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Miedo y pobreza impedían reclamar los cuerpos de las dos mujeres asesinadas en Las Choapas

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Familiares tiene miedo de acercarse ante presunto ataque

Las Choapas, Ver.- (AVC) El miedo a un posible ataque alejó a familiares y amigos de las dos mujeres que fueron asesinadas ayer miércoles por un grupo armado, por lo que los deudos tuvieron que pedir limosna, ante su pobreza, para poder sufragar los gastos del velorio y el entierro.

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Solo una funeraria se conmovió y otorgó sus servicios en forma gratuita, pues de otra manera, los cuerpos de la señora de 52 años, y su nieta de doce, habrían ido a parar a la fosa común.

“Pobres en todos los sentidos”, se refiere la gente de Las Choapas a esta familia: “Pobres de recursos y pobres ante la doble tragedia” que enfrentan.

La violencia se ha vuelto común en la zona sur

Una vendedora de flores yace junto al cuerpo de su nieta, de apenas doce años de edad. Las escenas de cuerpos sin vida —hombres, mujeres o menores— sobre la vía pública en Las Choapas, ya no resultan ajenas en ese municipio, mencionado en la lista de los que han sido etiquetados con Alerta de Género, uno con los índices de homicidios y secuestros más altos en la entidad, uno en donde la Ley no pareciera existir.

A las 19:00 horas del miércoles, día de Todos los Santos, la colonia Agraria, de Las Choapas, se convirtió en el escenario de un nuevo crimen. Apenas horas antes, en la carretera que conforma el acceso principal a esta ciudad, se encontró un automóvil abandonado en donde supuestamente se trasladaban a dos mujeres que habían sido secuestradas, entre los límites con Agua Dulce.

Ángela de Los Santos González, de 52 años, vendedora de hierbas y especias en el centro, caminaba con una de sus hijas, de 19 años, y su nieta, de 12. De la noche surgió un grupo de hombres armados, cuatro, según la versión de medios locales.

El forcejeo se dio para defender a las más jóvenes y evitar un plagio. Ante la resistencia, los sujetos dispararon en contra de las mujeres: la más grande recibió cinco balazos, mientras que la menor de edad perdió la vida de un único, pero certero proyectil.

Aunque llegaron socorristas de la Cruz Roja, nada pudieron hacer por las mujeres, pues los disparos acabaron con su existencia en pocos minutos. El lugar fue acordonado por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) con base en Las Choapas, mientras se esperaba la llegada de personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) para el levantamiento de los cuerpos; la joven sobreviviente fue resguardada por la SSP.

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La pobreza y la burocracia alentaron la inhumación

La identificación formal se demoró hasta el Día de Muertos. La familia ha sido clara: no tienen dinero y desean llevarse los dos cuerpos a Coatzacoalcos, porque allá viven familiares de la señora Ángela.

Incluso, la madre de la menor asesinada, con el rostro descompuesto por el llanto, recorrió comercios de Las Choapas en la zona centro para pedir un apoyo económico y cubrir el costo del servicio fúnebre.

El Ayuntamiento de Las Choapas no ha ofrecido ayuda formal para cubrir los gastos: “Nosotros le estamos apoyando, le hemos ofrecido los ataúdes y los cuerpos han sido embalsamados sin que paguen un costo”, comentó por la tarde del 2 de noviembre el encargado de una funeraria de la localidad, ante la necesidad de los deudos.

Sin el apoyo de la funeraria, el destino de los cuerpos habría sido la fosa común. Y a pesar de la ayuda y del hecho de que la familia no deberá endeudarse por el costo de la muerte, hasta la tarde del jueves —a casi 24 horas del doble homicidio— aún no pueden velarlas en Coatzacoalcos, por los trámites y la burocracia que deben enfrentar.

También el miedo fue un factor decisivo en el atraso de la recuperación de los cuerpos. Aunque desde la noche del crimen se conocían las identidades de las víctimas, los familiares no se habían acercado a identificarlas por temor a ser atacadas y fue hasta casi el mediodía del jueves cuando finalmente asistieron.

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Las Choapas, uno de los municipios más violentos de la zona sur

Hace apenas un año, en diciembre de 2016, los choapenses también enterraban a una niña de ocho años, asesinada junto con su madre, de 30, en un escenario similar: hombres armados que llegaron furtivamente, dispararon en más de 30 ocasiones y huyeron con toda impunidad. Y antes de ese caso, en abril del 2016, un niño de ocho años que visitaba a su abuela en una tienda de abarrotes, que un sujeto perseguido por pistoleros ocupó como refugio; el niño fue asesinado sólo por estar en el lugar.

En medio del alto número de homicidios dolosos, que ha llevado a Las Choapas a posicionarse en algunos meses como el municipio más violento de Veracruz, mujeres y menores de edad han sido parte de las víctimas en medio de enfrentamientos y ataques directos. En la mayoría de los casos, sólo existe una carpeta de investigación abierta, pero no hay sentencias.