Ricardo Loranca y Campos

Diferentes ingredientes hicieron que la séptima entrega de Rápidos y Furiosos se hiciera un rotundo éxito en su primer fin de semana.

La muerte del actor americano Paul Walker, la presencia de James Wan detrás de la cámara y un reparto con reconocidas figuras del cine de acción dieron a F&F7 los elementos necesarios para que una de las historias más gastadas del séptimo arte triunfara una vez más.

El espectador ya sabe lo que verá antes de entrar a la sala de proyecciones, automóviles inalcanzables, mujeres semidesnudas a cada momento, una trama burda y un sinfín de acrobacias imposibles de realizar, al menos en esta planta. Dicha receta, en combinación con un sonido estruendoso y un soundtrack altamente estimulante, hicieron de Rápidos y Furiosos 7, una película tan taquillera, como espectacular.

Rápidos y Furiosos 7 es un claro ejemplo de un producto inspirado en la batología, a pesar de ello, los encargados de dar vida a dicho film lograron generar nuevas sensaciones con viejos recursos.

Las explosiones imposibles, los vuelos entre edificios y la caída de automóviles con paracaídas rompieron records de taquilla con más de 300 millones de dólares recaudados el primer fin de semana en Estados Unidos. F&F7  superó películas como Capitán América y los Juegos del Hambre.

En nuestro país la película fue muy bien recibida, el filme recaudó 86.8 millones de pesos. Por otro lado logró 1.6 millones de asistentes en un solo día. Desde este fin de semana, 3 mil 980 salas en todo el país exhiben la última película en la que aparece Paul Walker.

Vin Diesel, Paul Walker, Jason Statham, Michelle Rodriguez, Kurt Russell, Ludacris y Dwaye Johnson componen el aguerrido reparto de F&F7.