este es el principal objetivo del proyecto "Agricultura urbana para la comunidad en tiempos de pandemia" de Daniela Aldazaba González, estudiante del cuarto semestre de Ingeniería en Agronomía de la UV.

La alumna resultó ganadora del "Premio COV-AID al Compromiso Estudiantil" por parte de la Red Talloires a nivel internacional y una de los 24 facilitadores del proyecto de los Grupos de Apoyo Para la Producción de Alimentos en Casa (Grupos APAC).

"Definitivamente la pandemia nos enseñó que los hábitos de consumo y alimentación no han sido guiados de la manera correcta y por eso a través de cultivar nuestros propios alimentos creamos un proceso de conciencia y sensibilización en el tema", opina.

La propuesta de Daniela incluye el compartir con las familias el conocimiento del origen de los alimentos, cómo se producen y los procesos implicados en su cosecha, todo esto en un huerto desarrollado en una ladera entre las colonias Buenavista I y II de Xalapa.

"Estamos en tiempo de pandemia y esta es una iniciativa ciudadana de la Universidad, que surgió para ofrecer herramientas para que toda la población pueda tener acceso a la alimentación a través del conocimiento", añadió.

Indicó que durante la cuarentena creció la reflexión sobre la mala alimentación de los ciudadanos y de herramientas e información técnica local acerca de los procesos de cultivo. Ahora su proyecto es incluir este conocimiento en una página electrónica y hacerlo accesible a todos.

De este modo la población interesada en producir sus alimentos en Xalapa puede obtener datos y mapas en dónde se localizan los puntos para aprender a cultivar, gestionar semillas y mejorar especies comestibles; incluso para adquirir los resultados de la cosecha.

"Todo el proceso se realiza en línea y los grupos APAC nos comunicamos a través de WhatsApp y sintonizamos cada 15 días la red de agricultura urbana y periurbana de Xalapa para ver la sesión en vivo donde se responden preguntas de un tema determinado para trabajar y hacer mejoras".

Explicó que por ahora son 24 facilitadores que atienden igual número de grupos y cada uno cuenta con entre cinco y nueve aprendices: "entonces somos un montón de gente".

"La finalidad es que con este premio se pueda fortalecer esta red, siga creciendo y podamos tener más solvencia y más capacidad para recibir a más personas de esta ciudad y de otras ciudades".

Por lo tanto, cuando finalice la cuarentena Daniela prevé reforzar dicha red, realizar reuniones tipo tequio y la rotación de un huerto a otro para aplicar los nuevos conocimientos adquiridos.

"Con cultivar en macetas y en azoteas no vamos a resolver el problema, no nos vamos a volver autosuficientes, pero si nos va a dar una conciencia de a quién le estamos pagando por nuestros productos", explicó.

Para Aldazaba González, el proyecto ayuda a las personas, sin importar su estatus social, a conseguir buenos alimentos y aprovechar los espacios “ociosos” para cultivar.

"Es una herramienta para toda la población no sólo para un grupo específico".

Además, reconoce que el proyecto en sí es un reto porque implica una cuestión cultural y de cambio de malos hábitos de muchos años atrás.

"Cuando uno se ve en la necesidad de cambiar porque 'no le queda de otra', pues lo hace y se acostumbra y como dicen por ahí, a lo único que no nos acostumbramos es a no comer y es muy probable que la pandemia nos deje una lección, concientizar y cambiar".

SE NUTRE UN SUEÑO

Desde el punto de vista de Daniela, uno de los retos del proyecto radica en luchar contra la desmotivación de las personas, dado la actual desconexión de los procesos de producción de alimentos.

"Estamos muy desconectados de los procesos de la propia naturaleza y el vivir en la ciudad nos desconecta. Hay interés, y predicar con el ejemplo es una herramienta para incluir a más personas, no es de imponer, sino de socializar el conocimiento".

La idea navegó a contracorriente, luego de que las autoridades construyeron un parque, sin el aval de los vecinos, en un espacio en donde Daniela comenzaba los primeros cultivos de alimentos con la ayuda de vecinos e incluso de su familia.

Una vez en la licenciatura en Agronomía, dentro de la experiencia de Técnicas de Agricultura Sustentable, se afianzó el proyecto de agricultura urbana, que cobra más vigencia a partir del covid-19.

"Cuando hay manos resistiendo y más manos apoyando es mucho más fácil y ahora el proyecto es comunitario, vienen las amigas, los amigos, mis papás, las vecinas, los vecinos, se nutre de muchas cosas".

De este modo, lo que inició como un huerto al lado de un edificio, ahora son dos, en donde cada viernes se reúnen los participantes para planear el trabajo del mes para después proponer y asignar actividades.

Comenta que participan desde las vecinas que aportan residuos para la producción de composta, como los que regalan plantas o semillas, o quienes van a podar: “o los que simplemente van y dan ánimos a los sembradores (…), todos esos esfuerzos cuentan".

DAR Y TOMAR

En el huerto, a quien le hace falta tomates va y los cosecha, dado que la finalidad no es enriquecerse, sino trabajar para todos, añade.

De este modo el plantío no sólo incluye legumbres, sino plantas aromáticas para infusiones o tés. 

"Si hoy no tengo tomate y veo que hay en el huerto, voy y los corto. Si no hay acelga en mi hogar y hay en el huerto, voy y los corto, es lo valioso del proyecto".

Entusiasmada la estudiante afirma que la idea causó eco entre sus conocidos y por lo tanto, no descarta replicar las experiencias y aprender de ellas.

"En la colonia nuestro principal objetivo es expandir el huerto y hacer producción de hortaliza, más sistematizada, para que tengamos nosotros para comer y para compartir".

Admitió que para los activistas "de la tierra" persiste el riesgo en su vida cuando su labor toca "intereses"; aunque en su caso, nunca ha recibido ningún indicio para sentirse en peligro.

Ahora confía que el proyecto puede sumar y despertar más simpatía que oposición, sobre todo tomando los éxitos de otras iniciativas.

"Viendo las experiencias de otros lugares como el Huerto Roma, el Huerto Tlatelolco, ahí se ofrecen oportunidades de crecimiento, empleo y desarrollo humano; si esto se focaliza con estrategias bien planteadas si podría crecer", añadió.