Xalapa, Ver.- Pocos saben que en los alrededores de Xalapa se cuenta a menos de 500 metros de la mancha urbana con un reducto de bosque de niebla casi virginal, que ha sobrevivido a la explosión demográfica y que es imprescindible cuidar y conservar para las generaciones futuras.

Sorprende que al sortear calles y avenidas construidas sobre la montaña, con amplio movimiento comercial y habitacional, de repente se termina el pavimento, y se da paso a un camino de terracería que termina al pie de un extenso bosque, con un riachuelo de aguas cristalinas, que emana del río Sedeño, en su parte todavía limpia.

“El bosque de niebla ocupa una pequeña extensión del territorio nacional, tan solo el uno por ciento, aunque este ambiente era el paisaje típico de toda la región, Xico, Teocelo, Cosautlán, Coatepec, Naolinco, queda muy poco”, expresa Cuper Dorantes, biólogo y director del Club Alternativo Huella, dedicado a la práctica de deportes de aventura.

Advierte que aunque este sitio es el ideal para la práctica del canopy y el campismo, bajo la guía de un instructor especializado, las reglas básicas son no tirar basura o plásticos, no extraer plantas como bromelias y orquídeas, y animales como lagartijas, además de no cazar, para que el ciclo natural de vida sea perfecto.

“Lo que tenemos aquí es un tesoro natural, no puedes creer que un lugar así este a escasos 500 metros de la mancha urbana, en Xalapa tenemos muchos parques pero lugares como este virginales, con un ecosistema como es el bosque de niebla realmente tenemos pocos”.

Menciona que el cerro de Macuiltepetl es una zona que conserva algunas especies del bosque de niebla pero debido a que se extrajo madera, se abrieron algunas zonas y se introdujeron especies foráneas, ya no es un bosque mesófilo de montaña.

“Los que tenemos este tipo de bosques, realmente no lo valoramos, pensamos que es un manchón de árboles pero cuando nos enteramos que es tan solo el uno por ciento del territorio nacional, lo vemos de otra manera, cuando nos enteramos que es el más biodiverso de los ecosistemas terrestres, entonces tenemos un poco más de motivación para conservarlo”.

Agrega que cada árbol de este bosque ha sido colonizado por plantas epífitas, en particular las cactáceas, orquídeas y las bromelias, que se desarrollan ahí y cuya presencia es multi-habitacional para muchos insectos y pequeños reptiles, que forman parte de su diversidad.

“En el bosque de niebla contamos con una especie vegetal que son los helechos arborescentes, llamados comúnmente makikis, compartieron tiempo y espacio con los dinosaurios, no quiere decir que la planta que estamos viendo tenga millones de año, no, sino que su familia si tiene millones de años”.

Y es que precisa que el hecho de que una planta exista en un medio ambiente como este, da una idea del estado de salud del lugar en un aspecto ecológico, “el que se tenga aquí helechos arborescentes, quiere decir que es un bosque en un buen estado de conservación”, finaliza.

Avc