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“El río me da todo", dos años de resistencia en Jalcomulco

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Este día habitantes de Tuzamapan, Jalcomulco y Llano Grande participan de una misa eucarística al pie de la carretera.

Jalcomulco, Ver.- La resistencia por evitar la construcción de una hidroeléctrica en el río Los Pescados, municipio de Jalcomulco, sigue en pie, éste miércoles se cumplieron dos años y los pobladores de la región pretenden continuar con el movimiento hasta eliminar el peligro.

Anexado al calendario escolar desde preescolar hasta secundaria, los habitantes de Tuzamapan, Jalcomulco y Llano Grande, se reunieron para expresar versos de aliento y participar de una misa.

Desde las siete de la mañana, Josafat Rodríguez Teéllez, organizador de las guardias del grupo “Cuates del Río”, acudió a su cambio de turno para iniciar los preparativos de la misa eucarística que se ofició a pie de la carretera que conduce a la cabecera municipal de Jalcomulco.

Él es uno de los cientos de habitantes que siguen en la lucha, alternando sus actividades diarias destinadas a la guía de turistas o pesca por una resistencia a la llegada de Odebretch.

“El río me da todo y lo hago por los chiquillos, nosotros nos vamos a ir, ellos y la naturaleza se quedan”.

Josafat se reúne diariamente con 24 personas que conforman la guardia de día o de noche. En doce horas deambulan por el campamento instado a unos cuantos árboles del río que pretende ser cambiado su cauce para levantar una hidroeléctrica por parte de la empresa brasileña Odebrecht.

Durante su guardia coordina las actividades para acarrear agua del pueblo, botear a pie de carretera y recolectar leña que genere calor o encienda el fogón de la cocina.

Josafat intentó entrar al Ejército hace más de 20 años, en el lapso de evaluación, se dio cuenta que lo suyo era el río, relatar su función y contagiar a todo aquel que lo visitara para preservarlo.

“Voy a defender nuestro río, para mí el agua es todo, porque sin ella no existiríamos, no habría vida. Es el momento de salvar nuestro planeta, las acciones que hacemos están encaminadas a la conservación del agua para futuras generaciones”.

-No hay dinero, no hay atole para el frío, sólo café…

Mientras Josafat acaba de organizar a los integrantes de la guardia, Marisela Anell Quiroga, mejor conocida como “Doña Mari”, termina de encender la leña para calentar el café a repartir después de la misa.

Yunuen, Sandi y Ana, le ayudan lavando el arroz, poniendo mandarinas en la mesa y acomodando los vasos recién lavados ensuciados por la guardia nocturna del martes.

La temperatura no pasa de los 15 grados, pero por las noches, desciende considerablemente, obligando a los varones de guardia a consumir más café, casi 22 litros que se resguardan en una vaporera tiznada con leña recolectada en las inmediaciones del campamento.

Las donaciones de aquellos que transitan por la carretera bajaron, los pesos ya no alcanzan para comprar atole y leche, aquel que quiera gozar de ese privilegio deberá traer de su casa o evitar causar antojo entre quienes no pueden comprarla.

La luz solar tampoco les ha beneficiado, las celdas solares sólo alcanzan para unos destellos por las noches. La bicicleta ocupada para generar energía y licuar los tomates que bañarán las enchiladas mañaneras se descompuso, todo debe ser preparado en casa.

Ana Pérez Pérez, una de las tres mujeres que ayudan a “Doña Mari”, madruga diariamente para licuar o picar verduras necesarias para mezclar con pasta regalada por los automovilistas o cañeros que recorren cerca del campamento “Centinelas del Río”.

Aparte de adelantar la cocina del campamento, debe dejar elaborada la comida que su marido, pescador de Jalcomulco, consume en horas laborales sin goce de prestaciones de ley.

Para ella, el agua es algo natural que el gobierno les quiere quitar a través de engaños, por ello, se unió con “Doña Mari”, Josafat Rodríguez y Leonardo García Lério en la resistencia.

-Ya no creemos en los políticos, aquí somos nosotros, es mentira que el gobierno apoya a la gente –Asegura.

Don Lério es muy conocido por todos los integrantes de la lucha en defensa del Río por ser uno de los primeros en enfrentar a las máquinas que pretendían ser activadas para cambiar el cauce del agua.

“Odebrecht me dijo que venían con el fin de que si los apoyamos, porque iban a hacer una presa aquí en un lugar que llamamos Poza Blanca, si nosotros les dábamos permiso nos iban a ofrecer dos mil empleos, el que no tenga estudio los iban a meter a que ampliaran los campos pero nos decían que ya habían firmado varios comisarios”.

El engaño de la empresa brasileña se anexó al vigente desinterés de la autoridad estatal por atenderlos. El pasado lunes 18 de enero, Leonardo García Lério se manifestó con un grupo de cafetaleros en la Plaza Lerdo, allí, denunció otra afectación en Llano Grande.

Los cafetales enfermos los dejan sin cosecha, el agua es interés de inversionistas pero más del pueblo que la consume, que la protege y cuida por generarles empleos.

“Como el señor gobernador ya sale, se quiere lavar las manos, porque el lunes tuvimos una audiencia por el tema del café, entonces nos dijo que si seguía otro año hacían cosas más buenas, entonces le pregunté y dijo que un plan de trabajo, mire señor gobernador, mejor no tocamos ese punto porque lo voy a ofender, nosotros venimos a esto, si quiere que no salgamos del tema le quiero recordar algo, qué pasó con el documento donde le dijimos que no a las presas, ese es otro cantar, por eso le dije a usted que venimos a los apoyos del café, pero ya que tocó esto le digo a usted que no tuvimos apoyo”.

Avc