- Seguridad
Día 3 "No soy una asesina": Maryjose Gamboa
Carta íntegra de María Josefina Gamboa Torales
Día 3:
Estar en prisión es como estar ciego, sordo y mudo.
Tu vida la conducen terceras personas.
Ellos dicen donde debes estar, que debes y que no debes hacer, con quien hablar, si puedes asearte y cambiarte de ropa, todo, todo sale de tus manos. No eres tu, eres propiedad de otros.
Hoy mi vida y mi libertad están en manos del Gobernador Javier Duarte y de quien debiera procurar justicia, Luis Angel Bravo. Ellos me tienen aquí en la cárcel injustamente, ellos son dueños de mi destino.
No soy una asesina como afirman; soy una mujer sola, con una hija, con dos trabajos para poder mantenerla, con mi madre mayor y mi padre gravemente enfermo.
Soy periodista y hablo siempre con la verdad, con mi verdad, que puede estar equivocada pero es mi derecho expresarla.
De pronto todo en mi vida cambio y un accidente terrible que le costó la vida a un joven y causó un grave daño a su familia, me ha costado también perder mi libertad, perder el contacto con mi hija y lastimar a mi familia.
Nunca quise hacerle daño al joven, nunca lo vi porque había otro carro a la derecha del mío; lo último que pensé es que alguien pudiera atravesar en la noche una vía de tanto tráfico vehicular.
Después del accidente pude huir, correr, tomar un taxi o decir que manejaba otra persona y que ya se había ido. No lo hice, ni siquiera pasó por mi mente, al contrario, llamé a las autoridades para informar lo sucedido y para ponerme a su disposición.
Después del accidente me sometí a todos los exámenes que se practican en accidentes como el que viví y el resultado indicó que no había ingerido bebidas alcohólicas, el alcoholímetro marcó cero, porque no había consumido alcohol, solo café y agua.
Me preguntaron la velocidad a la que circulaba y dije que iba a 70 kilómetros por hora, pudiendo decir que a 40 o 50, pero no acostumbro decir mentiras, dije la verdad.
No me arrepiento de haber cumplido con mi deber, pero pareciera que a quienes actuamos bien nos va mal y al contrario.
Desde la madrugada del sábado pasado vivo una pesadilla.
La pesadilla de hoy lunes inició cerca de las 5 cuando llegaron 6 hombres, fuertemente armados, me sacaron de los separos de Boca del Río, les pido que le avisen a mi familia o a mis abogados, me dicen que no puede ser posible.
En el trayecto pues yo no sé donde me llevan, no me dicen nada, pregunto y pregunto, pero ellos saben que no me pueden responder, tienen temor de hacerlo, por que tienen órdenes de tratarme mal, tienen órdenes de atemorizarme.
En el trayecto lo único que pude pensar, pues lamento mucho la muerte de Jose Luis, a quien nunca conocí y nunca hubiera querido hacerle daño; pensaba en él y pensaba en el dolor de su madre, y de toda su familia.
Pensé también en mi hija, que tiene tres días que no la veo, que no sabe dónde estoy, no sabe qué está pasando, no sabe por qué regreso.
Yo estoy a cargo de ella desde hace varios años, soy quien la mantiene, soy quien la cuida, soy quien la lleva a la escuela, quien la recoge, quien está pegada a ella y no entiende por que de pronto no estoy, no hemos podido desde luego tener contacto, ni lo vamos a tener en estas circunstancias porque no sabría qué explicarle, y por qué no sé cuanto vaya a durar, esto, todo lo voy pensando en lo que llego.
En la madrugada llegué al reclusorio, me tranquiliza que cuando menos no me llevan fuera de Veracruz, me encarcelan en Playa Linda.
Me toman las fotos, me toman las huellas, me toman los datos y me meten en una celda; somos 88 personas somos solamente 9 mujeres que estamos juntas en una sola celda.
Nuestros familiares sólo pueden venir los jueves, de 9 a 4, y nuestros abogados diariamente, que es a través de quien les comparto esto.
Los responsables de nuestra seguridad, entre ellas varias mujeres, son respetuosos, yo diría casi amables.
Pero estoy en la cárcel y no quiero estar presa, no soy una asesina.
Soy una mujer de bien, luchadora, periodista honesta a la que podrán privar de su libertad pero no de mi derecho a hablar claro y con la verdad, que es realmente la razón por la que me encuentro en prisión.
Pido justicia; sí, estoy consciente que participé en un dramático, un lamentable accidente donde murió un ser humano, pero pido que la familia no permita que los envenenen, que vean las pruebas, que acudan al lugar, que revise, que por sus propios ojos vean lo que hay,y no crean en los embustes de Duarte y de Luis Angel Bravo, que se están vengando porque los he denunciado públicamente, porque he dicho la verdad de lo que sucede en Veracruz.
Le digo a los periodistas y a los ciudadanos que no teman, que sigan informando, que se sepa lo que pasa en Veracruz.
Que se hable una familia en el Virginia que acaba de ser lastimada, que se dejen de ver los crímenes que ocurren a diario y los cuales no tienen justicia no castigo, en cambio éste que fue un accidente, pues en este se ensañan.
Me dijo mi abogado que el procurador de Justicia Luis Angel Bravo, planea meterme a la cárcel entre 6 y 15 años, como si fuera un peligro grave para la sociedad, como si hubiera matado intencionalmente a alguien, o secuestrado, o fuera narcotraficante.
Me dijo que quieren que durante el proceso penal yo este encarcelada, que no me quieren dar libertad bajo fianza, como si tuviera alguna intención de huir, cuando no lo hice ni después del accidente.
Lo veo entonces muy claro: lo que realmente quiere Duarte es encerrar mi verdad, encarcelar mis palabras, doblegar mi honor y mi voluntad. Se equivoca, soy una mujer que sabe enfrentar la adversidad y salir adelante.
Quiere que le pida el favor de que me deje libre; también se equivoca.
Saldré libre cuando la justicia resuelva que no fui responsable de haber asesinado a nadie, que lo mío fue un accidente.
ALGUN DÍA Cuando salga de la cárcel podré ver a mi hija y a todas las personas de frente y a los ojos y les diré que nunca fui una asesina, que fui víctima de un Gobernador que abusó de su poder, que se ensañó conmigo por exhibir lo podrido de su gobierno, porque no me pudieron comprar, porque no me pudieron doblegar.
Yo seguiré aquí, de frente con la frente en alto, mientras Javier Duarte, Luis Angel Bravo y todos los que han hecho pedazos Veracruz, en dos años tendrán que huir del repudio de los veracruzanos.
El tiempo en prisión pasa lento, pero el tiempo de los que tienen el poder se va rápido.
Ya falta poco.
Respiro profundo.
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