"Estuvo así, sentada por mucho tiempo sin que nadie notara que ya no contaba con signos vitales, literalmente trabajó hasta morir y a nadie le importó".

Juana Santiago Chávez, una anciana de 85 años murió trabajando. Hasta su último suspiro, trabajó como todos los días, vendiendo mercancía en un mercado popular del municipio de San Juan Bautista Jayacatlán, en Oaxaca.

Sin embargo, nadie notó que su postura, con su cabeza y brazos abajo era porque ya no tenía signos vitales. Los visitantes del mercado solo pasaban y pasaban. Nadie notó su muerte.

Sin apoyo alguno, la mujer llevaba maíz, frijol y verduras en el mercado Villa de Etla. Algunos comerciantes señalaron que ese día, el pasado jueves, no fue muy diferente.

La anciana llegó, preparó su ´changarro´ y ofreció sus productos a los visitantes.

Sin embargo, al final de la jornada, su corazón dejó de latir. Juana, de 85 años perdió la vida en ese mercado al que acudía cada día de sol a sol.

La vida de Juana no es diferente a la de otras personas o ancianos de México.

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De acuerdo con el Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago 2018, en Oaxaca más de la mitad de la población vive en pobreza; es decir de los 4 millones 44 mil 455 de habitantes, 2 millones 847 mil 341 no tienen que comer o vestir.

Este estado, junto a Chiapas, son las entidades más pobres del país, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

La imagen de Juana conmovió a usuarios en redes sociales después de la publicación de Adub Santos, editor de un medio de Oaxaca.

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