Julio Madrazo

La encuesta de Reforma de la semana pasada sobre la elección de Veracruz es indicativa del humor social en el que el país está sumido.

Por su dimensión territorial, tamaño de economía y población, Veracruz podría ser un país. Tiene 76 mil kilómetros cuadrados de extensión, más de 7 millones 645 mil personas y un listado nominal de 5 millones 700 mil electores (el tercero más grande de México). Además tiene una alta competencia electoral, y los tres principales partidos se han dividido el voto casi en tercios. Podríamos decir que es un México chiquito.

En 2004 el resultado de la elección fue PRI 35%, PAN 33.5% y PT-MC-PRD 28%. En el 2010 el resultado fue más competido entre las dos primeras fuerzas, PRI 43.5%, PAN 41% con la izquierda PT-MC-PRD en un piso de 13%. También parecido a la dinámica presidencial de 2006 y 2012.

La encuesta de Reforma tiene al candidato del PAN-PRD con 33%, al del PRI-PVEM-NA con 32% y al de Morena con 24%. Todo parecería indicar que los ataques de PRI contra PAN-PRD, y contra el gobernador priista Duarte, han hecho que más y más veracruzanos estén inclinados a votar por Cuitláhuac García Jiménez, de Morena.

El resultado es todavía más sorprendente al comparar los niveles de conocimiento. Mientras que los Yunes son conocidos por 65% de los encuestados, a Cuitláhuac sólo lo conoce un 34% de los veracruzanos; 30 por ciento menos que a sus contrincantes. Aun así, captura 24% del voto y sí la campaña fuera sólo entre estos tres candidatos (sin los 4 chiquitos), Morena ganaría la elección.

Estamos a cuatro semanas de que finalicen las campañas para la votación de junio. No se ve nada en el horizonte nacional que sea una buena noticia para el PRI o para el PAN. En cambio, parecería que ante las descalificaciones de Yunes vs Yunes, ante los millones de dólares en departamentos en el extranjero, Los Porkys y el desfalco de la administración saliente, el carismático maestro Cuitláhuac podrá seguir creciendo. ¿Será que gana?

Twitter:@julio_madrazo

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