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Después del triunfo, recorren Lobos BUAP la ciudad con aullidos de gloria

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Este martes encabezaron la Caravana de Campeones para festejar que subieron a la primera división del futbol mexicano.

Laura Ruiz

En jauría los lobos aúllan para demostrar alegría por nacimientos o cazas abundantes, pero hoy lo hicieron en la Caravana de Campeones para festejar por calles de la Ciudad que los licántropos universitarios subieron a primera.

Después de mediodía los Lobos de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) salieron de Ciudad Universitaria asomados en un camión con asientos en el techo, de esos para turistas y en las banquetas ya les esperaban las porras.

Los montones de estudiantes se los encontraron también afuera de la Preparatoria Benito Juárez y de la Facultad de Medicina en las que, desde una hora antes ya había apartados de lugares y resguardo con vallas.

En estos puntos la universidad regaló algunos souvenirs que se acabaron en menos de media hora y los comerciantes aprovecharon para la venta de peluches, playeras pirata, pulseras y fotografías de a 10 pesos.

Desde la colonia Volcanes hasta el Zócalo, el camión con los jugadores, los automóviles particulares y hasta un camión de redilas de donde se asomaban banderas de Lobos, pararon el tráfico en el cruce de calles.

Algunos automovilistas tomaron la interrupción de la cotidianidad con ánimo y hasta se sumaron al festejo con porras, estas también se lanzaron desde establecimientos comerciales.

Su paso por el Zócalo fue de apenas unos minutos, pues el clímax del festejo los esperaba en la Plaza de la Democracia donde se montó un templete y donde se lucieron la banda y las bastoneras de la BUAP.

Para despistar a la hinchada universitaria que ya los esperaba ahí desde dos horas antes, el equipo y la directiva entró por una puerta secundaria al Edificio Carolino y sorprendieron al asomarse por sus balcones.

Apenas reconocieron al Rector Alfonso Esparza Ortiz, los asistentes, en su mayoría estudiantes, comenzaron a gritarle ¡Fuera el bigote! ¡Fuera el bigote!, como parte del reto que le han lanzado desde la final del Torneo de Clausura contra Bravos de Ciudad Juárez.

Otros enfiestados perdieron todavía más la seriedad que implican otros asuntos universitarios y comenzaron a clamarle remedios para el calor con el coro de ¡Saca las chelas!, ¡Saca las chelas!

Al asomarse los jugadores, las reacciones fueron distintas, algunos comenzaron a identificarlos y nombrarlos, pero otros más despistados y poco conocedores del equipo hasta preguntaron si esos eran los Lobos.

Uno de los momentos más emotivos fue cuando el técnico Rafael Puente del Río se quedó sólo en uno de los balcones del Carolino y mostró entre sus manos la Copa de Ascenso.

Del inmueble salieron poco a poco hacia el escenario los jugadores y el equipo técnico, a cada uno se les recibió con aplausos y algunos de ellos se dispusieron a autografiar todo lo que la gente les aventaba.

Las palabras en los discursos fueron cortas, Esparza Ortiz felicitó a la afición y los reconoció como los verdaderos importantes en este paso de los Lobos de la BUAP a la Liga MX.

"Lo importante son ustedes, ustedes que apoyan al equipo, ustedes que salen a las calles, ustedes que twittean y defienden las injusticias, ustedes que siempre están atrás del equipo, ustedes son Lobos", dijo el Rector y a coro se repitió 11 veces el ¡Arriba Lobos!

Al tomar el micrófono Puente del Río destacó por otro lado el trabajo de jugadores que dijo, tuvieron que enfrentar adversidades a lo largo de la temporada de la que salieron victoriosos.

"Al final nosotros tratamos de poner nuestro granito de arena, pero somos y seremos siempre dependientes, insisto, de los principales protagonistas que son los futbolistas", comentó el técnico.

En representación de los jugadores, el mediocampista Jorge Ibarra Sánchez, se enfocó en agradecer a la afición y a quienes tuvieron oportunidad de aportar dentro de la cancha para el ascenso.

"Agradecer a toda esta gente que nos acompañó, que estar aquí, agradecer a todos mis compañeros que se partieron el alma siempre dentro de la cancha, los que les tocó jugar, los que se quedaron, todos siempre estuvieron al pie del cañón", expresó.

Luego de tres horas de recorrido y festejo, la Plaza de la Democracia comenzó a despejarse, algunos asistentes aprovecharon para llevarse la piel del nuevo equipo de primera y otros más continuaron con la fiesta.

Por su ambiente y la variedad de playeras de las temporadas pasadas, destacaron los integrantes de la barra que, cuando todos se iban, se encargaron de desplegar una manta de más de 10 metros de largo para apoyar al equipo.

Como aficionado desde hace una década, dijo Noé Navarra Ramírez, sólo espera que este boom por los Lobos no se quede sólo en el ascenso y ahora sí se llene el estadio sin importar que vayan o no rumbo a una final.

"Esperemos que sea de verdad una afición, porque si no qué tienen que ver. En toda la temporada fueron 2 mil 400 personas y ahora en finales, semifinales, se llena el estadio, esperamos que ahora sí sean aficionados de verdad", comentó.

Con información de E-Consulta