Durante el año 2019, primero de la 4T veracruzana, se incrementaron en el estado los casos de dengue de manera exponencial, lo cual puso en varias encrucijadas al gobierno estatal, el cual se vio rebasado e ineficiente para combatir la epidemia en Veracruz.

La Silla Rota Veracruz ha reportado los incrementos de los casos de esta enfermedad, así como las historias de las víctimas mortales, quienes sucumbieron ante los fuertes síntomas.

Además, también se documentaron los tropiezos y absurdos cometidos por la administración de Cuitláhuac García, por lo que estos son los casos más sonados en este año, de justificaciones y reveses del gobierno estatal, con respecto al dengue.

Cero fumigaciones

La administración estatal se vio lenta e inefectiva, ya que las cuadrillas de fumigaciones, que se acostumbran ver en las calles del estado rociando el aerosol antimosquitos, no iniciaron operaciones en fechas donde el dengue ya superaba los 3 mil casos en el estado.

El gobernador justificó esta medida, ya que al no fumigar contra el mosquito se favorecía a las poblaciones de abejas, las cuales, supuestamente, se ven afectadas por los químicos utilizados para erradicar las nubes de mosquitos transmisores del dengue.

Silencio ante la crisis

En septiembre, cuando Veracruz aún tenía registrados 4 mil 626 casos confirmados de dengue, ante la creciente preocupación de la población y la cada vez mayor presión de los medios por conocer la postura oficial, el gobierno ordenó que ningún secretario o funcionario diera declaraciones con respecto al tema.

Por medio de un documento filtrado, se conoció la instrucción en donde se indicaba que sólo el gobernador Cuitláhuac García y el Secretario de Salud, el Dr. Roberto Ramos Alor, eran los autorizados para comentar y declarar sobre los casos de dengue.

Campañas inefectivas

Las únicas campañas en donde el gobierno estatal invirtió tiempo y dinero, fueron en redes sociales y en medios masivos, en donde el gobernador y posteriormente otros funcionarios, aparecían en spots pidiendo a la población trabajar para erradicar los criaderos de mosquitos.

Además, el gobierno morenista se alió con la iglesia católica, para que sacerdotes colaboraran en la promoción de las campañas de salud, luego que se revelara que el arzobispo de Xalapa estaba enfermo de dengue.

Contradicciones en operatividad 

Por la falta de campañas de fumigación en el estado, los rumores sobre un supuesto desabasto del compuesto químico usado para atacar al mosquito no se hicieron esperar, a lo que la directora de la Jurisdicción Sanitaria No. 5 reviró, asegurando que existía abasto de los insecticidas.

Sin embargo, la funcionaria dijo que la poca o nula fumigación fuera la causa de los miles de casos de contagios en el estado. La causa la atribuyó a factores fisiopatológicos y las condiciones climáticas más calurosas que se vivieron durante el 2019.

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Ayuntamiento rebelde

El alcalde de Veracruz, Fernando Yunes Márquez, inició una campaña fumigación alterna, en contra de lo indicado por el gobierno estatal, criticando la iniciativa del gobernador de no dañar a las abejas.

Las fumigaciones en el municipio porteño se llevaron a cabo las 39 colonias con mayor incidencia de casos, para golpear los focos rojos en donde proliferó la enfermedad tropical.

Vacunación inviable

A pesar de que existe una vacuna contra el dengue, ésta no pudo ser aplicada masivamente por el gobierno de Veracruz, debido a que su precio ronda los $1,500 pesos por dosis.

Además, el secretario del Colegio de Pediatría del Estado declaró en octubre, que esta vacuna no puede ser aplicada a toda la población, ya que debe estudiarse cada paciente que la reciba, debido a que, si con anterioridad padeció dengue, la inyección puede llevar a complicaciones de la salud.

Negación del gobierno

Finalmente, durante su comparecencia, el Secretario de Salud del Estado, Roberto Ramos Alor, señaló como un “circo” a la emergencia por el dengue en Veracruz. Aseguró que la oposición política al gobierno es responsable de la mediatización de la crisis sanitaria.

Además, acusó a la población de no apoyar las acciones de gobierno y de propiciar la proliferación del mosquito transmisor, debido a que las personas acumulan “trebejos” en sus patios y esto hace que no se disminuya la cantidad de criaderos en las colonias.

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