Córdoba, Ver.- “Iba en el asiento número 18 durmiendo, con el impacto salí proyectada por el parabrisas  y quedé afuera del autobús, lo primero que hice fue regresar como pude a buscar a mis dos hijas, pensé que la unidad iba a explotar y no volvería a verlas”, narró durante los primeros minutos de entrevista para AVC, Sandra Mar Sánchez, una de las 39 personas lesionadas en el accidente del autobús turístico de la línea “Príncipe” en La Tinaja, la madrugada del pasado lunes.

Originaria de Villahermosa Tabasco y sentada sobre una de las tres camas de la habitación marcada con el número 117 de un hospital particular en Córdoba, acompañada de sus dos hijas  Ámbar Aidé de 15 y Citlali Valeria de 9 años de edad, afirma que el estar viva a lado de sus hijas es un “milagro”, sin embargo ahora le preocupa el tema del pago al hospital, pues la estancia y atención médica de ella y sus familiares ya generó 16 mil pesos.

De acuerdo al diagnóstico médico y a algunas radiografías y estudios que les hicieron en el nosocomio, no hubo ninguna fractura, sólo contracturas musculares, lo que les da un panorama alentador para  que reciban su “alta”, esto una vez que liquiden los gastos médicos.

“Da tristeza que la empresa, la línea de autobuses “Príncipe” no dé la cara, es lo peor, debe hacerse responsable a través de su aseguradora, porque encima del susto y de la tragedia se tiene que estar uno preocupando por los pagos, yo iba a visitar a mi hermano con mis hijas  y todo terminó mal, pero cuando veo que hubo personas que fallecieron, agradezco estar con vida”, indicó.

La entrevistada explicó que esta línea de autobuses se dedica a hacer viajes de compras, en esta ocasión ella aprovechó para visitar a su hermano Gustavo Mar Sánchez, quien tras el suceso llegó a Córdoba para acompañarla en el proceso.

“En la Tinaja hay una curva, una desviación, según versiones el autobús iba a cambiar de dirección pero por la velocidad no hizo bien la maniobra y volcó, cuando pasó eso yo sentí el impacto, mis hijas también iban dormidas juntas en un asiento, cuando abrí los ojos vi todo gris y después se puso todo negro, sentí que me jalaron de los pies, un jalón fuerte, cuando me detuve me di cuenta que estaba afuera del camión”, recordó.

Posteriormente mareada y desconcertada se levantó para ver qué había ocurrido, no entendía mucho, pero con las luces de un tráiler que pasaba por el lugar, al iluminar la escena vio el autobús volcado y lo primero en lo que pensó fue en sus hijas, tras reaccionar comenzó por escuchar los quejidos de personas y notó a otros más tirados a su alrededor, un momento que asegura no podrá olvidar tan fácil.

Su instinto de madre la llevó a ingresar entre los vidrios quebrados del parabrisas para encontrar a sus hijas, quienes afortunadamente se encontraban con vida, pero asustadas y llorando, buscó ponerlas a salvo y como pudo escaló sobre la ligera barranca.

Durante el relato, Sandra recuerda que los automovilistas que pasaron por el lugar, no se bajaban a ayudar, únicamente les decían que darían parte a las autoridades, posteriormente una patrulla llegó al lugar, pero la poca señal telefónica no permitía del todo la comunicación con más grupos de auxilio.

La entrevistada  reconoce que ha sido complicado que su hija menor olvide el suceso, “es la más espantada”, al momento del accidente se quejó con su mamá porque sentía un dolor muy fuerte en los ojos y no podía ver nada, “en ese momento pensé lo peor”, sin embargo sólo fue por el impacto y más tarde en el hospital se recuperó.

Pese a asegurar que el trato por parte del personal médico del lugar ha sido “muy bueno”, ahora deberán sortear el pago de la cuenta en caso de que no definan nada las aseguradoras de la empresa transportista ni de Capufe, situación que lamenta, pues como pasajeros pagaron por un servicio que sin duda no fue el adecuado.

Avc