Ciudad de México. Luego de fallar en su intento de lavar la imagen de su jefe Javier Duarte de Ochoa, el ex secretario de Comunicación Social del Gobierno del Estado de Veracruz y diputado federal con licencia, Alberto Silva Ramos, regresó a ocupar su curul en San Lázaro.

“Se recibió oficio del diputado Alberto Silva Ramos, por el que comunica la reincorporación a sus actividades legislativas, a partir de esta fecha”, anunció desde la tribuna la secretaria en turno de la Mesa Directiva.

La agudeza de algunos reporteros se activó conocedores de que, si alguien sabe en dónde se esconde Javier Duarte de Ochoa, ese podría ser su amigo y ex empleado de mucha confianza Alberto Silva Ramos.

Desde el llamado “corral de la ignominia” -espacio del recinto legislativo destinado al confinamiento de los medios de comunicación una vez iniciadas las sesiones-, algunos reporteros buscaban con la mirada al diputado Alberto Silva, ansiosos de poder hablar con uno de los más cercanos al ex mandatario de Veracruz. 

Como jefe de prensa que fue del gobierno duartista, Silva Ramos aprendió a intuir lo que andan olfateando los periodistas, para esconder a su jefe o ponerlo ante los micrófonos, según conviniera a los intereses del gobierno estatal y del propio Javier Duarte.

Experiencia que esta vez le sirvió a él mismo para evadir a los medios de comunicación, teniendo como cómplice al “corral de la ignominia”.

Su estrategia fue simple, ingresar al salón ya iniciada la sesión de trabajo; es decir, cuando ya los reporteros fueron desalojados y no se les permite volver a ingresar hasta el término de la sesión. Y si la intención de algún legislador es evitar a la prensa, basta con que abandone el salón cinco minutos antes y listo.

Ya cómodamente instalado en su curul, el diputado Alberto Silva Ramos fue arropado por sus compañeros priístas veracruzanos, sobre todo por los legisladores Fidel Kuri Grajales, Adolfo Mota Hernández y Erick Lagos Hernández, con los que sostuvo una larga y amena charla. Y de vez en cuando todos sonreían.

En todo momento el diputado Silva Ramos se abstuvo de caminar cerca de la zona de periodistas. Lo que obligó a algunos reporteros a solicitar a uno de los empleados que la Cámara abaja que por favor avisará al legislador veracruzano que se solicitaba su presencia para una entrevista.

“Dice el diputado que no va a dar declaraciones a ningún medio de comunicación”, fue la respuesta que trajo a los periodistas el amable empleado.

Con ello quedó de manifiesto que si el gobernador con licencia, Javier Duarte de Ochoa, anda a salto de mata escondiéndose de la justicia, su ex vocero Alberto Silva Ramos está prófugo de los medios de comunicación.