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Fiesta en Papantla, pese a drama por desaparecidos

El hermano del alcalde papanteco, celebró con bombo y platillo sus 56 años, ofreciendo a la población un baile con cinco grupos musicales.

En medio del drama que viven tres familias papantecas por la desaparición de sus hijos, la excepción es la del alcalde perredista Marcos Romero Sánchez.

Este domingo su hermano, el empresario citrícola Ricardo Romero Sánchez celebró con bombo y platillo sus 56 años, ofreciendo a la población de forma gratuita un baile con cinco grupos musicales, aguas y refrescos.

Para sus allegados, botellas de whisky Buchanans 18.

El festejo coincidió además con el vencimiento del término constitucional ampliado, tras el cual se le dictó auto de formal prisión a ocho elementos de la policía municipal, implicados precisamente en esas desapariciones.

Al igual que el caso Tierra Blanca, un mando de la autoridad policiaca está hoy vinculado a proceso. Es el director de la Policía Municipal, Bernardino Olmedo.

El juez de control Edilberto García Osorio, consideró que los elementos sí tienen responsabilidad en la desaparición de Luis Humberto Morales Santiago, Alberto Uriel Pérez Cruz y Jesús Alan Ticante Olmedo, "levantados" el 19 de marzo.

El pueblo mágico

Con la condición de resguardar su identidad, un taxista de Papantla accede a hablar.

"Ya lo había escuchado en la radio -el anuncio del evento- entra quien quiere, seguramente ya debe haber mucha gente", señala.

Asegura que "ya ni Cumbre Tajín estuvo así con tanto artista. Se lo juro, ahí solo llegó Margarita -la Diosa de la Cumbia-, y aquí va a venir Aarón, Los Cadetes, los hijos de los Tigres del Norte y otros artistas".

El ruletero, que lleva menos de un año viviendo en Papantla, sostuvo que pensó que el cumpleañero era una persona de mucho dinero para hacer una fiesta así.

“Imagínese, semejante baile y de a gratis”. Se sorprende más cuando se le dice que el festejado es hermano del alcalde.

¿Tienen buenos servicios en el municipio?, se le cuestiona. Y la respuesta es clara:

"No. Está de la chingada Papantla".

El taxista, oriundo del Estado de México, desliza el sentir que describe a la perfección la situación por la que atraviesa el municipio.

"Yo me vine para acá porque dicen que es un pueblo mágico. Y de mágico lo único que tiene es que desaparece la gente, de ahí en fuera nada".

Plantea que el silencio, roto por las familias de los tres jóvenes, ocultaría casos similares.

“Esos son los únicos que se sabe porque los papás, hermanos, familiares, se pusieron a hacer un plantón al ayuntamiento. Son los únicos que se atrevieron”.

Con un “cuídese porque esto se va a poner feo”, se despide.

Papantla es un municipio que en primer trimestre del año se ha colocado como foco rojo en incidencia delictiva, pues tan solo en enero tuvo registro de ocho muertes violentas, lo que lo colocó como el municipio de la zona norte más complicado en seguridad.

En 2014, tuvo señalamiento de foco rojo también en delitos sexuales, sobre todo de pederastia, junto a Tuxpan y Poza Rica.

Los Romero Sánchez, historias de egocentrismo

Celebrar de esta forma, no es nuevo para esa familia, que hoy a través de Marcos Romero Sánchez ostentan el poder. Las festividades tienen un arraigo de 20 años. Incluso, cuando el alcalde ganó las elecciones, así mismo celebró.

El cumpleañero se desmarca con sus reservas de su hermano entre el panorama que atraviesa el municipio; el hoy alcalde, por primera vez en muchos años, no acudió al festejo, pero se confirmó que sí puso dinero para la fiesta.

Incluso los artistas, desde sus escenarios, preguntaron por él en numerosas ocasiones: la respuesta fue la misma siempre “no vino”.

