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Cuenca del río Pixquiac se reforesta de forma natural

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En 29 años se recuperaron mil hectáreas de bosque, expresó la académica Patricia Gerez.

La investigación sobre la cuenca del río Pixquiac que realizó Patricia Gerez Fernández, académica del Instituto de Biotecnología y Ecología Aplicada (Inbioteca) de la Universidad Veracruzana (UV), en convenio de colaboración con la asociación civil Sendas, descubrió que sus bosques se han reforestado de manera natural.

“El proyecto originalmente era para restaurar la cuenca del río Pixquiac, que es una de las abastecedoras para Xalapa, de donde proviene 40 por ciento del agua de la ciudad”, comentó. “Realicé un estudio sobre el cambio de uso de suelo de 1975 a 2004, abarcando 29 años de registros”.

La investigación dio como resultado diversos trabajos recepcionales, servicios sociales, publicaciones y la obtención de su doctorado.

“Lo que encontramos fue muy interesante porque a pesar de que uno desde la ciudad piensa que se está deforestando y no hay agua, encontramos que en esta cuenca en particular el proceso más importante detectado es la recuperación de la cobertura arbolada.”

De lo que había en 1975 a lo que encontraron en 2004, se recuperó 23 por ciento de la cuenca, había más bosque y se recuperaron mil hectáreas.

“Esto ha sido fundamentalmente un proceso de recuperación natural”, precisó la investigadora, por lo cual la siguiente etapa del proyecto implicó un estudio histórico de la zona, contemplando las políticas públicas que se han realizado, tanto a nivel estatal como federal, y se consideraron las tendencias demográficas de las localidades en la región.

“Lo que encontramos fue una zonificación muy clara: la zona alta, aquella aledaña al volcán del Cofre de Perote, compuesta por bosque de oyamel, ha tenido un abandono muy claro de las parcelas agrícolas que se reforestaron de manera natural.”

La reforestación ocurrió por varias causas: por cuestiones de políticas públicas orientadas al campo “donde coincide claramente la apertura de las fronteras agrícolas a importación de productos, en particular la papa; por otro lado, la reducción de los apoyos al campo como la suspensión de los precios de garantía para productores.

“Al abandonar también hubo migración del campo a la ciudad, entonces la recuperación de los bosques es una combinación de resultados de políticas hacia el campo, al igual que de un movimiento demográfico del campo a la ciudad.”

En la década de los noventa el gobierno del estado inició un programa de control de ganado bovino y caprino, por lo que las personas dejaron de llevarlos a pastar en los bosques, ello aunado a la reforestación local fue el cierre de esta tendencia.

En la zona intermedia de la cuenca del río, donde existe un bosque mesófilo, también ha habido una recuperación ocasionada por el abandono de parcelas en las que se cultivaba maíz, “que ya no podían vender, incluso los jóvenes de la región ya no querían trabajar en el campo sino en la ciudad y los viejos ya no podían cultivar todas las hectáreas”.

En este momento dentro de la cuenca están dominando bosques jóvenes y hay ciertos puntos rojos de deforestación, alcanzando ocho por ciento, que comparado con el 23 por ciento de recuperación, es mínimo, planteó.

En la zona baja de la cuenca, donde hay áreas conurbadas, se ha detectado un crecimiento urbano en zonas agropecuarias, no en derribo de bosques.

Con base en tales resultados se generan dos líneas de trabajo que podrían continuarse con el apoyo de estudiantes para la realización de sus tesis de licenciatura, maestría y servicio social.

La primera línea buscará comprobar que dichas tendencias se mantienen al año 2010, por lo que se debe actualizar los mapas; la segunda línea se abocaría a analizar si estos bosques jóvenes pueden llegar a convertirse en bosques maduros, “lo que tenemos que hacer es meternos a estos lugares identificados para observar qué hacen sus dueños porque se sigue extrayendo madera, qué tanto se realiza un manejo adecuado para asegurarnos que estos bosques puedan llegar a convertirse en bosques maduros”.

Patricia Gerez Hernández es doctora en Ciencias por la Facultad de Ciencias de la UNAM y cuenta con una maestría en Ciencias Forestales por la School of Forestry and Environmental Studies de la Universidad de Yale (Estados Unidos).

Posee también un diplomado en Estudios Avanzados en Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable por el Colegio de México y ha realizado una estancia de investigación en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social región Golfo.

Es coordinadora, con Luisa Paré, del libro Al filo del agua: cogestión de la subcuenca del río Pixquiac, Veracruz, editado por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático en 2011.