El agente de la delegación estatal del Instituto Nacional de Migración, Guillermo Rodríguez Uriza, acusó al titular de la dependencia, Tomás Carrillo Sánchez, de ser un ‘abusador’ al quererle endilgar seis meses de suspensión de salario que no le corresponden.

“A mí me suspendieron noventa días por supuestas irregularidades que cometí, no recibí salario ni noviembre ni diciembre ni enero y ahora este señor nada más porque sí me gira un oficio en el que me quiere suspender hasta julio”.

Además dice que aunque el delegado de Veracruz no tiene esa facultad, se ha burlado diciendo que “nadie le puede hacer nada porque él es Dios”.

“Todo comenzó por un altercado con un señor llamado Jorge, de la agencia Naviera Guzmán y Veytia. Ese señor me llamó ‘perro’, ‘muerto de hambre’ y que si él quería ‘podía hacer que me corrieran porque soy un simple gato’, explicó.

“Cuando me voy a quejar con Tomás Carrillo, no me recibe y me manda a Tuxpan, sabiendo que mi estado de salud no me lo permite, y me manda con mis propios medios, sin comisión de oficio”, agregó.

“Él (Jorge) me acusó de que lo amenacé con golpearlo, yo que estoy enfermo y discapacitado, ¡hazme el favor! Qué voy hacer yo contra un hombre alto y corpulento, en vez de que me protegieran a mí por ultraje a la autoridad, por eso me suspendieron de mis labores de vigilancia e inspección 90 días mientras demoraba el proceso” detalló.

En el expediente ER/409 dado por el Área de Responsabilidades del Órgano Interno de Control del INM, con sello de la Secretaría de la Función Pública, en su conclusión número cuatro, señala que Guillermo, después de esos noventa días, debió haber sido reestablecido.

“Llego yo con Alejandra, de jurídicos, y de forma grosera pues me aventó los papeles, me da un oficio dado por Tomás Carrillo que se me va a suspender por seis meses, cuando el único que puede hacerlo es el titular del área de responsabilidades del Órgano Interno de Control”. Es decir, Clemente Delgadillo Ortíz, quien firmó dicho expediente el año pasado.

 “Voy a denunciar a Tomás Carrillo en el área del MP que va dirigido a servidores públicos, y lo voy hacer en el Distrito Federal, aquí no porque aquí está bien parado, te digo, él me dijo que él es Dios y que nadie le va hacer nada”. 

Pide indemnización por riesgo de trabajo

Guillermo Rodríguez es un agente de 47 años que tiene serios problemas de salud. Tiene discapacidad visual, cirrosis hepática, insuficiencia renal crónica, un estallamiento de vísceras y tiene lastimados los intestinos, incluso le cortaron una parte del intestino delgado.

Las enfermedades de Guillermo están constatadas en el expediente ROUG 640103/1 con número de folio 0025/007 expedido por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado en el año 2007 y firmado por el director en ese entonces, José Luis Cerecedo Candelaria.

Guillermo incluso pide que se le remunere por riesgo de trabajo. Se agarró a balazos con unos narcotraficantes un 6 de junio de 1993 en la carretera Chahuiles-La Venta en Oaxaca.

“Perdí la vista cinco años, ahora veo un poco porque me trasplantaron las córneas, de ahí se me fueron suscitando los demás problemas” dijo el agente.

Guillermo calcula que se le deben alrededor de unos doce millones por riesgo de trabajo, que los de migración lo tienen trabajando así todo discapacitado y que espera ya una buena liquidación para retirarse.

“Estoy enfermo, y me ponen a trabajar con jovencitos plenos en salud, y si me preguntas cuánto se me debe, yo te pregunto a ti ¿qué precio le pones a tu vista?, por lo menos me deben unos doce millones, está estipulado en la ley que la misma oficina de gobierno tiene 90 días para expedirte el riesgo de trabajo, y si pasa ese plazo de 90 días te tienen que pagar el triple”, finalizó.