“Mi hermano tiene apenas dos años en funciones, yo me dedico a las naranjas desde hace más de 30 años”, refiere Ricardo.

La fiesta congregó a unas tres mil personas de Papantla. A las 17:40 horas, los primeros aguardaban en la explanada de los terrenos de la feria. Cuando ingresó uno, los demás se volcaron al recinto, donde cinco mesas rectangulares con manteles blancos y verdes, aguardaban para los amigos.

Menos de una decena de las cuadradas, de esas que ofrecen las compañías cerveceras, tenían también unos papeles sobre ellas: reservado.

Al fondo, unas 100 sillas más, fueron inmediatamente acaparadas por quienes iban ingresando al sitio. Al fondo también, rejas de refrescos en latas y agua embotellada esperaban para los asistentes. En el cartel se leía claro: “Todas las aguas y los refrescos son gratis”.

Otra montaña de cervezas en lata “Modelo Especial” esperaban a ser vendidas, al igual que las de los negocios que se instalaron en los alrededores, donde lo mismo se ofrecían six de Tecates, de Modelo, micheladas. Las botellas de whisky de uno de esos negocios, fueron adquiridas por el festejado.

Cada una de las mesas reservadas tenía un Buchanans 18 y cinco botellas de agua mineral de medio litro.

Afuera, puestos de tacos, de tortas, de pizza, vendedores ambulantes que esperaban un ingreso extra gracias al festejo.

Cuando el tecladista Hugo Ruiz empezó a tocar, la gente comenzó a poner el ambiente. Por un lado, bailaban entre parejas.

Por otro, hacían los concursos de baile entre mujeres arriba del escenario para regalar un disco del cantante.

A Hugo Ruiz le siguió Aarón y su grupo Ilusión; cerca de las 22:00 horas salió Acapulco Tropical; para ese momento, en el recinto no cabía un alfiler y hubo quienes escucharon, bailaron y cantaron desde afuera.

Los Cadetes de Linares, tremendamente ovacionados, pisaron el escenario a medianoche. Y finalmente la agrupación Sangre Felina, integrada por los hijos de los Tigres del Norte, cerró el festejo, muy entrada la madrugada.

“Celebran cada año, esta es la primera vez que escuchamos que celebran al hermano, el que siempre festeja es el alcalde”, señala una invitada.

Inseguridad vs bailes

Nieves de la Cruz de Luna, mujer que ha vivido siempre en Papantla, señala que la delincuencia se desató en el municipio hace unos ocho meses.

Cuenta que la confianza en la Policía Municipal era ya nula, pues los secuestros, los homicidios dolosos y los robos a mano armada eran constantes.

“Se pierden las muchachas, las secuestran y estábamos diciendo ahora que pasa, de quien hay que cuidarse”.

A pregunta expresa de lo que sintió cuando supo que fueron elementos policiacos los implicados en la desaparición de los jóvenes, la mujer revela que Tierra Blanca fue su primer pensamiento, lleno de terror y desconfianza.

“Yo si tengo miedo, porque tengo mis hijos, un joven y una muchachita y no me gustaría pasar por eso”.

La Policía Municipal, asegura Alfonso Cruz García, no llegaba a los llamados de auxilio. Más bien, su trabajo consistía en levantar borrachos, quitarles sus pertenencias y aventarlos lejos de Papantla.

“Mi amigo iba tomado, lo levantaron y le quitaron todo. Todavía decía uno de los elementos ´mátalo, mátalo´”.

Con todo esto, consideran que la gestión del alcalde es una de las mejores. Aseguran también que la entrada de la Fuerza Civil, que se ha visto envuelta en señalamientos de abuso de poder, es un acierto de la autoridad.

Y los bailes, confirman, son el escape, a falta de otras formas de recreación.

Un reportero de cadena nacional, presente en la festividad, relató en su enlace que el baile era muestra que Papantla regresaba a la normalidad.

Para tres familias, o incluso más, ya nada es normal.