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Norberto Rivera y su polémica carta de despedida

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En la misiva, el religioso muestra claroscuros: pide perdón a la vez que se dice satisfecho como máximo representante de la iglesia católica

Luego de que el Papa Francisco aceptara su renuncia como de arzobispo primado México, Norberto Rivera escribió una carta de despedida.

En la misiva, el religioso muestra claroscuros: pide perdón a la vez que se dice satisfecho como máximo representante de la iglesia católica en el país.

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"Pido perdón a Dios por mis debilidades y omisiones. Al final de mis días espero encontrarme con mi salvador, rico en misericordia", se lee en la carta.

En contraste, se dijo satisfecho de no haber callado ante "la violación de los derechos humanos y divinos de mi madre la Iglesia".

Esto haría relación a los casos de sacerdotes pederastas que se han dado a conocer en los últimos años.

Sin embargo, el ahora ex arzobispo primado México ha sido criticado por lo contrario, incluso llegó a defender públicamente a Marcial Maciel, uno de los religiosos pederastas más señalado, pese a que en ese momento el Vaticano le negó a ejercer el sacerdocio.

"Todo lo que dicen de que fue condenado, de que fue impedido, etcétera, es puro cuento porque el documento sólo dice que lo invita a retirarse a la vida privada [...] el padre Maciel siempre será su fundador y siempre un motivo de alegría saber que el padre sigue adelante".

Además, en 2010, Joaquín Aguilar Méndez, presidente en México de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual (SNAP, por sus siglas en inglés), lo acusó junto con Roger Mahoney de haber actuado en contubernio para proteger al sacerdote Nicolás Aguilar, a quien señala de responsable del abuso sexual que sufrió cuando era niño y de otros 30 niños cuando Aguilar estaba adscrito a la diócesis de Tehuacán en 1980.

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Asimismo, Rivera dio la bienvenida a su sucesor, Carlos Aguiar Retes, quien fue designado por el Papa Francisco.

El pasado 6 de junio Norberto Rivera entregó su carta de renuncia en la nunciatura de la Ciudad de México, como lo marca el Código de Derecho Canónico al cumplir los 75 años de edad.

Con información de Debate | La Silla Rota