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Tarek Abdalá, "el iraquí" que pasó de amigo a nuevo delator de Javier Duarte

  • De la corresponsalía
Hijo de empresarios textiles de la Cuenca del Papaloapan, creció en la política junto al exgobernador, bajo el cobijo del PRI.

Boca del Río, Ver. El día que contrajo nupcias Antonio Tarek Abdalá Saad no dudó en quien sería el invitado de honor a la fiesta: su amigo, el entonces gobernador, Javier Duarte de Ochoa. Ese 12 octubre del 2014, nadie imaginaba que cuatro años después, aquel novio acabaría por hundir en la cárcel al exmandatario.

En esas épocas, a ambos personajes los unía algo más que el trabajo, los dos habían crecido en la política bajo la misma tutela dentro del PRI, se conocían desde adolescentes.

Lo anterior no fue impedimento para que Antonio Tarek Abdalá testificara en contra de su antiguo amigo, durante la audiencia intermedia celebrada el 26 de septiembre de este 2018, en la que Duarte de Ochoa terminó por declarase culpable de lavado de dinero y asociación delictuosa, con una sentencia de nueve años de cárcel.

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La carrera política de Tarek empezó con un cargo de poca relevancia en el DIF del estado de Veracruz, bajo el mando de la presidenta del organismo, Rosa Borunda, durante el sexenio de su esposo Fidel Herrera Beltrán y en donde los cercanos a ese gobierno le pusieron el mote de “El iraquí”, en referencia a sus apellidos.

En el 2010, cuando Duarte de Ochoa llega a la gubernatura, tras ganar las elecciones en ese mismo año, es nombrado director administrativo del mismo sistema, pero ahora bajo el mandato de Karime Macías.

En el 2012, es elevado a Tesorero del Estado de Veracruz del gobierno hasta el 2015. Es enviado como candidato a la diputación federal, por el distrito 17 de Cosamaloapan, que abarca la ciudad natal de sus padres: Tres Valles, en la región conocida como la Cuenca del Papaloapan.

Personas cercanas a él aseguran que cuenta con nacionalidad mexicana y estadounidense, pero eso no fue impedimento para que llegara a San Lázaro como legislador en donde fue arropado por la bancada veracruzana, conformada por más de 21 diputados, la más grande del país.

En vísperas de las elecciones de junio del 2016, para renovar la gubernatura, llegó a oídos del diputado que había personas visitando los domicilios de algunas supuestas empresas del gobierno de Javier Duarte.

Fuentes consultadas aseguran que Tarek fue comisionado por el entonces gobernador para acallar la investigación, no lo logró y esa ineficacia terminó por lastimar la relación con su amigo.

Una vez que el PAN llegó al poder y lograron nombrar un Fiscal General afín, Jorge Winckler Ortiz, pidieron el desafuero del extesorero, pero los legisladores en San Lázaro votaron en contra.

Desde entonces, el tiempo corrió rápido para el llamado “iraquí”, pues apenas terminara su periodo legislativo, el 29 de agosto del 2018, quedaría sin fuero, a merced de las autoridades de la entidad veracruzana, en donde hay una orden de aprehensión en su contra, y de la Procuraduría General de la República (PGR), que ya había detenido en Guatemala al exgobernador, y sobre quien tenía un proceso avanzando.

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Cercanos al exdiputado del PRI contaron que los últimos días en la curul fueron un calvario para Abdalá, tanto que perdió peso, estaba nervioso y optó para dejar de ir a trabajar. Tenía dos vías: huir a Estados Unidos, país en donde es ciudadano, o pactar con la PGR.

El miércoles, durante la audiencia de Javier Duarte de Ochoa, que duró más de cuatro horas, la Procuraduría presentó un testimonió como dato de prueba número 20 que terminó de hundir a la defensa del acusado.

Se trataba de las declaraciones del extesorero y exdiputado que además entregó un total de 10 mil documentos del DIF del Estado y de la Secretaría de Finanzas y Planeación, que comprobaron el desvío de recursos públicos por medio de 40 propiedades con un valor de 800 millones de pesos.

La firma Sánchez Reyes Retana y Asociados, despacho contratado por el cordobés, aseguró en un comunicado que en el caso hubo situaciones ajenas a derecho, entre ellas, las supuestas confesiones de los autores materiales de los delitos imputados a su defendido a cambio de la libertad.

Con esto, la amistad entre Tarek y Duarte quedó en el pasado, como aquella noche del 12 de octubre del 2014, en la que ambos, con sus respectivas esposas, bailaron en la pista del Club Libanes de Boca del Río para festejar la boda del llamado “iraquí”.

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