Elementos de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) desplegaron un fuerte operativo en un predio localizado en la zona norte del puerto de Veracruz, frente al fraccionamiento  Colinas de Santa Fe.

Luego de resguardar la zona, y con el apoyo de binomios caninos, las autoridades  localizaron una fosa clandestina, de donde exhumaron cinco cadáveres decapitados, en avanzado estado de descomposición, y con graves señas de tortura, confirmaron familiares con personas desaparecidas de Veracruz, involucradas en las investigaciones.

El operativo fue de manera sorpresiva y marginando totalmente al personal de la Fiscalía General de Veracruz, a cargo de Luis Ángel Bravo Contreras, ante la sospecha de que obstaculizan las investigaciones.

Apenas hace dos semanas, personal del fiscal Luis Ángel Bravo Contreras, “revisó” por encomienda federal, ese predio y dijo no encontrar nada. Incluso, al hablar de esas investigaciones, el fiscal, de manera burlona, dijo que solo habían encontrado una osamenta de perro.

Ahora que la PGR viajó del altiplano a Veracruz para tomar las investigaciones en sus propias manos, trajeron equipo especializado, entre ellos, binomios caninos, que de inmediato dieron con los restos humanos, poniendo en evidencia, los dichos del fiscal.

Entre los familiares con personas desaparecidas de Veracruz hay fuertes expectativas de encontrar a sus seres queridos entre los restos exhumados esta tarde, y cerrar por fin, este capitulo doloroso.

El sitio donde se encontraron estos cadáveres, se ubica, a un kilometro y medio, de un rancho en el ejido de San Julián, cerca del punto, donde desemboca la laguna  del mismo nombre con el mar.

Las fosas están de bajo de unas arboledas y en medio de un lugar con una vista irónicamente paradisiaca.