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Por falta de trabajo, jóvenes dejan Honduras

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"Allá estudié primaria, secundaria y bachillerato. Saqué la carrera técnica de mecánico automotriz, pero no había trabajo”

Coatzacoalcos, Ver.- “Allá estudié primaria, secundaria y bachillerato. Saqué la carrera técnica de mecánico automotriz, pero no había trabajo”, así justifica Fernando su salida del departamento de Choluteca, en Honduras, para viajar hacia los Estados Unidos.

A su paso por Coatzacoalcos, el joven migrante explica que tuvo que consiguió tres mil lempiras prestadas y con eso ha logrado llegar hasta este municipio, en el que ha tenido que estar alerta ante las redadas que cada vez con mayor frecuencia realiza el Instituto Nacional de Migración (INM).

Fernando es del grupo de migrantes climáticos. Les llaman así porque están acostumbrados al clima cálido que predomina en la costa cerca de la frontera con Nicaragua, en América Central.

El ambiente en aquel lugar es seco y árido, recuerda, pero también atribuye esa situación a la ganadería.

A diferencia de su compañeros, su color de piel es más oscuro, pero su condición física es menor que la de otros viajeros que partieron de lugares más violentos “donde a diario hay masacres de cinco o seis personas, focos críticos en Honduras”. Esas personas están acostumbradas a correr, a sobrevivir.

El joven salido de Choluteca aguarda en los bajos del puente de la avenida Uno que salga el tren.

Junto con otros 10 migrantes bebe algo de refresco y come sopa de verduras, espagueti, carne y tortillas que obtuvieron con las monedas que una persona les regaló. Otros conductores de taxi también les obsequiaron algo de dinero y un vendedor les regaló dos piñas.

Su objetivo es llegar a la Unión Americana, pero no les desagrada la idea de quedarse en México a trabajar. “Si sale algo aquí me quedo”, dice antes de continuar con su viaje.

Avc