El pasado 19 de mayo cerca de las 3:30 de la madrugada, un ferrocarril compuesto de 47 vagones fue dividido en dos y 39 de sus vagones alcanzaron una velocidad de 110 kilómetros por hora, recorrieron 11 kilómetros en seis minutos aproximadamente, y se impactaron con más vagones estacionados en un patio ferroviario de Río Blanco.

La casa de Juan Carlos Venegas fue invadida por parte de los fierros retorcidos de los vagones y el trigo que estos transportaban antes del percance que habría sido provocado por un “sabotaje” a las vías del tren, de acuerdo con la empresa Ferromex.

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Hasta el momento, el percanse ferroviario suma ocho viviendas afectadas en este municipio de la zona centro de Veracruz; una de las viviendas fue destrozada por completo, las otras siete sufrieron daños importantes y tendrán que ser evaluadas.

Juan Carlos relata que una vibración los despertó en la madrugada del sábado, pensaron que se encontraba de un temblor, pero el rechinido de las llantas del ferrocarril descartó esa posibilidad.

“El rechinar de las ruedas de los vagones nos decía que era algo diferente, y al salir nos encontramos con que teníamos prácticamente en la casa algunos vagones del ferrocarril”.

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La vivienda ubicada en la avenida Oaxaca tiene daños estructurales desde la fachada que se encuentras frente a la barda que divide el patio ferroviario de las casas.

La pared de la cochera se encuentra agrietada y provocó una fractura por el deslizamiento de la loza en una de las paredes del comedor, lo que representa un riesgo de derrumbe.

Juan Carlos cuenta el rescate de los maquinistas que resultaron lesionados, y al mismo tiempo exige a las autoridades que “se pongan las pilas” para garantizar seguridad.

Fotografías: Miguel Ángel León Carmona

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