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Galería: Enrique Levet en busca del saludo de Yunes Linares

Si Javier Duarte esperó y esperó a Enrique Peña Nieto para lograr una fotografía saludándose con él. Habría que ver las maniobras de Enrique Levet Gorozpe por recibir el apapacho de Miguel Ángel Yunes Linares.

Pasaban de las 18:00 horas del lunes, y el informe de Sara Ladrón de Guevara, rectora de la Universidad Veracruzana, estaba por comenzar.

Enrique Levet Gorozpe, líder del Fesapauv -denunciado por pensionados de la Copipev por presuntos malos manejos de los recursos del IPE- llegó en un vehículo particular hasta el recinto Tlaqná.

Su arribo –frío calculo político o coincidencia divina- tuvo lugar casi al mismo tiempo que la llegada de Miguel Ángel Yunes Linares, gobernador electo de Veracruz.

Al verlo, Levet Gorozpe alentó el paso, pretextó que se acomodaba la corbata, y avanzó muy poco. La zancada tan lenta y tan corta, fueron suficientes para que Yunes Linares lo alcanzara. Se cruzaron.

En otro tiempo político, cuando el PRI tenía las preferencias electorales, Levet Gorozpe era artillero de su partido político y no dudaba en lanzar petardos contra Yunes Linares.

En 2011, por ejemplo, Levet utilizó la tribuna del Congreso Local para exigir una auditoría a los manejos financieros que Yunes Linares hacía en el ISSSTE. Hace unos meses todavía prefirió dar su respaldo a Héctor Yunes, de cara a los comicios del 05 de junio.

A unos minutos de que inicie el informe de la UV, Levet Gorozpe parece haber dejado atrás sus críticas a Miguel Ángel. No le preocupa que lo vean a un lado de él, al contrario, parece que busca dar la fotografía.

En su recorrido de la banqueta a la Sala Tlaqná, Levet Gorozpe regatea el apapacho político de Yunes Linares –ese que al menos en el PRI de alcanza con el largo estrechón de manos, las sonadas palmadas en la espalda, la plática fluida, la mirada a los ojos y las carcajadas mientras caminan-.

Pero no.

Yunes Linares fue con Levet, como Peña Nieto fue con Duarte en uno de sus últimos encuentros en actos públicos. Lo dejó dos pasos atrás, no cultivó la plática, fue en busca del saludo de los otros para evitarlo a él, y todo el tiempo, le negó la mirada.

Hubo un momento -¿Estratégico? Había varios fotógrafos al rededor- en que Levet Gorozpe se adelantó unos pasos, y esperó a Yunes Linares de frente para darle el saludo.

El líder Fesapauv calculó la distancia, el ritmo de los pasos de su interlocutor, y tendió la mano. El senador Fernando Yunes –que iba a un lado de su padre- salió al quite, apresuró el paso y alcanzó el saludo del líder de los trabajadores de la UV. Miguel Ángel pasó de largo.

Levet Gorozpe saludó a Fernando sin mirarlo. El tiempo que duró el apretón de manos, mantuvo los ojos enganchados a la figura del gobernador electo. En una maniobra más, soltó la mano del Senador y fue con Yunes Linares.

Miguel Ángel mantuvo la mirada al frente y se sujetó ambas manos. No hubo saludo ante los fotoperiodistas que cazaban la imagen. La insistencia de Levet Gorozpe solo alcanzó para dar unas fotos caminando al lado del gobernador electo, pero las imágenes solo transmite distancia.

¿Hubo saludo, apretón de mano? Sí, cuando Yunes Linares recién se había bajado de su vehículo, y  fue inevitable cruzarse con Levet Gorozpe, le dirigió un saludo corto, breve, brevísimo-¿protocolario, de educación?- y nada más.

El instante fue muy parecido a la palmada que Peña Nieto le dio a Duarte en una reunión con gobernadores. Todo intento de cultivar una charla, fracasó.