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Las ciudades con el transporte público más barato (y el más caro)

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Con un costo de 9.17 pesos en promedio por viaje, Chetumal es la ciudad mexicana con el transporte público más barato del país; le sigue Aguascalientes, con 11 pesos, esto de acuerdo con un ranking elaborado por el portal inmobiliario Propiedades.com con datos del INEGI.

En tercer lugar, se ubica la Ciudad de San Andrés Tuxtla, en Veracruz, con un costo de 12.25 pesos, mientras que el cuarto sitio lo ocupa la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, con 13 pesos, y Córdoba ocupa el quinto sitio con 14.83 pesos en promedio por viaje.

La frontera norte se posiciona como una de las zonas con el transporte público más caro del país, pues cuatro de las cinco ciudades con el transporte público más costoso se encuentran en esta zona.

Entre las ciudades más caras para viajar en transporte público se encuentran Mexicali, con un costo promedio por viaje de 70.58 pesos; Ciudad Juárez, con un costo promedio de 63 pesos; Mérida, con 57.58 pesos y en cuarto lugar Tijuana, con 53.46 pesos. Por último, la ciudad de Matamoros ocupa el quinto lugar, con 50.92 pesos por viaje promedio.

Nicolás Rosales, coordinador de Enlace Institucional de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), explicó que a nivel estatal las secretarías de movilidad o transporte se encargan de fijar la tarifa a partir de los estándares de calidad de las unidades.

Para elaborar esta lista, Propiedades.com se basó en la muestra de transporte del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) considerada en las estimaciones para obtener la inflación (INPC), por lo que los costos de transporte de estas ciudades son comparables entre ellos. Con un promedio ponderado se calculó el costo del viaje en transporte público por ciudad, a través de camión, metro, metrobús y taxi.

De acuerdo con el Inegi, 358 mil personas se movilizaron en la red de transporte público de la Ciudad de México durante agosto de 2016, mientras que, en ese mismo mes de 2015, la cifra fue de 258 mil.

En este escenario, el Reporte Nacional de Movilidad Urbana en México 2014-2015, elaborado por el Senado de la República y ONU Hábitat, las ciudades mexicanas comparten síntomas como una movilidad deficiente, que consiste en congestión vial, producto de la dispersión y la preferencia al automóvil (que ocupa más espacio y traslada a menos personas), también es mala calidad en el transporte público, por lo que las personas prefieren no usarlo como medio de transporte.

Rosales detalló que el sector de transporte cuenta con un marco regulatorio obsoleto al que no se le da seguimiento.

“Obliga, en su momento, a que las empresas o concesionarios modernicen su flota, pero ¿cómo se hacen de dinero si las tarifas son bajas?”, dijo el experto.

En casi todo el país hay microbuses, el esquema hombre-camión debe pasar a empresas, lo que obliga a modernizar, a cambiar la financiación y los esquemas de tarifas, recomendó Rosales.

Ulises Navarro, director de transporte público para América Latina del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP), afirmó que para evaluar el transporte de una ciudad no sólo es necesario tomar en cuenta el precio, también la accesibilidad y la frecuencia de vehículos en las ciudades.

“Muchas veces el transporte se brinda en ciudades que no tienen mantenimiento y la manera en que son operadas las unidades es peligrosa, habría que definir los criterios de calidad”, dijo Navarro.

El experto señaló que la Ciudad de México, el Estado de México y Puebla destacan por sus medios de transporte masivo y recomendó considerar el costo de tiempo.

“Si el transporte público es lento, hay un valor del tiempo de las personas, lo que ellos estén dispuestos a pagar o ahorrarse en un viaje, a ciertas horas, es muy costoso”, comentó.