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Tres veces me tiré del tren para no pagar cuota: migrante

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Daniel migrante Hondureño de 18 años salió de su casa desde hace 34 días sorteando el camino de la ruta migratoria más peligrosa del país

Amatlán, Ver.- (AVC) Parado sobre la vía del tren, ruta que ha sido su compañera y cama desde hace 34 días, Daniel sonríe todo el tiempo.

Tiene una risa contagiosa y una luz en los ojos, que solo se apaga cuando recuerda que para no pagar cuota de 100 dólares a los delincuentes, ha tenido que aventarse tres veces del tren, arriesgando su vida.

El único patrimonio con el que salió de Puerto Cortes en Honduras fueron 2 mil lempiras, equivalente a mil 300 pesos mexicanos, casi lo ha gastado todo y no tiene recursos para enfrentar a los malos.

“Me tiré a un zacatal, ahí no se lastima uno, uno debe caer rodando para no romperse algo, también me caía un pantano, pero sobreviví”, relata.

Desde el 16 de enero, Daniel de 18 años recorre la ruta migratoria del sur, la más peligrosa en el camino a Estados Unidos.

“Se han subido los malos tres veces al tren, yo no tengo dinero para pagar, me aventé antes de que ellos lo hicieran, porque a ellos no les importa si cuando te tiran vives o mueres”, recuerda.

Para él, cuya esperanza y planes inmediatos son llegar a Monterrey y conseguir trabajo para construir a sus padres una casa “aunque sea de bloque”, el cruce por Chiapas, Tabasco y Veracruz – el triángulo de la muerte para migrantes- ha sido una aventura que no olvidará.

“Me he topado con serpientes, con pantanos, con malos y hasta con un doctor que me quiso sacar un riñón en Tapachula, hay gente que me quiere ayudar, otra que me da una patada”, relata riéndose de sus recuerdos.

Sus pertenencias se limitan a una mochila, y atesora en su cartera fotos de sus hermanas pequeñas y la oración que su madre le regaló como protección: Filipenses 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Con apenas la primaria terminada, Daniel dice que en Honduras lo que vale es el dinero “un libro cuesta 900 empiras –500 pesos mexicanos-,eso ganaba en un semana trabajando en una zapatería, así tomé la decisión de viajar solo, ni siquiera estudiar podía”.

Levantaré alas como Águila

Daniel ha corrido con suerte, incluso su fe le ha salvado la vida.

Trepado sobre el tren con su biblia en la mano un delincuente se le acercó

- ¿Tu vas a la Iglesia? , no te vamos a pedir dinero, dinos un texto o te tiramos del tren.

- Le dije Isaías 40:31, “Los que esperan al señor renovarán fuerzas, levantarán alas como águila, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán, me dio las gracias y se fue, no me hicieron nada”- cuenta.

Daniel dice que él es como esa águila, que con ayuda de Dios ha recorrido la ruta migratoria más peligrosa y sigue vivo, resguardado ahora en el albergue de Las Patronas en Amatlán.

Cuando recuerda su travesía dice que ha aprendido a sortear las dificultades, a racionar la comida “si me dan una tortilla, solo me comía la mitad, la otra aunque sea dura la guardaba para el camino, una semana pase a pura agua”.

Ahora que ya tomó fuerza tras dos días de descanso en el albergue donde se alimentó y le dieron ropa nueva, su misión es charolear – pedir dinero por las calles- para continuar su camino.

“Soy un mal charolelo, me da pena, pero si junto puedo tomar un bus, o jalón, porque la ruta del tren está muy caliente”.