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"Si hubiera estado ahí también me llevan", cuenta hija sobre desaparición de su familia, en Isla

  • Nayra Rivera
Un comando armado habría privado al matrimonio y a dos de sus hijos; la hija menor exige la acción de autoridades, teme por su vida

Xalapa, Ver.-  La noche de este sábado la familia Ortiz Octavo no jugará a la lotería como suele hacerlo, cuatro de sus cinco integrantes fueron desaparecidos la noche del 18 de noviembre en Isla, al sur de Veracruz.

Ladridos de perros, una camioneta negra de doble cabina, un coche blanco, golpes y la presencia de hombres encapuchados es todo lo que se sabe la hija menor del matrimonio cuando sus padres y sus dos hermanos habrían sido sustraídos de su vivienda ubicada en la calle Cinco de Mayo, según consta en la carpeta de investigación UIPJ/DJXIXI/ISLA/F4a/572/2019.

Se trata de Heriberto Ortiz Santos, de 56 años de edad; su esposa María de Jesús Octavo González, de 49 años y sus hijos Daniela del Carmen Ortiz Octavo, de 23, y Carlos Alberto Ortiz Octavo de 25.

 “Si hubiera estado ahí, me llevan también”, dice con angustia la joven, quién entre el miedo y la confusión pide no revelar su identidad. Ella desde hace dos años se mudó a vivir con su pareja, quien la consuela cuando la desesperación de no saber nada de su familia le quita el sueño.

La versión que vecinos dieron, coincide los relatos de otras desapariciones ocurridas en Veracruz: hombres que irrumpen en el domicilio forzando la entrada, que intimidan a sus víctimas con armas y golpes para luego llevárselos sin dejar rastro.

La hija menor lamenta, al igual que otras víctimas indirectas, lentitud en las investigaciones, intimidación por parte de policías ministeriales y señales nulas sobre el paradero de sus familiares.

La joven dice no saber porque se los llevaron. Ella se enteró de su ausencia luego de que ninguno de los cuatro se presentó a sus centros de trabajo; padre e hijo laboraban en el Frigorífico de Isla, su madre tiene una lavandería y su hermana se dedica al negocio local en una empacadora de piñas.

La noche del plagio, las tres mujeres platicaban sobre el nuevo perfume para ropa con el que María de Jesús, la madre, quería innovar en su negocio, mientras que Heriberto y Carlos Alberto se distraían con sus teléfonos.

Días más tarde, la hija menor supo que un joven que pasó en moto por el lugar al momento del ilícito fue detenido y revisado por los hombres armados cuando se llevaban a todos, “¡Vete, tu aquí no viste nada, vete o te carga la v*rga!” le gritaron, desconoce la joven si alguno portaba uniforme.

La incertidumbre inició al ir al domicilio que alguna vez fue su casa: la puerta estaba abierta con la chapa forzada, las luces encendidas y todas las pertenencias del bolso de su madre regadas en la sala, incluidas las pastillas que debe tomar constantemente, entre sollozos confiesa que teme por el bienestar su progenitora.

En una de las tantas veces que ha ido la hija Ortiz Octavo durante los últimos días al ministerio público, ministeriales intentaron tomar una falsa declaración, en la casa únicamente halló el teléfono de su hermana que resguardó en su domicilio.

La Policía Ministerial aseveró el teléfono fue llevado a El Ñape, una localidad de Isla, de manera prepotente los oficiales la citaron dos días más tarde y con un tono de voz muy imponente preguntaron “¿Qué fueron a hacer ahí? ¿A que fueron?, ¡Díganos que fue a hacer ahí!”; la integrante de la familia asegura que no ha movido el teléfono de su domicilio.

Otra de las irregularidades, es que a pesar de detallar el nombre y datos de un posible implicado en el hecho, a quién no han visto desde el día de la desaparición, no ha sido rastreada hasta el momento, reprocha.

“No tengo palabras para describirte lo que es perder a toda tu familia de un momento a otro; mi hermana siempre fue alegre y amorosa, mi mamá era mujer directa y franca, mi padre muy noble y apacible; mi hermano no dejaba que se metieran con sus seres queridos, nos defendía”.

Por miedo, pide ocultar su identidad, teme sufrir represalias.

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