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“He pegado 500 papeles tamaño carta con el rostro de mi mamá"

La última vez que alguien supo algo de Susana González fue el 30 de enero de 2015, cuando se le vio salir de su domicilio en Peñuela.

Xalapa, Ver. Cuando María del Carmen Ramírez González era pequeña aprendió de su madre el oficio de vender verduras de casa en casa. Ahora que han pasado varios años, utiliza su aprendizaje para ir de poste en poste pegando fichas de búsqueda con el rostro de su madre: Susana González Cantero.

“He pegado 500 papeles tamaño carta con el rostro de mi mamá, y ni una pista, nada”, dice María del Carmen, una mujer robusta, de tez morena y 31 años de edad.

La última vez que alguien supo algo de Susana González fue el 30 de enero de 2015, cuando se le vio salir de su domicilio en la localidad de Peñuela, Amatlán de los Reyes, acompañada de su sobrino Luis Benito García González.

Ramírez González cuenta que ese día en la mañana, su madre le dijo que tenían una plática pendiente: “quería hablar conmigo sobre algo, pero no sé de qué tema. Yo ya no alcancé a verla”.

Por la desaparición de Susana se interpuso la denuncia 026/2015 ante la Agencia del Ministerio Público, donde María del Carmen acude cada semana a preguntar avances sobre el paradero de su madre.

“Hasta ahora no han avanzado nada; sólo me dicen que las investigaciones siguen y siguen. Primero iba todos los días a preguntar por ella, pero como vi que no había avances, empecé a ir cada semana o cada quince días”.

Decidió también pegar los carteles de poste en poste en su pueblo y localidades vecinas, en los que se describe a Susana González como una mujer de piel morena clara, de cabello canoso y ojos pequeños, color café claro. Del lado izquierdo del cuello tiene una cicatriz y otra en el abdomen.

María del Carmen dice que su madre era mujer que no conocía el descanso: “¿Qué es lo que más recuerdo? Que a ella le gustaba trabajar, vender cosas, lo que fuera”. Recuerda que cuando era pequeña, su madre le enseñó a caminar de casa en casa vendiendo jitomates, verduras, huevos y hasta helados.

El día que desapareció, Susana González ya trabajaba como auxiliar de oficina en la Universidad Veracruzana (UV), a donde ingresó hace unos 18 años, aunque estaba de licencia cuando no se supo más de ella, debido a que se sometió a una operación en la que le extirparon una hernia.

Sobre los motivos que dieron lugar a su ausencia en casa, Ramírez no recuerda que su madre tuviera problemas con alguien, salvo una diferencia que protagonizó con Griselda Robles Hernández, concuña de Luis Benito García González.

“El día 30 de enero del 2015, por la mañana, tuvo una cita conciliatoria en el municipio de Amatlán de los Reyes, por un conflicto con Griselda Robles, por el robo de una cadena; por la tarde Luis Benito fue a ver a mi mamá, la sacó de la casa, y de ahí no sabemos nada de ella”.

Ante la inmovilidad de las autoridades para dar con el paradero de su madre, María del Carmen Ramírez emprendió acciones por su cuenta; “Si en mi infancia me enseñaron ir de casa en casa a vender, ahora voy de poste en poste pegando letreros de 'Se busca' con el rostro de mi madre”.