Alrededor del 35% de las mujeres han sentido realmente un orgasmo, debido a la incidencia de factores psicológicos o físicos; sin embargo, muchas aún no saben que quizá hayan tenido orgasmos nocturnos.

Los orgasmos nocturnos son el resultado de la relajación, el aumento del flujo de sangre que llega a los genitales y la posibilidad de experimentar sueños eróticos que activan la excitación sexual, explica el terapeuta sexual Ian Kerner.

¿Quiénes tienen orgasmos nocturnos?

Según el Kinsey Report, alrededor del 37 % de las mujeres experimentan orgasmos durante el sueño al llegar a los 45 años, por lo que entre los 40 y 50 se presentan con mayor frecuencia: entre uno y hasta cuatro por mes.

Se sabe que incluso pueden llegar a presentarse desde los 20 o 25 años, pero en menor cantidad y calidad, pues es con el tiempo que las mujeres "afinan" sus orgasmos. Además, también se han identificado en mujeres con lesiones en la espina dorsal.

En realidad, cualquier mujer puede llegar a sentir orgasmos nocturnos, y entre más relajada, realizada, experimentada y con actividad sexual frecuente, suceden en mayor número e intensidad, revela la doctora Debby Herbenick, profesora de la Universidad de Indiana.

¿Cómo lograr este tipo de orgasmos?

Existen diferentes tipos de orgasmos femeninos y la mayoría de ellos están vinculados a lo que les sucede a nivel psicológico. En ese sentido, los orgasmos que las mujeressienten mientras duermen son resultado más de la actividad cerebral en las etapas del sueño, que de la estimulación.

Al respecto, los especialistas Barry R. Komisaruk, Beverly Whipple y Sara Nasserzadeh, autores de The Orgasm Answer Guide, explican que la excitación está controlada por su cerebro, más que por el contacto físico.

Por lo anterior, entre más plena y libre (sexualmente) una mujer, es más sencillo que aparezca esta clase de orgasmos.

Es posible, en cierto punto, que si controlas tu sueños desarrolles una mayor capacidad de generarlos, por lo cual, los especialistas recomiendan tener la mente abierta a nuevas fantasías, sueños eróticos, así como una mayor conciencia de la propia sexualidad. ¿Te atreves?  

Con información de La Silla Rota