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Familias exigen que Pemex se haga responsable por muerte de 4 personas

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Un saldo de cuatro personas muertas deja la explosión que se presentó en la comunidad El Mango.

Tierra Blanca, Ver. Todos los sábados Cayetano salía con su hijo, Rodrigo, muy temprano para llevarlo a la clase de computación para la que debía recorrer una hora de camino. Hasta este sábado, cuando una explosión de una toma clandestina en los ductos de Pemex acabó con sus vidas.

Esta vez no iba solo con su hijo menor, su otro hijo, Felipe, los acompañaba por el camino al igual que Martín, su vecino de 70 años que encontró en la familia la oportunidad de ir a la ciudad más cercana a pagar “Coppel”. 

De los cuatro solo quedaron restos calcinados que dejó la gran hoguera en que se convirtió el camino que recorría el tsuru en el que viajaban y que había sido comprado con el dinero de las 2 hectáreas de caña que Cayetano lograba sembrar cada año.
Ninguno de los cuatro debía pasar por allí, ya que Cayetano y su hijo usan todos los sábados otra vía para llegar a su destino, pero la lluvia provocó que un río se desbordara y tuvieron que utilizar el camino de terracería en el que los ductos de Pemex pasan a tan solo unos pasos. Ese camino los llevó a la muerte. 

Las dos familias que quedaron en duelo debido a la explosión reclamaron la acción de la empresa Petróleos Mexicanos, quienes a su parecer poco hicieron para evitar la explosión que dejó a los cuatro muertos.
“Que pongan más atención y que hagan su trabajo como debe de ser, que no nada más quieran ganarse el dinero sentado pues porque si el gobierno hubiera estado ahí, porque supuestamente la fuga fue desde anoche, entonces si ellos hubieran estado ahí al pendiente para que la gente no pasara, no hubieran pasado esas cosas”, señaló Alejandra Reyes Medina, una de las hermanas de Cayetano que ahora llora la pérdida. 

Campesino toda su vida, Cayetano soñaba que sus hijos pudieran estudiar por lo que no le importaba tener que salir todos los sábados con el menor o apoyar al mayor, Felipe que también murió, para que acudiera la Universidad de Cuitláhuac.
“Mi hermano era una de las personas que nunca les negó un favor a nadie, él y sus hijos todo mundo los conocía y nunca anduvieron en malos pasos, nunca”, afirmó su hermana 

Ahora él deja a su esposa y a su hija más chiquita, quienes dependían económicamente de él, por lo que la familia pide que exista una indemnización para ellas.
“Que los indemnicen, que apoyen a su esposa porque pues se quedó sola con su niño, que los apoyan pues el gobernador y mi papá que perdieron su cochecito que era donde lo llevaron al doctor, Pemex tiene que hacerse responsable también porque pues no tiene las medidas adecuadas también”, sentenció Alejandra. 

La historia de Martín no es tan distinta, contó su hermano Armado, pues él dedicaba toda la semana a trabajar en el campo donde era contratado como jornalero a pesar de su edad.
El fin de semana aprovechaba en ocasiones para ir a hacer los pagos pendientes, de aquellos objetos que había comprado a crédito con la esperanza de tener una vida más cómoda; pero como el trayecto es largo, encontró un aventón en los tres hombres de la familia Reyes Morales. 

“Que vieran y que ayudaran a la familia de ellos porque esto fue cosa inseparable de ellos (...) mi hermano era de una posibilidad muy pobre, del jornal se vivía, ya deben imaginar lo que pasa un jornalero del campo. Oí decir que eran huachicoleros, desgraciadamente no fue así porque ellos a eso no se dedican”, aseguró el hermano de Martín. 

Avc

 

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