- Salud
Necesario saber qué y para qué se come: Alejandra Garcimarrero
Xalapa, Ver. El estrés y la depresión, considerados problemas de salud pública, están directamente relacionados con conductas alimenticias completamente disfuncionales, lo que agrava otros trastornos como la obesidad, advirtió Alejandra Garcimarrero Espino, psicóloga de la Universidad Veracruzana.
En el marco del día mundial de la alimentación destacó que también algunas acciones de los padres, como darles comida a los menores para que "se entretengan" en todo momento, repercute de manera grave en la nutrición del menor.
“Con tal de mantener un control parte del estímulo que le dan es la comida. Llegan a confundir el alimento porque les satisface una necesidad pero no la necesidad del hambre”
Además sostuvo que hay investigaciones que indican que el alto nivel de carbohidratos consumidos afecta el desarrollo intelectual, “alenta el pensamiento, la respuesta motora, da somnolencia, no hay una respuesta rápida de pensamiento”, afirmó.
La situación conlleva repercusiones serias más allá de la obesidad, “se vuelve un círculo vicioso porque empieza a haber violencia entre los niños, lo que hoy conocemos como bullying, porque el niño no puede correr, está gordito”.
Dijo que estas conductas dependen de la educación en general, para apoyar a los hijos en la identificación de necesidades fidedignas.
Con relación a las políticas públicas enfocadas a erradicar la mala alimentación, destacó que avanzan de manera lenta aunque segura.
"Es invertir para tu salud. Es saber que te comes y para qué te lo comes", aseguró.