Las diferencias son de unos cuantos centavos entre una empresa y otra, tras la liberación de los precios que se dio en enero de 2017; sin embargo, las autoridades aseguraron en su momento que esta medida beneficiaría a los consumidores, lo que no se ha concretado hasta ahora.

De enero de 2017 a 2018, el combustible se disparó de 8.12 a 10.17 pesos por cada litro, de acuerdo con los últimos datos difundidos por la Comisión Reguladora de Energía (CRE).

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El precio del gas aumentó más de 26 por ciento su precio de enero a noviembre en la capital del país. El alza total fue de 123 pesos.

Hay estados en los que estos aumentos fueron más drásticos: en Quintana Roo, un tanque de 30 kilos que en enero costaba 558, para el 15 de octubre pasado su precio se elevó a 657.9, lo que lo coloca como el más caro del país, aunque el aumento fue de casi 100 pesos.

Otro caso: en Tamaulipas, un tanque que al inicio del año costó 472 pesos, en noviembre estuvo hasta en 619.5; es decir, un alza de 147. El aumento fue de más de 30 por ciento.

Un botón de muestra más: en Jalisco, ese mismo tanque de 30 kilos que costaba en enero 500 pesos, lo vendieron en más de 570.

El mayor incremento se detectó en Baja California, con hasta 39%, pues el precio repuntó de 8.33 a 11.54 pesos. En contraste, Nayarit tuvo el menor repunte a 12% anual.

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Este combustible pasó de 8.11 a 10.15 pesos por litro, un crecimiento anual de 25% en la Ciudad de México.

El golpe también se trasladó a la compra con cilindros. El promedio nacional pasó de 15.05 a 18.96 pesos, un crecimiento de 26% anual.

Desde 2017, el ente regulador que preside Guillermo Alcocer liberó el precio del gas LPpara que los distribuidores fijen su oferta a costos de libre mercado.

Siete de cada 10 hogares mexicanos utilizan este combustible fósil, detrás viene la leña y el gas natural (14 y 7% respectivamente), de acuerdo con datos de la CRE.

Con información de La Silla Rota

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