• Política

Duarte de Ochoa calla sobre desaparecidos en Veracruz

  • Juan Eduardo Flores Mateos
Inaugura planta de agua potabilizadora, entre risa y risa de diputados jarochos.

El gobernador Javier Duarte de Ochoa evitó hablar sobre el caso del periodista Gregorio Jiménez de la Cruz, antes de darse a conocer su hallazgo, y sobre los familiares de desaparecidos que marcharon el día domingo por las calles céntricas del puerto de Veracruz.

"Es un tema que la Procuraduría dará en su momento”, respondió abochornado y presuroso, sobre estos últimos.

El mandatario llegó a la colonia Cardenistas de la congregación de Matacocuite, y fue recibido para inaugurar una planta potabilizadora de Agua y Saneamiento por cientos de acarreados que portaban camisas y banderas del partido cardenista.

Muchos de ellos venían de la congregación Vergara Tarimoya, cerca de la Reserva 4, los cuales dijeron asistir para solicitar acciones en favor de sus viviendas.

“Nosotros venimos desde Vergara Tarimoya, venimos a ver unos problemas del relleno de unas lomas”, dijo Daniel Hernández, habitante.

Entre gritos de ¡Duarte, Duarte! por parte de una sola mujer que lo venía siguiendo, arribó junto con diputados locales, como Ana Guadalupe Ingram, quien sonriente les decía a los ciudadanos que se le acercaban:

“Espéreme, espéreme, déjeme ver luego su caso; dese una vuelta por mi oficina mañana a las diez de la mañana”.

Entre los que hablaron para describir el beneficio que significaba esa planta de agua potabilizadora, fue el todavía director del Sistema de Agua y Saneamiento, José Ruiz Carmona, a quien el gobernador le dijo públicamente que no sería su último evento.

“La pobreza, según cifras del Coneval, se ha abolido (…), no como dicen aquellos “novelistas de la tragedia” y “apologistas de lo negativo”, dijo en el acto de la nueva obra, rodeada por un camino de terracería, y personas que vendían raspados a cinco pesos y algunas casas de lámina.

Antes de hablar, al gobernador Javier Duarte se le presentó como el “impulsor de las cosas bien hechas”, el ideólogo de la prosperidad.

Los que estaban 'a las risas' eran los antiguos comunicadores y ahora diputados locales, Ana Guadalupe Ingram y Tonatiuh Pola, quienes susurraban y sonreían para las cámaras, en tanto entre los reporteros reinaba la incertidumbre por el destino de Gregorio Jiménez.

Mientras los demás funcionarios pronunciaban sus discursos, se le vio a Javier Duarte abstraído en su celular, tecleando y tecleando, mientras le lanzaban lisonjas y halagos.

Cuando le correspondió dirigirse al público, expresó:

“Familias que no tienen servicios básicos ahora ya contarán con el agua, elemento importantísimo para el desarrollo, ya hay alumbrado público y muy pronto habrán calles pavimentadas y campos de futbol”, dijo.

El gobernador, quien llegó a esta parte de la ciudad en helicóptero, abrió la llave de la planta potabilizadora, se tomó la foto y se escapó escoltado para no responder ningún cuestionamiento.

Al final del evento, todos los funcionarios huyeron en sus camionetas de lujo para no ser abordados, incluso Anilú Ingram, casi a la fuerza, se bajó a escuchar a una señora quien le entregó unos papeles, a ella también le pidió que se diera una vuelta mañana por su oficina.

“Mañana dese una vuelta, como a las diez estoy ahí”, dijo antes de subirse a su camioneta color óxido, en la que tiene un gran espejo en el respaldo del asiento para no dejar de verse, cual tragedia de Narciso.