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Los gustos culinarios de Duarte cuando era gobernador

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Antes de su detención y huelga de hambre, el exmandatario frecuentaba ciertos lugares, según relatan periodistas y cercanos a Javier Duarte

RODRIGO BARRANCO

Medellín de Bravo (La Silla Rota).-  Cuando era gobernador de Veracruz (2010-2016), Javier Duartede Ochoa gustaba cenar o desayunar en el tradicional café de La Parroquia, un restaurante que sirve desde hace 206 años en el puerto jarocho.

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En la actualidad, el exgobernador mantiene una huelga de hambre en una prisión de la Ciudad de México, en supuesta solidaridad con cuatro de sus excolaboradores, detenidos por la Fiscalía General del Estado y recluidos en el Penal de Pacho Viejo, en Coatepec.

Sin embargo, el político cordobés no siempre practicó esa abstinencia alimenticia; incluso, periodistas que convivieron con él, relatan que no tenía un platillo predilecto, comía todo lo que le sirvieran.

En breves charlas con algunos de los trabajadores de La Parroquia, recuerdan que era común que Duarte de Ochoa acudiera a desayunar con personalidades de la política nacional.

Haciendo memoria, todos coincidieron que el exgobernador casi siempre pedía lo mismo: un café lechero (café veracruzano con leche bronca) y una canilla (pan).

Por la noche, comía una torta parroquia, la especialidad de la casa, un emparedado con chorizo español, pavo, frijoles, mayonesa, queso y pierna.

Cuando iba en las mañanas, solicitaba tirados (huevos revueltos con frijoles), una bomba con mantequilla (una concha) o una medianoche (rellena de jamón, frijoles y queso).

Los meseros recuerdan que cuando no asistía al restaurante, ubicado en la zona comercial de Boca del Río, llegaban parte de su avanzada para comprar y llevárselo hasta su departamento.

Se sabe también que Javier Duarte frecuentaba en la zona conurbada con Veracruz otros establecimientos, especialistas en mariscos veracruzanos, en carnes de corte argentino y comida española.

Su afición a las tortas

Periodistas que convivieron con el exgobernador en su sexenio coinciden que no tenía una comida favorita en especial, por lo menos en los restaurantes que frecuentaba.

Fuentes consultadas afirman que recuerdan una afición especial a las tortas, sobre todo las que preparaban en su ciudad natal: Córdoba.

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Menú de las tortas La Rielera en Córdoba

En el pasado, varios columnistas revelaron en sus publicaciones que tanto Duarte de Ochoa como el entonces Fiscal del Estado, Luis Ángel Bravo Contreras, usaban helicópteros gubernamentales para hacer mandados entre Xalapa y Córdoba.

Algunos, aseguraron que esos vuelos eran, entre otras cosas, para que el personal de ayudantía comprara al gobernador varias tortas de "La Rielera", negocio ubicado en las inmediaciones de Amatlán de los Reyes, en la comunidad de Peñuela.

Cuando Duarte se puso a dieta

En agosto del 2016, ya en el ocaso de su gobierno, Javier Duarte de Ochoa apareció ante los medios de comunicación con 30 kilógramos menos, de los 140 que llegó a pesar.

El mismo mandatario admitió que estaba bajo una rigurosa dieta, por salud, que era a base de jugos y vitaminas, la misma que meses antes habrían tomado dos de sus más cercanos colaboradores.

Por esas fechas, el entonces mandatario acudió a desayunar con un grupo de reporteros al restaurante Farolitos, de la avenida Colón, en la ciudad de Veracruz, en compañía de su esposa, Karime Macías de Duarte.

Allí, reveló a los periodistas que no comería nada, para no romper la disciplina, así que él y su esposa solo tomaron dos tacitas de té negro.

El 8 de agosto de ese 2016, visitó zonas afectadas por inundaciones en el municipio de Jamapa. Al llegar, los lugareños le ofrecieron picadas de mole y salsa roja, que acababan de cocinar en uno de los albergues.

De nuevo, el mandatario se negó a desayunar argumentando que no podía romper la dieta que llevaba y con la que ya había bajado varios kilos.

Tras pedir licencia, acusado de actos de corrupción, las autoridades le perdieron la pista al cordobés y no se le volvió a ver en público hasta el día de su detención: el 15 de abril de este 2017.

Era evidente que el ahora acusado había ganado de nuevo todo el peso que perdió en el ocaso de su mandato. 

Ahora, dos años después, Duarte de Ochoa lleva una huelga de hambre solo alimentado por miel y agua, dentro de un penal de la Ciudad de México.

Con información de La Silla Rota

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