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“¡Pónganse en nuestros zapatos!”: familiares de desaparecidos

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“Ya no sabemos a dónde recurrir, nos orillaron a hacer esto, no nos dan respuesta de nada, apóyennos para que aparezca mi hijo”.

Coatzacoalcos, Ver.- (AVC) ¡Abran paso! ¡No se opongan! La orden no iba dirigida hacia el agrupamiento antimotines, sino hacia una treintena de personas, civiles desarmados.

La búsqueda de sus familiares, desaparecidos el 11 de mayo del año en curso los llevó a realizar, por segunda ocasión en menos de 24 horas, un bloqueo carretero.

A las seis de la mañana ya estaban listos. Colocaron una cuerda de extremo a extremo y ahí colgaron sus cartulinas, pancartas y fotografías de los desaparecidos. Héctor, Jhonit y José Manuel son los que más aparecen en los mensajes.

Ninguno de ellos se conoce. A sus familias las unió su desaparición, registrada con horas de diferencia pero en un mismo sector de Coatzacoalcos: las colonias Villa del Sur y Constituyentes al sur de la ciudad, uno de los sectores con mayor marginación.

Este jueves vieron el amanecer juntos y también juntos escucharon el sonido que salía del choque entre los escudos y las rodilleras de los policías frente a sus ojos. Era aterrador, parecía un pelotón del ejército en plena guerra, que iba dispuesto a confrontarlos.

Los uniformados parecían no ver y escuchar los reclamos de las familias, su llanto y sus gritos se perdían entre empujones y la destrucción de las lonas.

“¡No tienen hermanos, no tienen hijos, pónganse en nuestros zapatos! Tenemos 15 días esperando, ya estoy desesperada, ya no sabemos a dónde recurrir más que nos orillaron a hacer esto, no nos dan respuesta de nada, apóyennos por favor, apóyennos para que aparezca mi hijo”, expresaban las familias.

Quince minutos tardaron, así de eficaz fue la respuesta de la Policía Estatal para disolver un bloqueo por la desaparición de cinco personas. Los apoyó la Fuerza Civil aunque con menor energía, parecía que sólo cuidaban la retaguardia.

A lo lejos, los elementos de la Policía Naval, como suele suceder, sólo observaban, pero ninguno de ellos buscaba a Jhonit, a Roberto, a Eleaquín, José Manuel o a Héctor Solano Lozano. Ninguno.