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Golpeará a miles de mezcaleros nueva norma para el agave

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Empiezan con una palabra para luego apropiarse de todos los productos del país, alertan antropólogos.

Susana González G.

Miles de pequeños y medianos productores de 27 estados, quienes elaboran bebidas alcohólicas a partir del agave, muchos de los cuales son artesanales, resultarán afectados porque la Secretaría de Economía (SE) busca rebautizar esos productos con un nuevo nombre genérico: “komil”, si llega a ser aprobada la nueva norma oficial mexicana (NOM-199), que propone para definir las especificaciones fisicoquímicas y la información comercial de todas las bebidas alcohólicas que se producen, venden e importan en México, denunciaron investigadores y empresarios agaveros que se oponen a la iniciativa.

La dependencia envió desde finales de noviembre de 2015 el anteproyecto de la NOM-199 a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer), donde todavía se encuentra en análisis, luego de efectuar una consulta pública y emitir el dictamen total (no final), en el cual hizo diversas observaciones y requerimientos de información a la SE por las objeciones que recibió el documento.

La secretaría justifica que el objetivo de la norma es proteger a los consumidores y acotar la comercialización engañosa de las bebidas alcohólicas, ya que el consumo de alcohol entre los mexicanos ha aumentado en años recientes hasta llegar a 6.8 litros per cápita.

Sin embargo, alertó: “se estima que cuatro de cada 10 botellas en el mercado mexicano son de licor adulterado”, lo que representa un riesgo contra la salud y vida de la población, además de que el volumen de bebidas adulteradas que son incautadas por autoridades se disparó 800 por ciento en el pasado trienio, por lo que el año anterior sumaron 3.3 millones de litros.

Si bien el proyecto abarca todas las bebidas alcohólicas que distribuyen en el país y que van desde cerveza, pulque o tequila, hasta brandy, whisky o champaña, el uso de la palabra “komil” para agrupar a las bebidas alcohólicas “producidas fuera de las denominaciones de origen que utiliza como materia prima algún agave” es la que ha generado más inquietud entre productores y comercializadores de los destilados de esa planta.

La principal motivación de la norma es de índole económica y representa una nueva embestida de las grandes empresas tequileras del país para mantener su hegemonía, porque los mezcales o destilados de agave ya concentran 25 por ciento del mercado nacional y ganan participación en las exportaciones, consideraron empresarios e investigadores entrevistados por este diario.

La norma planteada por Economía contradice su objetivo de protección al consumidor porque establece que el “komil” no debe ostentar en su información comercial referencia alguna a las variedades vegetales reconocidas en las denominaciones de origen, es decir, el agave. Así que del nombre pasan a apropiarse también de la planta para su uso exclusivo, indicó David Suro, quien desde hace 20 años promueve el consumo del tequila, “que también es un mezcal, en Estados Unidos”.

Apropiándose de la palabra “agave” para impedir que otros productores la utilicen, quieren borrar de un plumazo el mercado, la competencia y la tradición de las otras bebidas que usan la planta, señaló Pedro Jiménez. dueño de mezcalerías en Jalisco.

La palabra komil es de origen náhuatl y significa bebida embriagante, pero carece de todo arraigo y sustento cultural e histórico, no se utiliza por ninguna comunidad o grupo de productores, así que rebautizar los destilados es excluir a todos los productores que no se ubican en los estados que tienen denominación de origen para producir tequila o mezcal, explicó José Hernández, investigador del Colegio de Michoacán.

Despojo

Por tradición e historia, a todas las bebidas destiladas de los distintos tipos de agave del país han sido llamadas mezcales, refirió. Hace 22 años se les despojó de ese nombre cuando fue creada la denominación de origen del mezcal, pues la palabra quedó restringida legalmente para quienes la producían bajo ciertos requisitos y sólo en cinco estados y 41 municipios de otras tres entidades del país.

Al resto de las bebidas se les agrupó bajo la denominación genérica “destilados de agave”, pero ahora con la NOM-199 se intenta quitar la palabra agave. Empiezan con el nombre y siguen con el producto. “Empiezan con la palabra agave y eso es punta de lanza para seguir con la vainilla, el amaranto, otros productos de México para apropiarse de todo”, dijo el antropólogo, quien forma parte de un amplio grupo de especialistas y productores que se oponen a la NOM.

“Se quieren apropiar de una palabra colectiva. Eso es un robo del patrimonio cultural e histórico, material e inmaterial de México, que tendrá repercusiones en productores y consumidores. Esa norma es la misma burra revolcada que presentaron en 2012, cuando el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) quiso convertir la palabra agave en marca registrada”, remarcó Fernando González, arquéologo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Colima.

Además, las autoridades confunden y mezclan bebidas adulteradas con las que se producen de manera artesanal desde hace siglos y las limitaciones que pretenden imponer no garantizan que van a combatir las bebidas piratas o adulteradas, indicó José Hernández.

Con información de La Jornada http://www.jornada.unam.mx/2016/02/21/economia/020n1eco