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La muerte ha frenado búsquedas de desaparecidos en Veracruz

  • Miguel Ángel León Carmona
La historia de cinco padres y madres en Veracruz que murieron mientras buscaban a sus hijos desaparecidos

Xalapa, Ver.- Estragos en la salud y atentados a mano armada han frustrado la búsqueda de al menos cinco familias en Veracruz. Madres, padres y hermanas fallecieron con la promesa de gobiernos estatal y federal de encontrar a los suyos, víctimas de la violencia cometida por servidores públicos y particulares.

Yolanda murió con la esperanza de encontrar a Ámbar

La pérdida más reciente se dio el 24 de enero de 2019. Yolanda Rivera Treviño, madre de Ámbar Nayely Suárez Rivera -desaparecida desde el 02 de octubre de 2013-, falleció luego de soportar tres cirugías a corazón abierto. 

A los 54 años de edad, Yolanda Rivera perdió la vida en un hospital del Puerto de Veracruz. Durante cinco años siguió incansable la pista de su hija, Ámbar Nayely, una estudiante de Odontología de la Universidad Veracruzana (UV) privada de su libertad en la zona universitaria del municipio de Boca del Río.

De acuerdo con las investigaciones sobre ese caso, Ámbar –a petición de su pareja, el médico Francisco Javier Mendoza Ruiz- entregaría un paquete a una persona en la Plaza Mocambo, sin embargo, nunca llegó, pero sí su novio. Desde entonces no se sabe del paradero de la universitaria.

Yolanda Rivera insistió en que el novio podría ser el principal sospechoso, pues su hija ya pensaba en romper la relación con el médico a quien describió como “posesivo y celoso”. Meses más tarde, el médico originario de Tierra Blanca fue detenido por estos hechos.

La madre recriminó que el exsubprocurador priista, Fernando Maldonado Vázquez, “nos tuvo en silencio los días más importantes para exigir justicia. Le decíamos de hacer marchas y él nos decía que no, nos regañaba (…) todo fue así para no causar molestias a su jefe, el gobernador Javier Duarte”.

La muerte de Yolanda Rivera fue lamentada por integrantes de distintas agrupaciones de Veracruz y en el país. Madres del colectivo Solecito manifestaron en redes sociales y entrevistas que “nosotras seguiremos buscando a Ámbar”.

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Por buscar información de su hija, José fue acribillado en Poza Rica

José de Jesús Jiménez Gaona, padre de Jenny Isabel Jiménez Vázquez -desaparecida desde el 21 de mayo de 2011- se adentró en los primeros círculos de la delincuencia organizada en el norte del estado. El comerciante se hizo pasar por cocinero de presuntos capos de la droga y así consiguió 36 ubicaciones geográficas, donde posiblemente asesinaban personas. Esas áreas abarcan los municipios de Gutiérrez Zamora, Papantla, Coatzintla y Tihuatlán.

El 15 de junio de 2016, José de Jesús propuso durante una reunión en el puerto de Veracruz a autoridades federales emprender una brigada de búsqueda al norte del estado, teniendo como apoyo las ubicaciones que él consiguió. La petición fue aceptada. Los familiares y José recibirían protección en sus rastreos y sostendrían una charla con las autoridades en Poza Rica, el 23 de junio.

Pero el sueño de buscar los restos de Jenny Isabel no fue posible para José de Jesús. El 21 de junio de 2016, fue atacado a balazos junto a su esposa cuando viajaban en un  vehículo sobre el bulevar Lázaro Cárdenas, en Poza Rica. Él perdió la vida instantáneamente; su esposa quedó malherida y a la fecha padece secuelas de aquel artero atentado, que además quedó impune.

Jenny Isabel Jiménez desapareció el 21 de mayo de 2011. Aquella noche salió con tres de sus amigos, una de ellas su prima, a la feria de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en Poza Rica. La hija de José de Jesús reportó que estaba cenando tacos. Fue la última llamada. Nada se ha sabido de los cuatro desde entonces.

Se trata de los jóvenes Jenny Isabel, de 23 años; Iván, de 18, Pedro de 24, y Jaqueline, de 22. Edades que se convierten en patrones, con base en los 20 registros que lleva el colectivo pozarrincense. Edades que van desde los 13 hasta los 29 años.

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A Mariana el cáncer le impidió encontrar a su hermano, desaparecido por policías

Mariana González Díaz, falleció el 23 de marzo de 2017 a causa de un cáncer de estómago que nunca atendió; los últimos 13 meses de su vida los dedicó a la búsqueda de su hermano, José  Alfredo González Díaz, privado de su libertad junto a cuatro amigos el 11 de enero de 2016 en Tierra Blanca, Veracruz.

“Mi hermana ya era diabética desde antes de la desaparición de Cochi (José Alfredo) cuando pasó todo ella cayó en depresión y le detectaron cáncer. Ella no siguió con el tratamiento por falta de recursos, mi hermano era el jefe de familia”, relata Adriana González, la menor de tres hermanos que ahora se hace cargo de sus padres.

Mariana González era tratada por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) y sería trasladada a un hospital de especialidad para tratar su diabetes. Sin embargo antes de recibir ese beneficio perdió la vida.

El 11 enero de 2016, 5 jóvenes originarios de Playa Vicente -entre ellos José Alfredo González- regresaban de pasar un fin de semana en el Puerto de Veracruz y fueron detenidos por policías estatales en Tierra Blanca, al sur del estado. El fin fue el mismo para todos: desaparecieron. Susana Tapia Garibo, José Benítez de la O, Bernardo Benítez Arroniz, Mario Arturo Orozco Sánchez y José Alfredo González Díaz.

De acuerdo con investigaciones judiciales, ocho policías de la Secretaria de Seguridad Pública detuvo a los cinco jóvenes y los entregó a una célula del CJNG que los habría asesinado en el rancho El Limón del municipio de Tlalixcoyan, donde fueron hallados unos 8 mil restos humanos y diversos objetos utilizados para el robo de combustible.

En El Limón, la Gendarmería Nacional encontró un pedazo de hueso de Bernardo Benítez Arroniz y gotas de sangre de José Alfredo González Díaz. Por este crimen hay 21 detenidos: 13 civiles, acusados de ser parte de una célula del CJNG y 8 policías estatales, entre ellos el exsubdelegado de Tierra Blanca Marcos Conde Hernández.

María de Lourdes, un infarto detuvo la búsqueda de su hijo

María de Lourdes Leyton Mar, falleció de un infarto el 7 de octubre del 2018. Ella buscaba a su hijo Roberto Carlos Leyton quien desapareció el 12 de julio del 2017, cuando laboraba como taxista en el municipio de Coatzacoalcos.

El vehículo de transporte marcado con el número 3186 fue encontrado días después pero el joven no. María de Lourdes se integró al colectivo de Madres en Búsqueda Belén González, donde realizó activismo en marchas y protestas hasta el día de su muerte.

Otro caso al sur del estado es el de Moisés Isidoro González, quien buscaba a su hijo, Isidoro Martínez, de oficio taxista, quien también desapareció el 22 de abril del 2014 en el municipio de Cosoleacaque. El padre murió el 30 de marzo del 2015, a causa de insuficiencia renal.

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